Trump marca definitivamente una tendencia

Viernes 26 Abril, 2024

Trump marca definitivamente una tendencia

Miércoles 09 de Noviembre de 2016

La derrota del peronismo, el Brexit, la consulta en Colombia, el año “sin gobierno” en España, la dictadura seudo democrática de Turquía y finalmente Trump enfrentando y triunfando sobre todos los grandes círculos de poder en EE.UU. parecen coronar el distanciamiento de la comunicación y el análisis político de la “verdadera agenda y sentimientos” de la mayoría de la gente.

Por citar un ejemplo, el investigador Mario Riorda nos aclara que 260 medios apoyaron a Clinton contra sólo 13 que se alinearon con el republicano.

Cada uno con características muy particulares, variantes y contextos, sólo unidos por el hecho de no ser previsto por los analistas y más aún por los respectivos círculos de poder, se presentan como el divorcio entre la política y la sociedad.

Hay algo que la democracia “tradicional” no está resolviendo.

Otros dirán que será la economía la que ha fracasado y que el capitalismo empieza a perder adherentes al menos en los formatos políticos tradicionales que sólo han logrado aumentar la inequidad, matando la idea de progreso y consecuentemente de futuro.

Todos quieren una sola cosa: vivir mejor y tener esperanza.

Hace ya mucho tiempo que se renunció a la épica de la construcción de una “sociedad justa”.

Ya no importa que me expliquen “un orden social y mundial” que nunca llegará, el mundo se está dividiendo entre los “que están adentro o están afuera” y esta es la nueva “lucha de clases”: pertenecer o no pertenecer.

La provincia de Buenos Aires es un buen ejemplo de ello.

Vidal, como Bergoglio, nunca soñaron en ser: una Gobernadora el otro, Papa.

Sin embargo, una serie de acontecimientos políticos guiados por el azar permiten en tiempos de “política de baja intensidad” protagonistas que sin “conocerse” y por distintos motivos conviertan una formidable alianza.

Que no sólo destrona al PJ de la provincia sino que provoca un efecto “carambola”, para uno de los actores, no deseado, que termina colocando a Macri en la presidencia.

Muy a pesar de las preferencias y los esfuerzos del círculo rojo de empresarios, del multimedios Clarín y del propio Papa en favor de Scioli.

La pregunta entonces que hoy se hace la política en buena parte del mundo occidental es cómo nos estamos relacionando con nuestro público y la respuesta parece sencilla: mal.

Según Mario Pergolini son las audiencias las que están cambiando a los medios de comunicación, se supone que de este tema el hombre algo sabe y su afirmación está tirando al diablo la afirmación básica y “el padre nuestro” de la comunicación para este tiempo de que “el medio es el mensaje”.

Ya no.

El medio es el que elijo para dar el mensaje.

Bien, son los medios, las audiencias o las nuevas tecnologías, pero lo cierto es que los paradigmas en los que nos refugiamos durante buena parte del siglo XX y los comienzos del XXI, que aún no sabemos si históricamente empezó con las torres o ayer nomás, cuando Turquía dejó de ser la primera línea de defensa de occidente en el diseño del mundo bipolar y vuelve a Rumania en la tarea de “cuidar las puertas de occidente”, ya no sirven.

Massa piensa hoy que “con el peronismo no le alcanza” y busca transitar un camino más amplio sumando a Stolbizer; hace apenas un año atrás no hubiera contemplado esta posibilidad.

Cuanto más libres de históricas ataduras partidarias parece mejor, al menos por ejemplo parece pensarlo Martín Lousteau,  quien parece ser uno de los mejores en esto de relacionarse desde un nuevo lugar con “su público”: fuerte empatía personal como “estrella de rock” haciendo lo que se espera de él, todo lo contrario de lo que hacen hoy los políticos en argentina.

Como siempre en la historia política, la Provincia de Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires nos marcarán con el resultado electoral en las elecciones de medio tiempo, quienes interpretaron mejor, si es que existe, la política de baja intensidad (no invasiva, fuertemente relacionada a la gestión de los servicios y con una relación con el candidato de exclusiva empatía similar a una figura del mundo del espectáculo).

Porque como dice la canción “Presente” de Vox Dei, justamente procedentes de Quilmes, provincia de Buenos Aires: “todo termina al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina…

 

(*) Ricardo Jaén es analista y consultor político. (@r_jaen)