Nadia Sepúlveda (23) fue protagonista el lunes de un hecho de inseguridad cuando un hombre ingresó a su departamento del segundo piso de un edificio ubicado en 6 y 61. La joven escapó tirándose por el balcón. Ahora, aclara lo ocurrido y afirma que no fue un intento de robo sino que el acusado intentó violarla.

El testimonio de la estudiante de Medicina oriunda de Bahía Blanca complicó al imputado: la causa cambió la carátula y se dispuso que pasara a la UFI en turno, de Leila Aguilar, por intento de abuso (hasta ahora estaba en la de Flagrancia).

El acusado, identificado por fuentes policiales como Andrés Ricardo Rosas (33), fue retenido en el lugar por los propios vecinos, ante quienes primero argumentó que vivía en el edificio (no le creyeron porque son pocos y se conocen todos) y, luego, que era un empleado del correo. Cuando le pidieron que exhibiera las cartas, aclaró que era un vendedor ambulante.

El hecho sucedió el lunes pasado a las 9.30 de la mañana del lunes pasado en un edificio de dos pisos que está en 61 esquina 6. Según contó su hermano Pablo, Nadia debía preparar un examen para rendir este viernes y en la puerta del edificio se encontró con un hombre que le pidió pasar.

“Ella pensó que era un vecino y lo dejó, pero una vez adentro él la golpea, le pega un puñetazo y ahí empiezan a forcejear y empiezan los gritos. La quiso llevar para la habitación de los pelos, ella se logra soltar y escaparse y cuando va a abrir la puerta se queda con el picaporte en la mano porque él se la traba con el pie”, detalló.

“Entonces la vuelve a agarrar, vuelven a forcejear, la golpea y ella se vuelve a zafar y sale corriendo, no lo piensa y salta del balcón. Ella dice que pensó que podía llegar a agarrarse de una rama, pero es imposible, no lo pensó, reaccionó por instinto”, continuó Pablo.

Además,  aseguró que el hombre “no quería robarle, ya que la metió para adentro de los golpes y la llevó a la habitación”. “Le decía que no gritara, que se callara, ella gritaba auxilio. Por suerte los vecinos se alertaron todos y salieron pero ya la encontraron en el suelo, fueron ellos quienes lo detuvieron, él no ejerció resistencia”, agregó.

“Nos dice que no pensó en las consecuencias, sólo en la situación de violencia, porque la agarró a las trompadas, la entró a las trompadas, no le pidió la billetera, ni la computadora, nada, la arrastró de los pelos a la habitación”, agregó su hermano. Y concluyó: “Lo primero que me dijo es que está agradecida de que le haya pasado a ella y no a nuestra hermana de 19 años que vive también ahí”.