Un encuentro casual a la 10 de la noche en la rotonda de 7 y 528, un vecino que enciende la cámara de su celular para empezar a filmar, una discusión por una gata que iba a ser abandonada y el video producto de toda esa situación que es subido a la red social Facebook. ¿La conclusión? Más de un millón de reproducciones, miles de comentarios –la mayoría denostando a la pareja que iba a dejar al animal–, un pedido de disculpas y un posterior intento de los involucrados por conseguir un hogar para el animal, el cual –luego se supo–, se llama “Tigresa”.

Ocurrió el lunes cuando “Riki” Pereyra paró con su auto al ver movimientos extraños en la rotonda de 7 y 528, a metros del monumento a los ingenieros. Era una pareja de jóvenes que dejaban una canasta con una gata en su interior, alimento y agua.

La reacción de Pereyra fue confrontar con ellos sin apagar la cámara hasta lograr que vuelvan a recogerla. A esa altura ya se había sumado otro vecino, supuesto conocedor de leyes y reglamentos que colocaban a los abandónicos dueños de la mascota en una situación cercana a la ilegalidad. Durante su intervención les recomendó llevar a "Tigresa" a oficinas municipales de 20 y 50.

 Los dos jóvenes ensayaron una explicación, pero desconcertados se alejaron del lugar alegando “sentirse como delincuentes”. “Si son capaces de hacer eso con un animal, podés hacerlo con cualquiera”, disparaba Pereyra detrás de cámara, ante la incredulidad del joven “infractor” que se defendía: “No podés decirme eso”.

La historia terminó con "Tigresa" otra vez en poder de su dueña, quien –más tarde se supo– es una chica extranjera que se está por mudar de la ciudad y no sabe qué hacer con la gata. La gata no hace mucho tuvo cría y sus gatitos fueron dados en adopción, destino que ahora busca para ella.

Hasta este miércoles a la mañana, el video había tenido en poco más de 24 horas, una repercusión inusitada. Más de un millón de reproducciones, fue compartido 36 mil veces, y recibió comentarios de 3.200 usuarios que tomaron partido en su inmensa mayoría denostando a la pareja, quienes se vieron obligados a cerrar sus cuentas. Al final, Pereyra, como "héroe" de esta historia, muestra su rostro y dice: “Me hice cargo, y ahí se van con el animal porque los enganché yo”.