Un sistema productivo que quedó a su suerte

Jueves 25 Abril, 2024

Un sistema productivo que quedó a su suerte

Viernes 13 de Octubre de 2017

Pasó más de un año y medio y los sectores industriales vinculados a los municipios del conurbano bonaerense no dejan de caer. Y nada hace prever que esto vaya a revertirse, al menos desde el accionar de los gobiernos nacional y provincial. ¿Qué pueden hacer las industrias para sobrevivir? Acá proponemos el repaso de algunas experiencias y herramientas aplicables a los municipios para, al menos, preservar pymes, industrias, comercios y –finalmente- los empleos de los bonaerenses.

Se debería estar celebrando la apertura de frigoríficos, de fábricas de heladeras industriales para refrigerar la carne que procesan, de camiones que la transporten, de cuchillos para depostar… Pero no: en la Argentina 2017 todo eso –hasta la carne faenada y la carne procesada- llega importado y se festeja la apertura de una improvisada parrilla al paso. Se presenta como un “avance” la pérdida de la contención del trabajo formal de un argentino. Es una simple descripción de los hechos porque esta realidad que viven miles de bonaerenses no da lugar ni para la chicana política. La situación no solo es triste: es alarmante y lo único que puede rescatarse de este escenario es la enorme dignidad de ese trabajador que no baja los brazos, que la sigue peleando aún cuando no solo le incumplieron todas las promesas de un “cambio” para mejor sino que la propia ministra que se comprometió a ayudarlo no volvió a ocuparse de su situación.

Otro dato que podría interpretarse como “positivo”: sabemos que estamos “a nuestra suerte”. Ese trabajador hoy está como casi todo el sector productivo de la provincia de Buenos Aires: por su cuenta. Y asumir un problema es empezar a solucionarlo.

Podría interpretarse de todo esto que el gobierno provincial o el nacional no tienen un plan para el sector industrial. Sí lo tienen. Es el “Plan de Transformación Productiva”. Suena bien. Es un nombre con “gancho”, casi que entusiasma pero si se analizan sus lineamientos surge que este programa clasificó a los sectores económicos en “Competitivos”, “Latentes” y “Sensibles”. Los “Sensibles” serían virtualmente inviables y deberían “reconvertirse”. El problema es que allí se agrupan varios de los sectores que más mano de obra generan: textil, calzado, muebles… Y todos tienen gran presencia de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) en la provincia de Buenos Aires. Y producen prácticamente todo lo que se está importando en cantidades récord.

El resultado logrado hasta ahora por ese “plan” es conocido: esta avalancha de importaciones, más las tarifas de servicios impagables (aumentos entre 400% y 1000%), sumadas a los aumentos de insumos por el proceso inflacionario en marcha, más una desocupación que desciende poco (llega al 10,9% en el GBA) pero concomitantemente con un aumento de la precariedad laboral, y el achicamiento del mercado interno por la merma del poder adquisitivo en la población provocó una caída de actividad en la industria de casi dos años. Y de esa caída no estuvieron ajenos tampoco ni los sectores “Competitivos” ni los “Latentes”. Hoy solo se recuperan los sectores vinculados a la construcción, y sobre niveles muy bajos de comparación de 2016.

Aunque este retroceso se da en todo el país, la situación es más difícil aún en el Conurbano bonaerense dado que en esta región viven 13 millones de personas, posee el 50% de los establecimientos productivos provinciales, más del 50 % del valor agregado industrial, el 15% de los establecimientos industriales del país, y que constantemente recibe más y más, por las necesidades laborales.

Dado que el modelo impuesto por el Gobierno nacional genera un proceso acelerado de destrucción de la industria y el comercio surge entonces la pregunta de ¿Cómo sostener la inclusión en un territorio inmerso en un modelo generador de exclusión? Mucha literatura internacional ha elaborado una propuesta para territorios a escala local, donde se asocian empresas e instituciones para responder a la nueva dinámica económica del mundo.

Los ejemplos donde se mencionan los casos exitosos como la Escuela de California (Allen Scott), el Grupo de Investigación Europea sobre Contextos Innovadores (GREMI, de Francia), y el concepto de “Distritos Industriales” desarrollado en  Italia, abundan. Se mencionan los aportes fundamentales para estas estrategias que van desde la configuración de “Cadenas de Valor”, la creación de Clusters (espacios de trabajo multisectorial que se vuelve una red de proveedores para cada socio en condiciones más ventajosas), fomento de la innovación, la asociatividad y acercamiento desde el Estado de todo lo que sea necesario (desde infraestructura a asesoramiento y acompañamiento) para mejorar los niveles de actividad.

Pero en estos casos también suele haber “ganadores” y “perdedores”. Y parece una meta ambiciosa y de difícil aplicación a los países periféricos como Argentina dada su diferente realidad en aspectos macroeconómicos, sociales, institucionales, entre otras. Además, la Argentina tiene endeudamiento alto y diferencias políticas profundas. Todo esto coloca a los municipios en el extremo más vulnerable.

Entonces… ¿no se puede hacer nada? Por suerte, sí. En Florencio Varela, por ejemplo, por estos días se declaró la Emergencia Pyme. El 96% de las empresas del municipio se insertan en ese colectivo que da el 70% de los empleos. Además, el 90% de ellas trabaja en función del mercado interno y casi todas lo están haciendo al 50% de su capacidad tras dos años de brutal caída de la demanda. Y en todos los casos, las encuestas sectoriales muestran que la mayoría no prevé mejoría.

La ayuda municipal consistió en un menú de exenciones impositivas que mejoren las cuentas de las industrias (a contraprestación de inversiones y más empleo). Pero también se lanzaron programas para incentivar  exportaciones, la inter vinculación entre empresas para apoyarse mutuamente; se creó un banco de proyectos de innovación, se incentivará la creatividad de emprendedores, entre otras herramientas dispuestas para sobrellevar la emergencia.

Pero los esfuerzos municipales aislados tendrían mejores resultados si se los complementa y son parte de una red más amplia de municipios, con el objetivo de fortalecerse mutuamente a través del intercambio de experiencias, informaciones y del desarrollo de acciones conjuntas. Las redes de ciudades son un grado elevado de organización que se presenta en una relación de horizontalidad, rompiendo así con la jerarquización común a los modelos internacionales tradicionales donde hay ganadores y perdedores. Porque incluso con la alta concentración urbana del Gran Buenos Aires, las ciudades intermedias de los municipios del conurbano no pueden constituirse en mercados autosustentables.

Por lo expuesto, las dificultades de alcanzar el desarrollo local y resolver, desde la óptica municipal, los problemas de la estructura resultan difíciles pero no imposibles. Es fundamental idear un mecanismo de dinámica virtuosa en la relación de la micro-meso y  la macroeconomía. Las redes de ciudades son un espacio a explorar e intensificar en tal sentido. La viabilidad macroeconómica de las mismas es una responsabilidad política del gobierno nacional.

(*) Economista (UNLP), Secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Municipalidad de Florencio Varela. Integrante de la Comisión de Economía del Peronismo Bonaerense.