El pedido de Chicha Mariani al arquitecto que convirtió la casa de calle 30 en sitio de memoria

Sabado 20 Abril, 2024

El pedido de Chicha al arquitecto que trabajó en la casa de calle 30

Viernes 24 de Noviembre de 2017

Fernando Gandolfi, decano de Arquitectura y quien comandó la transformación del emblemático lugar, revela la única condición que puso la abuela de Clara Anahí. Hacer los arreglos demandó dos años, pero desmontarlos sería una cuestión de días.

“La casa es de Clara Anahí. Quiero que el día que regrese ella pueda elegir qué hacer”. Bajo esa instrucción de Chicha Mariani y con la conciencia de la historia viva fue que trabajaron los arquitectos Fernando Gandolfi y Ana Ottavianelli cuando, en otoño de 2013, se enfrentaron al desafío de transformar la Casa Mariani - Teruggi en un Sitio de Memoria. La propiedad de calle 30 entre 55 y 56 presentaba un deterioro notable que, para ese entonces, no sólo era producto del brutal ataque armado del que fue blanco el 24 de noviembre de 1976, sino también del paso de los años, el vandalismo y las inclemencias climáticas.

Según cuenta Gandolfi -quien además es decano de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP-, en aquel tiempo los desafíos fueron varios: el primero, intervenir la casa para protegerla y restaurarla sin borrar las huellas del brutal ataque que se llevó la vida de cinco personas después de que la pequeña Clara Anahí Mariani fue secuestrada.  El segundo -y el de mayor carga simbólica- respetar el pedido de Chicha, que busca a su nieta desde hace 41 años y espera que, cuando se encuentren, Clara pueda disponer de esa casa, la casa de sus padres, su casa. "Trabajamos para eso: armamos una estructura que se puede desmontar en una semana. Así, el día que Clara vuelva, puede hacer con su casa lo que ella desee”, resume Gandolfi a Infoplatense.

En el día en que se cumplen 41 años del operativo de fuerzas conjuntas del Ejército y la Policía que atacó la casa con ametralladoras, fuego de mortero y bombas de fósforo provocando la muerte de 5 personas y el secuestro de Clara Anahí, el arquitecto y decano recordó que, en otoño de 2013, fue su colega Ana Ottavinelli quien inició el contacto con Chicha Mariani. A partir de allí, comenzaron las conversaciones para transformar la casa de calle 30 en un Sitio de Memoria. Gandolfi contó que, por aquellos días, Chicha y sus colaboradores debatían si debían ejecutar la obra o no: “Una tarde estaban discutiendo en el garaje de la Casa y a Chicha se le cayó  un pedazo de cielo razo en la cabeza. Entonces miró a todos y les dijo: la casa habló”, contó el arquitecto sobre el momento en que la abuela de Clara Anahí definió realizar la obra. En esa misma línea, valoró “la inteligencia, la sensibilidad y el humor” de Mariani, que acompañó codo a codo a los arquitectos durante los dos años que duró el trabajo de restauración.

Gandolfi contó que el proceso se realizó bajo algunos criterios inamovibles: el primero, no perder de vista el “rol fundamental” que cumplen los Sitios de Memoria en la reconstrucción de la historia. El segundo, en consecuencia, fue hacer un trabajo de restauración que pudiera proteger la estructura de la casa “sin borrar las huellas” del brutal ataque del que había sido blanco. “Lo único que hicimos fue reparar el deterioro del paso del tiempo, las inclemencias del clima y los ataques vandálicos que había sufrido en más de 30 años. Pero dejamos todas las marcas del ataque”, explicó el arquitecto. El tercer criterio -y tal vez, el más significativo- atender a las demandas de Chicha: “La casa esde Clara Anahí. Quiero que el día que regrese ella pueda elegir qué hacer”, les dijo. Por eso Gandolfi y Ottavinelli trabajaron junto a su equipo para montar un dispositivo de reparación que se pudiera desarmar en cuestión de días: “Armamos una estructura que se puede desmontar en una semana. La obra demoró dos años, pero se puede desarmar en días. Así, el día que Clara vuelva, puede hacer con su casa lo que ella desee”, resumió Gandolfi.

De este modo, con su trabajo, los arquitectos intentaron que la casa de calle 30 se desprenda de los daños que le había ocasionado el paso del tiempo, pero que no se deshiciera de su propia historia: allí vivieron Daniel Mariani y Diana Teruggi; allí funcionó una imprenta clandestina; allí murieron cinco personas; allí tuvo Clara Anahí su primer hogar y allí, también la secuestraron. “Lo trascendente no es el arreglo sino el Sitio de Memoria. Estos lugares cumplen un rol central; son disparadores de historias y son pruebas fehacientes de que eso realmente pasó. De que ese ataque dejó huellas”, relató el decano de la Facultad de Arquitectura de la UNLP.

Al mismo tiempo, en el día en que se cumplen 41 años del brutal ataque, Gandolfi dejó un mensaje sobre la importancia de la Casa para la historia de la ciudad y del país: “Esta casa es, en realidad, el símbolo de muchas casas, de muchos ataques, de muchos asesinatos y del horror del terrorismo de Estado. Y también es la prueba de lo que pasó con Clara Anahí”.