Kimberly y Douglas Barrientos, hijos de Maruja Chacón (50) y hermanos de Shirley Cielo Barrientos (15), madre e hija asesinadas y enterradas en el patio de una casa en Punta Lara, denunciaron que fueron amenazados, pidieron ayuda al presidente Mauricio Macri para la repatriación “inmediata” de los cuerpos y exigieron que el asesino “se pudra en la cárcel”. Lo hicieron este mediodía durante una conferencia de prensa en las puertas de la fiscalía de 7 y 56.

Los jóvenes, llegados a la Argentina recientemente, hablaron sobre la necesidad de poder llevar los cuerpos de las víctimas hacia Perú y exigieron a las autoridades que los acompañen en su reclamo: “Me dirijo al presidente Macri y le pido que ayude a que sepultemos a mi mamá como corresponde”, indicó Kimberley, visiblemente compungida.

En tanto, Douglas aclaró que el vínculo que tenía su madre con el acusado Hugo Orlando Hidalgo “no era amoroso” y aseguró que el hombre le había ofrecido un trabajo como barrendera. Además, el joven denunció que, en las últimas horas, su familia recibió amenazas donde les advirtieron “que los iban a tirar en una zanja” y confirmó que las intimidaciones son realizadas por el entorno de Hidalgo.

Los jóvenes estuvieron acompañados por miembros del Consejo de Consulta de Perú de La Plata y por el abogado que representa a la familia, Eduardo Montané López, quien apoyó el pedido por la repatriación de los cuerpos y envió un mensaje a las autoridades argentinas: “Últimamente se habló mucho de la peruanidad en materia delictual, pero el delito no tiene nacionalidad”. Además, indicó que los funcionarios de primera línea deberían "reflexionar”, “tener cuidado en las declaraciones que prestan” y afirmó que las víctimas eran migrantes trabajadoras que llegaron a Argentina “no para robar” sino para “progresar”.

Sobre la escena del crimen, el letrado detalló que no descartan la participación de terceras personas, ni que la muerte de las dos mujeres esté vinculada a la intención del asesino de hacerlas parte de una red de trata. 

Maruja Chacón y su hija Shirley fueron asesinadas y enterradas en el fondo de una vivienda de Punta Lara. La operación de autopsia reveló que la adolescente fue enterrada cuando aún estaba con vida. El principal sospechoso fue detenido el martes en Misiones, tras permanecer una semana prófugo. Frente al fiscal Marcelo Romero se mantuvo en silencio, “inmutable”.