Para Nelly Gamboa los diez años desde la muerte de su hija parecen un día. Siente el mismo dolor y tiene el mismo afán por conseguir que se termine de hacer justicia. Hay un condenado como autor material del horroroso hecho, pero ella considera que existen encubridores y cómplices, y no va a cesar hasta logra que paguen: ahora pedirá que se desarchive la causa. Sandra Ayala Gamboa tenía 21 años y había llegado a La Plata desde su Perú natal con el sueño de estudiar medicina. Llevaba unos pocos meses residiendo en la ciudad cuando, por medio de un conocido de la pensión en la que vivía, le llegó una oferta laboral para convertirse en niñera. El 16 de febrero de 2007 salió para encontrarse con el hombre que le había prometido trabajo. Desde allí, nada más se supo de ella hasta una semana después, cuando su cuerpo sin vida fue encontrado en un edificio de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), ubicado en calle 7 entre 45 y 46.
En las puertas de ese mismo lugar -hoy ilustrado con el rostro de Sandra-, Nelly Gamboa, su madre, dialogó con InfoPlatense y contó las sensaciones que la invaden al cumplirse diez años del asesinato de su hija: "Vivo con el dolor. No se me pasa. Es como si fuera el primer día", resumió con lágrimas en los ojos. Además, describió el vínculo estrecho que las unía y confesó que cuando le "arrancaron a Sandra" no sólo perdió a su hija sino también "a una madre, a una amiga y a una hermana".
A pesar de que en noviembre de 2012 Diego José Cadícamo (conocido como el "Sátiro de las niñeras") fue condenado a 21 años de prisión por el crimen y la violación de su hija, Nelly insiste en que "los encubridores y cómplices" del femicidio de Sandra aún siguen en libertad. Por eso mañana, cuando se cumpla una década de aquel fatídico 22 de febrero de 2007, se realizarán distintas actividades para exigir que se desarchive la causa y se continúe con la investigación.
Organizaciones sociales y de género acompañarán a Nelly durante toda la jornada, que iniciará con una conferencia de prensa a las 11 en las puertas de la fiscalía -7 entre 56 y 57- y continuará a las 16 con una radio abierta y números artísticos en las puertas de la casona en la que asesinaron a su hija. El reclamo apunta a desarchivar la causa para poder esclarecer y juzgar a otros actores responsables y cómplices, precisamente por tratarse de un crimen ocurrido en un edificio del Estado Provincial.
Nelly se refirió a lo que siente cada vez que es asesinada una mujer y recordó el doble crimen de sus compatriotas Maruja Chacón y Shirley Barrientos ocurrido días atrás en Punta Lara: "Yo cargo con una herida en mi alma y esto me volvió a abrir esa herida", describió compungida. En ese marco, bregó por la importancia de que las condenas sean efectivas y los asesinos permanezcan presos porque "los que matan vuelven a matar y los que violan, vuelven a violar".
A punto de cumplirse una década del femicidio de Sandra, Nelly sigue firme en su reclamo: "yo sé que pasaron 10 años pero voy a seguir pidiendo justicia, que no quede impune el asesinato de mi hija porque no ocurrió en un lugar cualquiera sino en una dependencia del Estado". En ese sentido instó a la comunidad - y en especial a las mujeres - a sumarse a su reclamo y advirtió: "Necesitamos estar unidas para que no vuelva a haber otra Sandra".
