De un total de casi 1.000 agentes distribuidos en los puntos más calientes de todo el territorio provincial, con la intención de reforzar la presencia policial y así, prevenir delitos, a la ciudad de La Plata le tocaron 36 nuevos efectivos. Se trata de nueve grupos de cuatro hombres, que pertenecen a las divisiones de Infantería y Caballería y que, entre las seis de la tarde y las doce de la noche, comenzarán a recorrer los barrios y zonas comerciales más inseguras.

En este contexto - a modo de ejemplo- anoche se pudo ver a uno de esos grupos operativos en inmediaciones de la Terminal de Omnibus. Pero también aparecerán por la Estación de Trenes, en calle 8, en calle 12 y aquellas zonas en las que, a priori, la violencia urbana sea constante.

En ese mismo marco, transcendió que no habrá puntos o procedimientos fijos. “La idea es ir rotando los lugares, moviendo a los policías, para no dar una referencia a los delincuentes”, se informó. En ese sentido, se dijo que El Mercadito de Tolosa, El Palihue y Los Hornos, figurarían entre las plazas a cubrir. Pero habría otras.

Respecto de la Región, Berisso y Ensenada, al menos por el momento, quedaron afuera de este programa de prevención. Se indicó, además, que los policías estarán visibles, con portación de armas, incluso largas, y un rango de visión de 180 grados en los momentos de mayor circulación en la vía pública.

“Los agentes son recientes egresados que contaron con los nueve meses de entrenamiento, más una formación especial de cinco meses complementarios”, expresaron desde el Ministerio de Seguridad bonaerense.

“Se trata de un modelo disuasivo de ocupación territorial y de advertencia a posibles infractores. El fin es otorgar tranquilidad y protección a los vecinos en su vuelta a casa”, aclararon. Por último, aseguraron que “esto permitirá evitar demoras burocráticas y dar respuesta rápida y efectiva a los requerimientos”.

En La Plata la problemática de la inseguridad mantiene a los vecinos movilizados desde hace tiempo. Desde El Mondongo, Tolosa, Barrio Norte, Villa Elisa y, últimanente La Loma, entre otros sectores, se vienen escuchando reiterados reclamos por la falta de presencia policial.

El drama que se vive es tal, que en muchos lugares empezaron a analizar la idea de afrontar gastos adicionales para vivir sin tantos sobresaltos. Ese fue el caso de La Loma, en donde un equipo de alarma, más la instalación y un pulsador, rondaría los siete mil pesos. Se trata de un dispositivo que estaría diseñado para cubrir las esquinas o, al menos, habría que colocar uno por cuadra. El mayor inconveniente y, que motivó que muchos frentistas se pusieran a sacar cuentas, es la cantidad de botones o disparadores que se necesitarían por familia. Eso incrementaría y, en mucho, los costos.

La organización también es otro de los mecanismos más buscados para hacerle frente a esta compleja situación. En nuestra ciudad, incluso, hace pocos días, se dio impulso a la llamada Liga de la Seguridad, que nuclea distintos sectores del casco urbano y sus alrededores. Su objetivo primordial, más allá de las necesidad particulares de cada lugar, pasa por aunar criterios e impulsar mecanismos para obtener soluciones duraderas y más rápidas.