Hace poco más de una semana, Infoplatense visitó la casa de Vilma Karaba, una mujer de 43 años que viajó desde Bariloche hasta La Plata huyendo del calvario de violencias que había sido su matrimonio por más de dos décadas. Contó que tras la mudanza, ella y sus dos hijas -Yamila  de 19 y Nahiara de 12- enfrentan a diario diversas necesidades económicas. Por eso la mujer buscaba un trabajo que le permitiera mudarse y brindar una mejor calidad de vida a sus hijas, sobre todo a la más pequeña, que padece una parálisis cerebral desde el nacimiento. Y aunque el sueño de encontrar un nuevo hogar aún no se concretó, el anhelo de conseguir trabajo está cada vez más cerca: la Municipalidad de La Plata le brindará un subsidio para microemprendedores.

"Me llamaron de la Secretaría de Políticas de género y me ofrecieron un subsidio para microemprendimientos", explicó entusiasmada. Y detalló cuál es el destino que piensa darle a ese dinero: "Quiero invertirlo en un horno pizzero y una amasadora. Eso es lo que entra en el presupuesto por ahora y con lo que podría arrancar; podría empezar haciendo pan, pizzas o pre-pizzas para vender y empezar con eso. Esto me ayuda un montón", explicó a Infoplatense.

Al mismo tiempo informó que, una vez detallado el presupuesto, deberá presentar su documento y certificado de domicilio para luego esperar la autorización que, según dijo, ya es un hecho. "Mando esa documentación y me lo autorizan.  Me dijeron que esto ya está asegurado", describió con ilusión.  Y agregó: "Siento que es un gran comienzo para vivir un poco mejor". 

Karaba llegó en febrero a La Plata, tras largos años ser víctima de violencia económica y verbal. Su marido la hostigaba y amenazaba, e involucraba a sus hijas en este tortuoso vínculo. Por eso, una vez que Yamila -su hija mayor- se mudó a esta ciudad para estudiar en la UNLP, Vilma armó las valijas y se vino con Nahiara para dejar atrás definitivamente su doloroso pasado. "La verdad que viví una situación psicológica muy grave, es muy difícil lo que pasé, y si no me iba de Bariloche jamás lo iba a poder superar. Como mi hija se vino a estudiar a La Plata el año pasado, me dio la excusa perfecta para decir ‘bueno basta, me voy para allá”, había relatado a Infoplatense días atrás.

Ahora, con la ilusión del subsidio a punto de concretarse, Vilma explicó que su mayor preocupación es poder mudarse para mejorar la calidad de vida de Nahiara, quien padece una parálisis cerebral con hipotonía muscular. "Lo que sigo necesitando es un lugar donde vivir porque la casa se está viniendo abajo, se está poniendo cada vez más negro el techo, se están descascarando las paredes por la humedad. Lo necesito además por la nena, mi hija tiene discapacidad y es imposible vivir con una escalera", concluyó.