Después de doce años de la masacre, comenzó hoy en La Plata el juicio por las 33 muertes de internos durante el incendio del pabellón 16 en la Unidad Penal 28, de Magdalena, ocurrido el 16 de octubre de 2005. Voceros judiciales indicaron que el eje de este debate intentará dilucidar, en principio, si las mismas víctimas fueron las responsables o si, efectivamente, hay culpa de los penitenciarios, señalados como los sospechosos por el hecho. 

En este sentido, la versión oficial e inmediata que corrió por aquellos días fue que no se podía entrar a apagar el incendio porque se había desatado un motín con toma del penal por parte de los detenidos. Sin embargo, poco a poco, el relato se deterioró hasta dejar al descubierto que los 58 internos del pabellón 16 habían sido encerrados con candado apenas se desató el fuego, y que la guardia había impedido a tiros que compañeros de los presos, de otro pabellón, rompieran una de las paredes para entrar y rescatar a las víctimas.

En este contexto, este martes a las 10 de la mañana, comenzará el juicio oral y público por estas 33 muertes. El Tribunal Oral Criminal 5 de La Plata deberá determinar las responsabilidades penales de quince agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), del director del penal en ese momento –Daniel Tejada, también conocido como “el Evangelista”, por su devoción fanática a los ministros evangelistas del país norteño– y del ex jefe de seguridad exterior.

Se calcula que el juicio, a cargo de los magistrados Carmen Palacios Arias, María Isabel Martiarena y Ezequiel Medrano, durará unos tres meses, ya que hay ofrecidos 500 testigos, un gran número de pericias y prueba documental para analizar, según precisaron voceros judiciales. El CELS, el Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ) y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) serán querellantes. 

Como parte de este juicio, el año pasado la Justicia penal platense hizo una inspección ocular en la escena del hecho, como “adelanto de prueba extraordinario” del debate que tendrá en el banquillo a 17 integrantes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Según los relatos que están presentes en la causa, los miembros del SPB no hicieron ningún gesto de intentar proteger la integridad física y la vida de los internos. Al parecer, por el contrario, los agentes cerraron con candado la puerta del pabellón 16 una vez que el proceso de incendio había avanzado.