Masacre de Magdalena: detenidos sobrevivientes declararon que nadie ayudó a las víctimas

Miércoles 24 Abril, 2024

Masacre de Magdalena: sobrevivientes declaran que nadie ayudó a las víctimas

Miércoles 16 de Agosto de 2017

En la primera jornada del juicio a 17 agentes del SPB, cuatro testigos de la tragedia aseguraron que los guardias no auxiliaron a las víctimas. “Escuchábamos los gritos de auxilio, era desesperante”, relataron. Murieron 33 presos.

Diecisiete agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) comenzaron a ser juzgados en los tribunales de La Plata por la muerte de 33 presos durante un incendio ocurrido en 2005 dentro de la cárcel de Magdalena. En la primera jornada del juicio declararon cuatro presos que aseguraron que los guardias no auxiliaron a las víctimas.

"Los bomberos llegaron una vez que todo había sucedido" y "escuchábamos los gritos de auxilio, era desesperante", fueron algunas de las frases que emplearon los cuatro hombres que en el 2005 compartían el pabellón 16 con los 33 presos fallecidos en el penal de Magdalena para graficar lo ocurrido la noche del 15 de octubre de 2005.

Los testigos declararon en la primera jornada del juicio a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Plata integrado por los jueces Carmen Palacio Arias, Ezequiel Medrano y María Isabel Martiarena, quienes juzgan a 17 penitenciarios, entre ellos el director de la cárcel, Daniel Oscar Tejeda.

Esa noche en el pabellón 16 había unos 55 detenidos, la mayoría de los cuales esperaba con ansias la visita de sus familiares al día siguiente, cuando se celebraba el Día de la Madre.

La abogada del Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), Analía Carrillo, una de las representantes de los particulares damnificados, contó que "los cuatro hombres privados de su libertad contaron que en esas circunstancias ingresó personal del Servicio Penitenciario a los tiros y escopetazos".

"Los penitenciarios comenzaron a desalojar el pabellón, sacaron por la fuerza a más de veinte presos mientras algunos se arrojaban al piso para no ser sacados y otros se plegaban al fondo del pabellón, donde comenzaron a prender fuego elementos y partes del colchón para evitar la represión", precisó Carrillo.

Los presos que fueron sacados por la fuerza, con sus brazos inmovilizados, fueron esposados y precintados y encerrados en otro sector del penal, detalló.

"Cuando los presos que habían quedado en el pabellón quisieron salir ante la presencia del humo, se encontraron con que la reja estaba cerrada y son los que finalmente mueren", destacó la letrada.

Los cuatro presos que declararon este martes integraban esa veintena de internos del pabellón que fueron retirados por los guardias y encerrados en otro sector, desde donde, según recordó uno de los testigos, oían "los gritos de auxilio, era desesperante".

Según la abogada, el tiempo transcurría, el humo y el calor eran insoportables y los pedidos de auxilio no cesaban, lo que provocó que esos presos que habían sido desalojados se desesperaran por liberarse para ayudar a sus compañeros, ya que era evidente que no estaban recibiendo ayuda de parte del personal del penal

"En un momento lograron escapar de ese sector y cuando se dirigieron el pabellón dieciséis comenzaron a sacar a los compañeros, envueltos en mantas, trasladándolos al área de Sanidad del penal", sostuvo Carrillo

La abogada del CIAJ remarcó que "los testimonios de hoy ratificaron la desidia y la ausencia de asistencia de los penitenciarios, los custodios penitenciarios hicieron prevalecer el riesgo de fuga por sobre la protección de la vida".

Los cuatro presos coincidieron en que bomberos llegaron una vez que todo había sucedido y detallaron que la autobomba local arribó cuando sus compañeros ya estaban muertos y el fuego extendido por varias áreas del penal.

Las audiencias continuarán este miércoles, cuando se escuchará el testimonios de otros detenidos del penal, que estaban alojados en el pabellón 15, contiguo al del siniestro, quienes debieron abrir un boquete en la pared para escapar y salvar sus vidas, ya que tampoco eran auxiliados por el personal penitenciario una vez declarado el incendio.