“La mayoría eligió un cambio y el domingo lo va a ratificar”

Miércoles 08 Mayo, 2024

Javier Mor Roig: “La mayoría eligió un cambio y el domingo lo va a ratificar”

Miércoles 09 de Agosto de 2017

El primer postulante de Cambiemos al Concejo, se muestra confiado. Dice que hay candidatos que son parte de un proceso de construcción más mediático que real. Compara el Concejo de hoy con el de hace 20 años, se baja de la carrera por la intendencia y enumera qué propuestas llevará al delibeativo. Entrevista a la espada política que eligió Garro en tiempos electorales.

Sentados en torno a una mesa en la sede del Club de Cazadores, en el centro platense, todos coincidían en la inmejorable oportunidad: “Pongamos las pautas ahora porque de esta mesa sale el próximo intendente”. Era noviembre de 2014. En esa reunión estaban Sergio Panella, Oscar Negrelli, Mariano Penas, Julio Garro y Javier Mor Roig. No se equivocaban. Poco más de un año después, Garro asumía la jefatura de la Municipalidad tras ganar las generales y luego de disputar una interna. “Le dije (a Julio) que era su tiempo, que el candidato tenía que ser del PRO porque el candidato a la presidencia iba a ser Mauricio (Macri)”, rememora hoy Mor Roig. Dice que congeniaron rápidamente. Él, que en aquel entonces no dudó en apoyarlo por sobre otros postulantes, es el elegido por el jefe comunal para que lo represente en el Concejo. Es la espada política preferida por Garro para apuntalar la gestión en tiempos electorales. Durante una entrevista con Infoplatense, este dirigente de origen radical que venera a Alfonsín, denuesta a Cristina y defiende a Macri tiene confianza. Dice que la mayoría eligió un cambio y el domingo lo ratificará en las urnas.

Su humanidad (1,93 metros de altura) casi no entra en la silla de chapa roja de Synergia. Toma agua. No lleva corbata pero se lo nota cómodo con camisa y saco. Nacido y criado en La Plata, tripero furioso, conversador, docente. Treinta y cinco de sus 52 años dedicados a la política. Ex concejal, ex senador, ex ala, ocho y segunda línea de La Plata Rugby. Secretario general del municipio. Mor Roig se describe a sí mismo a lo largo de la entrevista. Adelanta parte de su agenda. Dice que el próximo es el año del Código de Ordenamiento Urbano, que la ciudad creció desproporcionadamente sin control del Estado y promete “tocar los intereses que haya que tocar” para corregir. Compara a los ex intendentes Alak y Bruera y define a Carrió como la dirigente más inteligente y más hábil de la Argentina. ¿Cristina? La persona más corrupta que haya gobernado. Javier Mor Roig, primer precandidato a concejal del frente Cambiemos, “un tipo común” -según él mismo-, responde.

-¿Por qué buscás volver al Concejo?
-Porque necesitaban que represente la gestión, que sea la cara, que explique lo que se ha hecho, lo que estamos haciendo y lo que vamos a hacer. En este momento Julio (Garro) necesitaba que yo tenía que dar una mano ahí.

-Una cuestión estratégica.
-Tal vez por mi experiencia ocupé un rol importante no sólo en la gestión sino en el acompañamiento político de la misma. Él entendió que podía ser una cara visible de la gestión. Porque acá ponemos en juego la gestión. Tal vez yo era uno de quienes puedo interpretar hacia dónde vamos.

-¿Te lo pidió Garro o surgió de reuniones, de discusiones?
-Él me lo pidió. Él es el jefe, el conductor, el intendente. En rigor me lo sugirió, no me lo impuso. Me dijo que yo podía sintetizar un montón de cosas que estamos desarrollando además del armado político que significa Cambiemos. Él me pidió que encabece.

-¿Dudaste?
-Lo pensé un poco, intercambiamos opinión con otra gente del espacio y llegamos a la conclusión que era bueno que encabezara la lista.

Mor Roig se describe políticamente como “un emergente de la generación Malvinas”. En el 82’, con 17 años y la rebeldía contra la dictadura, comenzó a militar en la Unión Cívica Radical. “Estaba en el Colegio Nacional, y más allá de que venía de una familia de políticos y estaba casi signado que iba a seguir este camino, el despertar tuvo que ver con lo que significó Malvinas”, dice.

-¿Qué diferencia advertís entre aquella forma de hacer política y la actual?
-Los tiempos van pasando. La historia del país es una película. En ese transcurrir va variando la militancia y la forma de ver las cosas de uno. La gran diferencia entre aquellos años y estos tiene que ver con una idea que para todos los demás está archivada que es luchar por la democracia. No es que no lochemos, pero hoy está la democracia. En la década del 80 luchamos por consolidar esa democracia, por instalarla definitivamente. Es un gran logro, un gran aporte que hizo Raúl Alfonsín. Hoy, las demandas son otras y son otros los caminos por los que hay que transitar.

-¿Y los políticos de aquella época y esta?
-Han mutado

-¿Hacia dónde? ¿Qué los hizo mutar?
-Nos hizo mucho daño la década del 90. Se invirtieron algunos patrones, algunos valores. Donde el valor de lo material primó por sobre el valor de lo espiritual, de lo moral. En todos los niveles de la vida, no sólo en la política. Los valores quedaron trastocados y muchos políticos fueron parte de ellos. Quedó demostrado que hubo gente que no estaba a la altura de las circunstancias, que primaba lo particular por sobre lo grupal. El político debe ser en esencia un servidor público.

-La clase política está bastante mal vista al menos en un sector de la sociedad. ¿En general, el político argentino de hoy es un servidor público o lo hace por aprovechamiento personal?
-Hay de todos. Pero hay momentos de mayores ejemplos para el bien y otros para el mal. Los últimos 10 años fueron un ejemplo del mal. De gente enriqueciéndose, de bolsos que se tiran por arriba de los muros, de hoteles que son de todos y no son de nadie. Todo eso le hace mucho daño a la política y a la sociedad.

-¿Ahí estuvo la clave del triunfo de Cambiemos?
-El cambio que votó la gente en 2015, más allá de ser un cambio de gobierno, que de hecho lo es, es un grito de la sociedad para lograr un cambio en las actitudes, en conductas, en el modo de manejar la cosa pública. La gente dijo “basta”, “esto tiene que cambiar”. El tema es cambiar la matriz.

-¿Qué otra crítica le hacés al kirchnerismo además de la corrupción?
-La corrupción en la cosa pública es letal. Porque implica que haya más pobres, menos viviendas, menos cloacas, menos todo. La otra crítica que le hago es no haber aprovechado el buen momento económico del mundo. Se perdió un tren importantísimo. Argentina perdió muchos trenes en la historia, pero este es el más reciente. Terminaron entregando un país que no tiene energía, con un 30 por ciento de pobres.

-La oposición afirma que hoy hay más pobres que durante el gobierno anterior.
-La pobreza no se genera de un día para otro. A no ser que haya una guerra. Pero eso acá no pasó, no hubo una guerra. Así que el 30 por ciento de pobres es un error del gobierno y lo peor es que se dio mientras le país crecía. Porque tener pobreza en momentos de crisis es una cosa, pero si tenés pobreza después de que creciste te preguntás ¿qué pasó? ¿Qué hicieron con la plata? La pobreza viene de años a esta parte. Hay indicadores que van mejorando en los últimos dos meses.

-No parece que la economía mejore, al menos para el vecino de a pie…
-Agarramos un país con el 40 por ciento de inflación y hoy tenemos una proyección del 22 %. Si bien en cualquier país del mundo una inflación de dos dígitos es mala, se están viendo signos de recuperación. Falta inversión porque falta confianza. Este país no ha generado confianza en los últimos 60 ó 70 años. Le ha costado porque ha sido un país que ha ido de un lado a otro cambiando las reglas. Pero creo que se van dando las condiciones para que esto vaya revirtiéndose. Si la economía sigue en este camino, sumado a la baja de la inflación y la suba de algunos índices como la construcción.

Los padres de Mor Roig fueron unos de los tantos miles que llegaron a La Plata a estudiar y se quedaron. Fue en el ‘57. Tres años después, en el 55, nació Javier. “Soy ‘nyc’: nacido y criado en La Plata”, bromea el precandidato. Y se ufana de ser platense y tripero. Lo dicho, a los 17 la política ya era parte de s. Y trabajar para cambiar la vida de la gente, un modo de vida. ¿Cuánto cambió la Ciudad en las últimas décadas, desde que, acaso, la mira con otros ojos? Responde que en los últimos 20 años cambió mucho y para mal. “Teníamos una ciudad distinta que empieza a cambiar en los 90, más allá de la connotación política; es parte de un boom de las ciudad. Empieza a crecer mucho de manera desorganizada. Históricamente esta ha sido una ciudad administrativa y universitaria con una linda calidad de vida, una ciudad planificada, pensada. Pero el crecimiento fue desproporcionado y con ausencia total del Estado”.

-Eso no sólo sucede con la marginalidad. También ocurre con sectores de clase media. Sicardi es un ejemplo.
-Claro, también creció mal allí. Un lugar hermoso que pasó de 2.500 familias a unas 12 mil. Y el Estado ¿dónde estuvo? Cri, cri, cri. El Estado no llevó cloacas, no llevó aguar corriente, no llevó asfalto, no llevó luz, no llevó gas. Hoy tenemos Sicardi explotado, Villa Garibaldi explotado.

-¿Hay manera de arreglarlo?
-Sí. Pero lleva más tiempo y cuesta más.

-¿Por qué pasó?
-Porque durante mucho tiempo hubo un gran negocio inmobiliario. Hubo complicidad del Estado. Por eso tenemos un Código de Ordenamiento Urbano, con los parches que tiene, organizado para satisfacer distintos grupos económicos.

-¿El COU es uno de los temas que vas a abordar desde el Concejo, uno de los temas principales en tu agenda?
-Sí. El año que viene tiene que ser el año del Código de Ordenamiento Urbano. Es un año no electoral, se está trabajando muy bien desde Planeamiento, donde se está pensando la ciudad para dentro de 20, 30 años. Hay que sentar a todos los sectores.

-Da la sensación que modificar el Código en función de las necesidades de la mayoría es meterse con intereses pesados…
-Hay que hacerlo. Si uno está en el Estado y quiere cambiar las cosa tiene que meterse con lo que sea. Hay que tocar los intereses que haya que tocar. Esto implicará que haya zonas que se pueden densificar y otras en las que hay que hacer todo lo contrario. Pienso en dos tipos de códigos, el de ordenamiento urbano y uno de convivencia, para que ciertas pautas sean más claras e interpretadas por la sociedad.

-¿Un centro cerrado al tránsito?
-Todas las ciudades del mundo van camino a la peatonalización. Esto es mayores áreas de peatonalización.

-Entonces será necesario un buen transporte público. El de hoy parece viejo. ¿Coincidís?
-Merece una rediscusión. En parte por el abandono que ha tenido la ciudad; hay recorridos que han tenido que variar por el estado de las calles. Por eso pusimos en funcionamiento el plan 1000 cuadras. Necesitamos que los colectivos vuelvan a llegar a todos los lugares. Hoy es muy difícil retocar el recorrido del transporte público porque hay lugares que son intransitables. Hay que repensar el sistema de transporte público.

-Intentaron con el Metrobús pero no dieron los cálculos. ¿Van a insistir con ese sistema inaugurado en Ciudad de Buenos Aires?
-Estábamos convencidos que podíamos hacerlo en Calle 7 pero nos dijeron que no porque no dan las medidas. Otra cosa que hay que estudiar es la posibilidad de cambiar el sentido de las calles, por ejemplo que avenida 7 vaya y avenida 13 venga… Son cosas que tiene que estudiar los técnicos.

-Hay quienes proponen que el transporte público debiera estar en manos del Estado… o al menos en parte.
-Esa es una discusión vieja. Hoy hay que ir a funcionamientos mixtos donde interactuen el sector público y privado. Lo que no puede hacer el Estado es retirarse.

-¿Estuvo ausente el Estado? ¿Cuánto?
-Mucho. Muy ausente. Los privados se adueñaron de la cuestión. Hubo mucha falta de control.

-¿Hablás del bruerismo? ¿Incluso del alakismo?
-Desde hace mucho tiempo, muchos años.

-Mirado en retrospectiva, ¿qué diferencias advertís entre las gestiones de Alak y Bruera?
-Me tocó ser oposición. Fui muy crítico con las dos gestiones. Pero tengo que ser sincero. Alak nos dejó algo. Bruera no dejó nada; nos dejó deterioro, una ciudad devastada, nos bajó muchísimo la vara. Alak aprovechó una instancia del país, y sobre todo el Fondo del Conurbano, y dejó obras importantes. También hay que reconocerle que logró conectar barrios postergados, a través del asfalto. Con Bruera no hubo obra pública, no hubo conceptos culturales, se creó una municipalidad paralela. Le hizo mucho daño a la ciudad. Tuvimos 24 años de gobiernos que en general fueron malos pero los últimos 8 fueron muy malos. La desgracia de la inundación dejó a la luz la precariedad del Estado municipal.

Las PASO y las generales del 22 de octubre son un trámite para Mor Roig. No lo dice, claro, pero sabe que está adentro. Que tiene la banca en la mano. En apenas unos meses volverá a estar sentado en ese recinto que lo albergó en 1993. Aquella vez fue oposición. Ahora será oficialismo. Pero acaso haya otras diferencias. Contradigamos el tango: veinte años es mucho.

-¿Qué diferencia advertís entre aquel Concejo y éste?
-Me tocó participar en una época del Concejo de mayorías automáticas. Uno hablaba mucho y del otro lado nos contestaban levantando las manos. No obstante, más allá de eso, creo que había un mayor nivel de discusión política. Tal vez tenga que ver con cómo cambiaron los tiempos, ahora con más practicidad y menos discusión, más ejecutividad. Por el otro lado, lo que tengo que decir del Concejo Deliberante de hoy es que nosotros somos un gobierno con amplia minoría. Y así y todo tengo que reconocer que hubo madurez de un amplio sector de la oposición para garantizar las herramientas necesarias para que el gobierno pueda desarrollarse.

-Tienen sólo 5 concejales de un total de 24.
-Claro, eso nos obliga a consensuar con otros bloques. Cada uno con sus diferencias, pero nos han facilitado las herramientas. Cuando hubo que aprobar el presupuesto, las rendiciones de cuentas, o algún servicio esencial. Del mismo modo hemos aprobado propuestas de la oposición. Tengo que reconocer que un amplio sector de la oposición se comportó como debe hacerlo institucionalmente para que funcionemos.

-Vas a extrañar aquellas discusiones.
-Vamos a ver con qué Concejo me encuentro, pero aquellos eran lindos debates. Muy interesantes, desde el punto de vista de piezas políticas.

-¿Se acható la discusión política?
-Creo que hay una tendencia a minimizar las discusiones en pos de darle, supuestamente, un sentido más práctico. Hoy se discute bastante menos. Pero tal vez también tenga que ver con las nuevas formas de comunicar. Hoy no comunicás con un discurso en el Congreso. O no sólo con eso, sino también con otras herramientas.

-¿Es más fácil construir un candidato hoy?
-Hay candidatos que son parte de un proceso de construcción más mediático que real. Y es parte de la realidad y de la modernidad y de los tiempos que vivimos. Hoy la imagen es mucho.

-¿Y cómo digerís eso vos que sos de la vieja guardia?
-Uno se va aggiornado. Lo peor que te puede pasar como político es no aggiornarte y quedarte en el pasado, no poder interpretar la dinámica de la sociedad y de la tecnología y los nuevos avances en los nuevos sentidos. Si uno se queda en la nostalgia del pasado muy raramente pueda transformar la realidad del presente. Un político tiene que poder ver más allá de la media, un poquito más allá del ciudadano común, simplemente porque a eso se dedica.

-Y en esa mirada un poco más larga que tienen ustedes los políticos, ¿qué ves que va a pasar el domingo?
-Creo que vamos a tener un muy buen respaldo de la gente. Lo que pasa con las PASO es que perdieron un poco la idea original. Son, en rigor, una gran encuesta. Tienen una tendencia a marcar el camino. Creo que nos va a ir bien. La gente eligió el cambio, la mayoría de esa gente sabe que lleva tiempo y lo va a ratificar.

-El Concejo Deliberante es el trampolín para alcanzar el sillón principal…
-No es mi caso. El trampolín lo pude haber usado hace veintipico de años.

-¿Lo descartás?
-Me presenté como candidato a intendente en 2011. En un momento político que no me acompañaba para tener posibilidades reales. Ese tiempo ya pasó. Ahora estoy dedicado a esta gestión, a este proceso, en lograr la reelección de Julio. Creo que va a coronar con 8 años de gestión. Mi objetivo es consolidar este cambio. Ojalá surja algún joven con fuerza para que siga ese camino.

-¿Es más difícil de lo que pensabas ser gobierno?
-No sé si es más difícil en condiciones normales. Sabía que era complejo. Pero era inimaginable pensar que alguien pudiera dejar el Municipio del modo en el que lo encontramos, el deterioro, con lo que han roto, lo que han robado. Han destruido la institución. Creo que nadie podría haber imaginado la situación. Lo que encontramos fue peor de lo que cualquier podía imaginar.

-Parte de la oposición afirma que este gobierno tardó mucho en arrancar y que Garro “se chocó” con la Municipalidad.
-Julio estaba convencido que iba a ser intendente. Casi un año antes de la elección nos juntamos un grupo de dirigentes protagonistas de la política que íbamos a ser parte de Cambiemos y dijimos “pongamos las pautas porque de esta mesa sale el próximo intendente”.

-¿Dónde fue esa reunión y quiénes estaban?
-Estaba Panella, Negrelli, Julio (Garro), Mariano Penas, yo. Éramos gente que teníamos la posibilidad de competir; yo ya me había manifestado precandidato, lo mismo que Julio. En esa cena coincidimos todos. Nos convocó (el diputado Marcelo) Daletto

-¿Dónde fue ese encuentro?
-En el Club de Cazadores, en 47 (entre 14 y 15)

-Faltaba un año para lo que finalmente fue una interna del actual intendente dos dirigentes que hoy son considerados oposición. ¿Vos por qué no competiste?
-Rápidamente congeniamos con Julio. Le dije que era su tiempo, que el candidato tenía que ser del PRO porque el candidato a la presidencia iba a ser Mauricio (Macri). Después Panella hizo la suya…

-¿Qué pasó con Panella? De esa mesa tan chiquita, tan lejos ahora.
-Creo que pesa lo personal, lo individual por sobre lo colectivo. Cuando sucede eso te encontrás con cosas como esta. “Tengo que ser yo, cueste lo que cueste”, y no es así. Esto es algo colectivo. Acá Cambiemos funciona como ningún otro lugar en la provincia. Hay una gran simbiosis entre el PRO, la Coalición Cívica y la UCR, también hay gente del peronismo… algunos no lo aceptaron, eligieron otro camino… que les vaya bien.

-¿Si le corremos a Javier Mor Roig su vida política qué queda?
-La política ha sido gran parte de mi vida. Más allá de la política tengo una vida. Una vida que está muy vinculada con la ciudad. Fui a la Escuela Anexa, al Colegio Nacional, estudié en la Facultad de Derecho, jugué al rugby en La Plata Rugby Club, fui dirigente de Gimnasia. Esa es parte de mi vida, de mi entorno, parte de mi vida, mis amigos. Sueño y me gusta ir los domingos a ver a Gimnasia así juegue con Sacachispas, me gusta ir a ver a mis hijas jugar al vóley en Gimnasia, cuando puedo voy a ver a La Plata Rugby con mis amigos de toda la vida, los mismos con quienes 42 años después seguimos siendo casi hermanos. Me gusta la vida en familia. Tengo muy buena relación con mis hermanos, veraneamos tipo clan. Nos movemos juntos, con mis hermanos, mis hijas, mis sobrinos. Me crie con el barrio El Mondongo.

 

TEXTUALES

Mauricio Macri
Un dirigente que es más de lo que aparenta.

Elisa Carrió
La dirigente más inteligente y más hábil de la Argentina.

Cristina Fernández
La persona más corrupta que nos ha gobernado.

Néstor Kirchner
Un político muy sagaz pero muy corrupto.

Sergio Massa
Un oportunista.

Ricardo Alfonsín
El más grande.

María Eugenia Vidal
Una gran hacedora, con un futuro enorme y un coraje grande como esta casa.

Florencio Randazzo
Un incumplidor.

Pablo Bruera
Un estafador.

Julio Garro
Un gran hacedor y un buen conductor.

Julio Alak
Un buen político.

Javier Mor Roig
Un buen tipo, un tipo común.