Confusiones

Viernes 26 Abril, 2024

Confusiones

Domingo 10 de Septiembre de 2017

Desde el jueves está el cartel “Los que aman, odian”. Llega precedida de polémica y eso está bueno. Está bueno que podamos discutir sobre las temáticas del cine argentino. Aunque, en este caso, la controversia deriva de la relación entre dos personajes que no actúan en el filme: Pepe Argento y su hija ficcional Paola.

Ambos arquetipos fueron representados en la copia argentina de “Casados con hijos”, que incasablemente repite Telefé. La impronta del clan Argento -al fin una parodia de la familia burguesa nacional- no es inocua. Aquellos que se vieron representados por los exagerados roles de los padres y los hijos, al mismo tiempo expulsaron un poco de culpa.

Como sucede más a menudo de lo que parece, las audiencias procedieron como espectadores, pero, además, se identificaron con la familia. Hallaron en ella los tics (algunos) que los persiguen en una cultura a la que le cuesta torcer el brazo a las innovaciones o las singularidades y más cuando ellas son de carácter progresista.

Para los Argento, por caso, los gay son otros. Nunca están en el plano de la comunidad cotidiana, sino en situaciones que incomodan a los protagonistas o pretenden causar comicidad. Los llevan al extremo: solo buscan sexo, insinúan una gestualidad femenina y terminan siempre ridiculizados. En paralelo, Paola es una “ninfómana” clandestina y Coqui, un adolescente obsesionado con la mujer de su vecino.

Alguien podrá observar que el argumento de esta sitcom no es naturalmente nacional, sino alquilado de la homónima serie norteamericana. Pero si su suceso todavía transcurre en la pantalla argentina ininterrumpidamente se debe a que existe una identificación peculiar e ineludible.

Guillermo Francella (uno de los protagonistas de “Los que aman, odian”) se ha manifestado molesto cuando algún colega o periodista manifiesta cierto resquemor por las escenas de sexo que tiene con Luisana Lopilato (la femme fatale del mismo film). Es que ellos encarnaron a un padre y a su protegida primogénita en “Casados con hijos”. Y ahora se encaman de lo lindo y, asimismo, se traicionan.

Por supuesto, que se produce una confusión: Claudio García Satur es “Rolando Rivas”. Y tanto le costó salir de ese personaje que casi desapareció de los círculos populares del género de la novela. La televisión es más fuerte que la razón.

Y aunque no lo quiera, Francella es para la cultura popular un muchacho que derivó en Pepe Argento. No debe molestarse por eso. Precisamente esa condición lo convierte en un actor popular: así como Mario Moreno fue Cantinflas. Es difícil imaginar a Canuto Cañete en un apasionado triángulo amoroso. Una película nunca es una película: es una razón para confundirse el anodino mundo de lo inverosímil.