La Justicia platense intensificó la búsqueda de un auto cuyos ocupantes intentaron raptar a una estudiante en la zona de las facultades. Se trata de Antonella Cañete, una estudiante de Geología de 22 años, que en las últimas horas recurrió a las redes sociales para contar lo que le había ocurrido. Según trascendió, el suyo no sería el único caso sino que otras jóvenes habrían sido víctimas de un modus operandi similar.

La noche del pasado viernes, cerca de las 22.30, la chica se encontraba en la zona de 1 entre 47 y 48, en la parada del colectivo, después de haber salido de una clase. Según trascendió, la chica estaba en la vereda que da a la Facultad de Ingeniería, esperando el TALP.

En su descargo Cañete detalló: “Tres tipos, con toda la impunidad, trataron de subirme al auto a los tirones. No pudieron, pero si me subían al auto todos sabemos cómo termina la historia. Y no, no estaba vestida provocativamente. Y no, no era tarde ni tampoco un sector inhóspito de la ciudad. Me invade la bronca, la impotencia. Quiero caminar tranquila. Yo estoy bien, pero ¿para el resto de la noche quién lo está?”, se preguntó, angustiada y preocupada.  La joven aseguró que el vehículo que intentó raptarla era un corsa, color bordó, cuya patente sería OSD 047. 

Según relató, Cañete logró zafarse de la situación a fuerza de gritos y forcejeos y, finalmente, corrió hacia el medio de la calle, donde dos jóvenes la cruzaron y le ofrecieron ayuda.  Pese a esto, los intrusos no se rindieron de inmediato: “Se quedaron un rato y por eso la chica a la que quisieron raptar pudo ver la patente del auto y hasta reconocer la cara del hombre que se bajó, que tendría entre 30 y 35 años. Después sí, agarraron velocidad en el momento en que ella y nosotros empezamos a gritar nuevamente”, comentó una testigo a diario Hoy.

Por otro lado, la joven damnificada  reprochó públicamente el accionar de los agentes de la comisaría Primera, donde radicó la denuncia: “Me dijeron que fue solo un susto pero no, no se trató de suerte, sino de la alerta con la que vivimos”, advirtió y criticó que los agentes hayan subestimado la situación que le tocó vivir.

Finalmente, el hecho se investiga en el marco de una serie de denuncias en las que el modus operandi se repite. Según trascendió, lo vivido por Cañete no sería un caso aislado, sino que es una metodología que se repitió en el último tiempo y la misma zona.