"Lunes a la gorra" en un restobar platense: comés y pagás lo que querés

Jueves 18 Abril, 2024

"Lunes a la gorra" en un restobar platense: comés y pagás lo que querés

Domingo 10 de Septiembre de 2017 6

Es una iniciativa de Pipistrello, un restobar que inauguró una noche en la que la gente puede cenar y pagar lo quiera o pueda. Además, organizan los "martes de azar" y los "miércoles de superhéroes", dos días de diversión, donde los clientes juegan y disfrutan de diferentes descuentos.

Es lunes por la noche y en el bar Pipistrello los platenses circulan como si se tratara de un sábado. Apenas pasaron unos minutos de las 21 y, en el salón comedor, más de la mitad de las mesas están ocupadas. Un matrimonio de unos 60 años; un grupo de amigos veinteañeros que festejan el cumpleaños de una joven y  un hombre que ronda los 50 años que come una hamburguesa y toma una cerveza sentado en la barra, son algunas de las personas que disfrutan de un nuevo "lunes a la gorra"; una de las noches especiales del restó de 46 entre 5 y 6, donde el cliente puede elegir entre tres platos y pagar lo que quiera o pueda e, incluso, no pagar.

"Poner $5, $100 o no dejar nada es una decisión de quien viene. Esto funciona porque literalmente es así, nadie se siente en el compromiso de poner más o menos", explica a Infoplatense Alfredo Martínez, uno de los tres socios fundadores de este bar, que abrió sus puertas en 2014 y que, desde mediados de 2015, implementa esta modalidad en la que, lunes a lunes, "cada uno paga lo que quiere".

Pero, ¿cómo nacieron los lunes a la gorra?: "Surgió como una necesidad de remontar los días lunes, que eran días muertos en la venta. Además, buscábamos promocionar el lugar tratando de ser innovadores, porque competíamos con bares muy fuertes del centro. Y la verdad, resultó mejor de lo que pensábamos, porque los lunes se llena como cualquier sábado", detalla. Y aclara que, desde que funcionan bajo esta modalidad, la gama de clientes que los visita es de lo más variada: familias de clase media, grupos de estudiantes universitarios que aprovechan para abaratar costos, parejas que salen en una cita o personas con mayores necesidades, que encuentran en Pipistrello una posibilidad para tener un plato de comida caliente aunque no tengan dinero.

En ese sentido, la propuesta del bar abraza directamente la inclusión y la solidaridad, ofreciendo como posibilidad que, cualquiera que lo desee, se acerque, coma un plato elaborado y pase un buen momento, más allá de las posibilidades económicas y sin distinción de edad, procedencia o clase social.

Así, cada lunes, el restobar ofrece tres platos en un menú que varía semana a semana: hamburguesas de carne, pizzas, spaguettis con tuco y milanesas de soja napolitanas (como opción vegetariana), son algunas de las comidas que ofrecen. La gorra funciona desde las 20:30 y los platos que corresponden a ese día se dan a conocer cerca de las 18, en la página de Facebook del bar. "Cobramos $25 por el servicio de mesa (que incluye pan casero con diferentes salsas) y lo que se quiere beber. La comida, literalmente, no tiene precio. Cuando llevamos el ticket a la mesa el plato elegido figura como "gorra", con un valor de $0 y cada quien deja lo que quiere o lo que puede. Y el que no puede, no deja nada y no hay problema", resume Martínez y confiesa que el secreto es la confianza de los clientes al momento de pagar. "Nos pasó más de una vez que no dejen nada por la comida y está todo bien, acá nadie se siente en el compromiso, es a la gorra de verdad y por eso funciona".

Con el éxito de los lunes garantizado, Martínez y sus socios se lanzaron con nuevas propuestas creativas para los demás días de la semana. Por eso, desde hace meses, Pipistrello es sede de diferentes noches innovadoras: en los "martes de azar" los clientes reciben una ficha para apostar en una máquina que simula los clásicos juegos de un Bingo o Casino. Allí, pueden realizar su apuesta y ganar distintos platos o una ronda de cervezas gratis.

Del mismo modo surgieron los "miércoles de superhéroes", la noche más lúdica de la semana. El funcionamiento es simple: en la puerta del bar espera un perchero con antifaces, capas, sombreros, tutús, telas de colores y otros accesorios que pueden ser utilizados por los clientes. Y quien se anime a ingresar disfrazado, tiene premio: descuentos en los platos o tragos gratis forman parte de la diversión de los miércoles. "Los que quieran pueden traer los disfraces de sus casas o usar el perchero, que está disponible para eso. Incluso, cuando empezamos con estos miércoles, nosotros servíamos la comida disfrazados", recuerda Alfredo mientras le alcanza un plato a Agustín, su sobrino, que trabaja como mozo en este emprendimiento al que Martínez define como "familiar" y "de amigos".

Al mismo tiempo, el hombre se permite una alusión directa al nombre del restó y bromea: "La palabra Pipistrello es italiana y significa "murciélago". Acá todos somos muy fanáticos de Batman y, si algún cliente viene disfrazado de Batman, gana más premios", dice con una sonrisa. 

Los clientes siguen ingresando cada cinco o diez minutos y, media hora después, el salón está lleno. Los mozos circulan entre las mesas y ofrecen las opciones de "gorra" que conforman la carta esa noche. Un hombre de unos 50 años se acerca a la barra, agradece el trato y se despide. Alfredo sonríe y admite: "Lo más importante de todo es tratar bien a las personas, ese es el verdadero secreto".