Cada verano en nuestra costa atlántica repetimos las historias una y otra vez como si cada accidente no nos hiciera recapacitar sobre estos episodios potencialmente mortales. Basta recorrer la zona de médanos entre las playas de Villa Gesell, Cariló, Valeria del Mar, Ostende y Pinamar para observar este fenómeno en su pura expresión y nos preguntamos: ¿De quién es la responsabilidad de estos hechos? La asignación de culpas es compartida entre los padres y las autoridades municipales junto con el Operativo Sol desplegado por el Gobierno bonaerense.

Infoplatense, en este tórrido verano, recorrió todas las playas mencionadas en este artículo y observó cómo las acciones e imágenes de esta historia se repiten con continuidad diaria: un cuatri, uno o dos menores a su mando (con o sin casco según la ocasión) y la sensación de aventura en una playa o médano donde pareciera que los veraneantes son ocasionales transeúntes del lugar cuando en realidad van y vienen hacia la playa desde el lugar donde han dejado sus vehículos. ¿La consecuencia? Cuadros con gritos donde hay que estar atento con todos los ojos para que uno de estos cuatris no se te venga encima con un chico inexperto en su volante.

Demás está decir que mucho se ha hablado de estas experiencias y con muchísimos accidentes fatales a cuesta seguimos sin ver acciones concretas por parte de los Organismos de control para acabar con estos peligros. Vemos mucha policía en caballos, motos, camionetas o a pie por todos los balnearios, pero ninguno pisando los médanos para controlar y multar a los padres, dueños de los cuatriciclos y principales responsables de estos cuadros.

Los guardavidas de la zona dijeron a este medio que los casos son diarios, más allá de que sólo algunos terminan trascendiendo en los medios de comunicación masivos, y que está fuera de su alcance ya que su prioridad y objetivo es estar atentos a los bañistas. Sin embargo, con muchos años de experiencia sobre sus espaldas mencionaron que cada año hay más casos debido a que el nivel de imprudencia de los padres dejando a menores a cargo de cuadriciclos de baja y alta cilindrada, sigue en aumento. “La mayor parte de los accidentes que no salen a la luz tienen que ver con vuelcos en médanos de cuatris con menores al volante. Hemos tenido que salir corriendo a socorrerlos porque el peso del vehículo es tal que no les permiten levantarse y eso les provoca quemaduras y lesiones en las piernas y el torso”, comentó un socorrista en uno de los balnearios entre Cariló y Valeria del Mar.

Las estadísticas de este verano son altamente llamativas con muertes y lesiones graves sin despertar aún voces oficiales que salgan a definir un plan de acción con penalidades para los responsables. Claro está, no será una noticia feliz para los veraneantes quienes año tras año cargan sus motos y cuatris en trailers y recorren los casi 350 Km hacia estos balnearios; no sólo en verano sino durante todo el año como ya se ha hecho costumbre los fines de semana largos y feriados. Habrá que ver entonces quién le pone el cascabel al gato y endereza esta situación desmadrada desde hace al menos 5 años y que se potencia con virulencia cada verano.