“Raíces Platenses” el vivero de Américo y su familia lleva en su nombre una contradicción salida de un cuento de humor negro, ahora que tienen que dejar La Plata porque no los dejan trabajar. Pero es la triste realidad que viven muchos comerciantes locales entre los tarifazos, la baja del consumo y los reiterados robos.  

“Hoy me entraron de vuelta y me depredaron” contó desolado su dueño, reconocido por todos sus clientes por su carisma. Pero ahora hasta eso le arrebataron: “tengo que hacer un cambio porque esto nos está haciendo mal”. Y confirmó que “Ya decidimos mudarnos a otra localidad”.

En la primer semana de noviembre, ya con varios robos sobre sus espaldas, habían pedido solidaridad a través de sus redes sociales, por el faltante de una fuente 1,80 m de alto y 500 kilos. Sospechan de la complicidad de alguien en el lugar para poder realizar tan evidentes robos, y por eso se convencieron de irse.  

Notablemente preocupado por su única fuente de trabajo, pero ganado por la resignación “Veremos como nos arreglamos” dijo.