CheChelos llega con su “Instinto” a La Plata

Viernes 26 Abril, 2024

CheChelos llega con su “Instinto” a La Plata

Jueves 15 de Marzo de 2018

El dúo formado por Ramiro Zárate Gigli y Mauro Sarachian desembarca este viernes a las 21.30 en Lucamba con su proyecto musical.

“Somos un dúo de violonchelistas que hacemos folclore argentino”. Ese es el resumen que elige Ramiro Zárate Gigli para definir a CheChelos, proyecto que comparte con su amigo Mauro Sarachian. Pero a lo largo de la entrevista que el músico le brindó a Infoplatense -antes de su presentación de este viernes a las 21.30 en Lucamba (67 y 117)- dejó bien claro que CheChelos es mucho más que eso.

Ya desde los comienzos, en un pasado cercano, podemos vislumbrar que los orígenes de este dúo se dieron de manera poco convencional. Así Ramiro relató la historia de los inicios: “Recuerdo todo porque fue hace poco, el dúo es joven, empezamos a fines del 2015 a tocar con Mauro. Éramos compañeros de la Filarmónica de Rio Negro, ahí nos conocimos, yo vivía en Córdoba en ese momento y él en Buenos Aires. La orquesta itinerante no tiene sede fija y reúne una vez por mes músicos para hacer gira dentro de la provincia de Río Negro. En una de las giras, después de un concierto se armó una guitarreada, en Maquinchao, que son cientos de kilómetros cerca de nada, en el medio de la meseta patagónica. Y en esa guitarreada, que en realidad no había guitarra y usamos los chelos, armamos unos temas”. Y así fue como comenzaron, a finales de ese 2015, como soporte de la orquesta, y se decidieron a organizar algunos conciertos aparte. “Vivimos lejos –yo vivía en córdoba y él en Buenos aires, yo ahora en Neuquén y él en Buenos Aires- y no teníamos tiempo para ensayar. Lo invité a Mauro a conciertos en Córdoba y organicé 5 conciertos seguidos en enero de 2016, eran presentaciones de miércoles a domingo, y él llegó el viernes anterior. Tuvimos 4 días antes del primer concierto y ahí armamos todo el repertorio, de 12 temas”. Ramiro precisó que fue una preparación “exhaustiva” y que los conciertos salieron “muy bien”. Tras esos recitales se enteraron que estaba la pre Chaya en la Rioja, y se celebraba el fin de semana siguiente: Ahí bautizaron al dúo CheChelos  y ganaron el concurso con dos semanas de vida. “Nos vieron más de 40 mil personas, lo pasaron por la TV Pública, ahí empezamos a tocar y no paramos de trabajar, le vimos mucho potencial a dúo y a pesar de la distancia, supimos organizarnos para trabajar y empezamos a tener objetivos. Teníamos en la mira a Cosquín en el año siguiente, nos seleccionaron en La Matanza y viajamos a Cosquín como ganadores del rubro conjunto instrumental y en el Festival fuimos ‘Revelación Cosquín 2017’”.

 

Instinto

Chechelos llega por primera vez a La Plata para mostrar su disco debut: Instinto, que propone una “reunión de ritmos y texturas” que van desde las chacareras, gatos y zambas, hasta las vidalas, cuecas, chayas y huaynos. 

-¿Qué recordás del proceso de grabación del álbum en cuanto a tiempos y también sensaciones?

-Fue todo rapidísimo, el repertorio fue el de la primera vez que tocamos juntos, lo mantuvimos, aunque lo pulimos, los arreglos crecieron y aparecieron temas nuevos. Fue de cero a cien, en cincuenta días fue el disco. Hicimos un financiamiento colectivo, en la campaña no nos fijamos cuánta plata teníamos sino pensamos qué queríamos para el primer disco de violonchelo de folclore, queríamos hacer lo mejor qe se pueda, más allá que no estuviera a nuestro alcance. Dijimos: “el dinero va a venir de algún lado” y llegó. Grabamos en San Luis, con Luis Volcoff, en la Casa de la música, que es un estudio hermosísimo, que es estatal, tiene una sala gigante para grabar. Usamos 14 micrófonos y grabamos todo en vivo, no priorizamos que salga perfecto sino con onda, como sui fuera música en vivo. Tiene algo, que tratamos de mantener: no usar efectos, compresores, ecualizadores, el sonido es casi puro como lo tomaron los micrófonos. Teníamos micrófonos en la espalda, a dos metros, en las cuerdas, a un metro, 7 micrófonos cada uno. Había una alfombra, estábamos uno frente al otro, con luces, en un espacio bien ambientado y el estudio es muy lindo, tiene como un hotel, nos instalamos una semana a grabar, estuvimos 5 días de grabación y 2 de mezcla. Fue una muy linda experiencia y el diseño lo hizo Noe Gaillardou.

-¿Por qué decidieron titularlo así?

-Le pusimos Instinto por esta forma que nos salió trabajar, que va todo rápido pero no porque seamos acelerados, porque tenemos una forma de tomar decisiones que vienen de otro lado. No nos apresuramos, sino que seguimos la corazonada.

 

El instrumento

Para los que no suelen estar tan involucrados en el mundo de la música, el chelo es un instrumento no tan común o tan visto como puede ser la guitarra, la batería o el bajo. Al momento de preguntarle cuáles cree que son las bondades del chelo, Ramiro Zárate Gigli aseguró: “el timbre. Todo lo que es melódico suena hermoso, profundo, es muy parecido a la voz del hombre y tiene el registro de la mujer, es muy parecido a la voz humana. Las zambas en el violonchelo, cuando uno se mete en la melodía, se escucha la letra. Creo que es un instrumento muy ligado a lo emocional”.

-¿Qué te atrapó a vos del chelo para elegir estudiarlo?

-La verdad es que no lo elegí mucho… Tocaba la guitarra de adolescente y tenía ganas de ser guitarrista, lo soñaba. Empecé en el conservatorio en Córdoba y a su vez trabajaba en una fábrica de calzado. Me agarró tendinitis, no pude seguir y vi en un local de música un violonchelo y sin saber cómo sonaba me lo compré. Estuve 10 días sin saber qué hacer con él.  Hasta que fui al Conservatorio y me las ingenié hasta que pude aprender. La vida se me resolvió por ese lado, entré a la Orquesta sinfónica de Neuquén, doy clases en la Universidad de Rio Negro, parece que tenía que ser ese mi instrumento al final, el instrumento me esperó.

-Por qué los platenses no se tienen qe perder esta presentación de CheChelos en Lucamba?

-Venimos del mundo académico y nos metimos en la música popular y tenemos la ambición, además, de estar en teatros, queremos tocar en peñas y festivales del país, queremos conquistar escenarios populares donde el sonido del violonchelo no es nada frecuente. Los invito a ver un concierto que les va a cambiar la energía. Alguien por ahí dice ‘2 horas de chelo…” y al final nos quedamos cortos de repertorio. Vengan porque hay historias, canciones, mucho humor. Nos divertimos y vamos a tener de invitados a Silvia y Néstor Gómez. Jugamos mucho con la improvisación, cada concierto es único. Yo lo iría a ver.