Los videojuegos se han convertido en una forma de entretenimiento cada vez más popular. Han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, a las nuevas tecnologías y, sobre todo, a las nuevas demandas de los jugadores. De hecho, hay videojuegos para todo tipo de usuarios, independientemente del género, los gustos y la edad. Ahora, incluso, ha llegado la Realidad Virtual que, seguramente, supondrá toda una revolución a la hora de jugar. Es cierto que los videojuegos pueden ser adictivos, pero usados con moderación y sentido común conllevan muchos beneficios para la salud.

De hecho, ya existen investigaciones que demuestran que utilizar videojuegos puede ayudar a aumentar la creatividad. Según un estudio de la Universidad de Míchigan, realizado a cerca de 500 chavales de 12 años, los niños que juegan con videojuegos tienden a ser más creativos, independientemente de que los juegos sean violentos o no.

Los niños que se divierten con los videojuegos también tienen más facilidad para mejorar la lectura, especialmente los disléxicos. Es lo que afirma otro estudio, en este caso de la Universidad de Padua. Los expertos consideran que los movimientos rápidos que tienen que realizar los niños cuando juegan con videojuegos mejoran la capacidad de atención, una habilidad que también necesitan para leer.

Otra ventaja de los videojuegos es que mejoran la memoria. De hecho, está comprobado que con ellos el cerebro, o mejor dicho la materia gris, crece, y que permiten reducir el envejecimiento porque activan partes del cerebro que, si no fuera por los videojuegos, no se usarían. De hecho, hay estudios que afirman que los videojuegos pueden ayudar a reducir la demencia.

Y aunque parezca poco creíble, algunas investigaciones han demostrado que los videojuegos reducen el dolor de los usuarios. Cuando están inmersos en las partidas, están tan concentrados que los dolores se olvidan (al menos de forma puntual). Además, los videojuegos también ayudan a relajarse y a desconectar. Como cualquier otro tipo de entretenimiento, sirven para reducir el estrés.

Está demostrado, por tanto, que los videojuegos son beneficiosos para la salud, siempre que se utilicen con moderación. Representan una forma sana y divertida de activar nuestro cerebro y nos permiten sumergirnos en mundos virtuales para vivir nuevas experiencias y alcanzar pequeñas dosis de felicidad. Y es que no necesitamos estudios científicos para saber que cualquier usuario, tras haber logrado unas cuantas buenas partidas, se siente más feliz y relajado.