Apostillas y postales del paso de Garro por el Concejo Deliberante
Una bulliciosa barra recibió al intendente Julio Garro cuando este entro al recinto del Concejo Deliberante. Hubo trompetas que acompañaron las canciones, muchas de ellas con dedicatorias y chicanas a la oposición, bastante cotillón, y muchas remeras y banderas amarillas. Cada tanto algún grito opositor se filtraba entre el coro oficialista pero era rápidamente neutralizado. El calor y color que bajó de la barra llevó en un momento al obispo de La Plata, Héctor Aguer, a extender el brazo en lo que pareció un saludo amistoso.
Uno es un muchacho peronista de la más pura cepa, con perfil barrial e hijo de un viejo caudillo tolosano. El otro es un radical ciento por ciento, de esos que no llevan boina blanca simplemente porque ya casi nadie la usa, sobrino de un histórico dirigente de nivel nacional. Ahora, los caminos de la vida lo llevaron a confluir en un gobierno municipal que no es, estrictamente, de ninguno de los partidos. Son el director de Espacios Verdes, Marcelo "Chubito" Leguizamón y el secretario general de la Municipalidad Javier Mor Roig, quienes se cruzaron en pleno recinto y sonrieron departiendo. Claro... ellos tienen otra cosa en común que seguramente les dará mucho que hablar y es su pasión por Gimnasia, el equipo que por estos días le regala más sonrisas que disgustos.
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Mientras adentro del recinto copaban la parada la militancia del PRO y de la UCR, frente al palacio municipal la calle fue ganada por los seguidores del secretario de Gobierno, Nelson Marino. Con una gigantesca bandera amarilla con las imágenes de Garro y el Marino, batieron el parche y le dieron a la trompeta durante los 40 minutos que duró el discurso del jefe comunal.
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