La democracia encuestadora

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La democracia encuestadora

Sabado 22 de Julio de 2017

Esta frase se la escuché en la radio al muy talentoso Martín Caparrós, reciente ganador del premio Cabot 2017 en un diálogo con el periodista Pablo Rossi y no pude dejar de reparar en ella por todo lo que encerraba: con una brillante economía de palabras el escritor había definido y diagnosticado la política que transita hoy la Argentina.

Avanzó luego explicando la política como producto y como se la diseñaba en relación a la demanda.

Hoy gran parte de la “discusión política”, por no decir toda, pasa por las especulaciones de números de encuestas, tendencia del voto, estrategias de marketing político o sí los números que le atribuyen a Cristina en el “conurbano profundo” (parece el título de una novela y quizás lo sea) tienen alguna base de realidad o se ha convertido en una leyenda urbana.

Nadie o pocos hablan de aquellos temas políticos que realmente importan: por ejemplo lo compleja y fantástica votación en la Provincia de Buenos Aires hace menos de dos años, que rompió por decisión propia un ciclo de hegemonía Peronista solo comparable con la experiencia del PRI EN México.

Que no se señale la verdadera tendencia y no la coyuntural de CFK que pasa de una elección presidencial con el 54% a nivel nacional a una de Senadora de la Provincia en donde sus seguidores le atribuyen  más del 30 % y que si uno siguiera esta línea podría visualizar que la próxima debería ser de Concejal con el 15% de intención de voto en alguna ciudad (La Plata o en el sur).

Que existe una razonable posibilidad de que efectivamente la gente tenga muy mal humor por el andar de la economía pero que eso no necesariamente signifique que está dispuesta a volver para atrás y repetir experiencias que en su memoria histórica le advierten que siempre le fueron negativas.

Que no se sale de un “ciclo hegemónico” elegantemente, ni se harán las cosas correctamente como la mayoría de críticos y analistas cuestionan con dureza las acciones del gobierno.

Que a este gobierno curiosamente es fuertemente cuestionado por los pensadores de una izquierda que añora el mundo bipolar y economistas que políticamente no manejaron ni un Consorcio de edificio, adscriptos a un pensamiento de derecha que hace rato dejo de existir en los mismos centros donde ellos abrevan.

Quizás y solo quizás “verdaderamente” estemos en una transición que puede durar 4 u 8 años, que puede tener al mismo protagonista u otro, pero finalmente acercándonos a tener una posibilidad de empezar a cambiar nuestra “tendencia, de más de medio siglo, a la decadencia añorando un pasado mejor” por el riesgo de construir un futuro distinto.