La vagina enlutada regresa a La Plata durante estos últimos viernes del corriente mes (13, 20 y 27 de abril), a partir de las 21.30, en el Teatro Estudio (3 N° 386 entre 39 y 40). Adaptada y dirigida por Gastón Marioni, la pieza está basada en el libro original del psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin y se cuestiona ¿ya no hay hombres o hay mujeres cerradas al amor?

Para desentrañar algo más acerca de esta obra (que se presentó en el mismo espacio en junio y julio del año pasado) Infoplatense entrevistó a una de las actrices del elenco: Jessica Schultz.

“Fundamentalmente, lo que a mí me interesó fue la temática: mujeres que deciden abandonar el amor para siempre. Deciden no volver a involucrarse sentimentalmente, ni emocionalmente, ni físicamente” es lo que explicó la protagonista, que comparte cartel con Judith Gabbani, Mónica Salvador, Ana Padilla y Cecilia Tognola.

Al momento de explayarse sobre qué fue lo que la atrapó para decidir formar parte del proyecto, comentó que también el título: “por eso La vagina enlutada, porque lo que tienen en común es eso: por diferentes razones y experiencias de la vida deciden no volver a tener una pareja nunca más. Y la verdad que no me equivoqué en mi elección porque es una realidad que no está muy a la vista, pero si empezás a investigar en la familia de cada una de nosotras hay mujeres que enviudaron y nunca más se abrieron al amor, mujeres que por malas experiencias con maridos o abandonos se quedan en ese dolor y nunca más vuelven a exponerse a sufrir, con todos los riesgos que implica una nueva relación”, y retoma la pregunta central de la pieza teatral: “por eso la pregunta es ´¿ya no hay hombres?´ algo que todo el mundo dice, y algo de lo que las mujeres se quejan. También se dice que hay 7 mujeres por cada hombre. O, en realidad hay que pensar que hay mujeres cerradas al amor. Hay mucho de eso y es algo que hemos ido constatando con el público”. Y la actriz remarcó que la obra “es también para hombres, porque a la larga los hombres también se ven identificados en algunas historias”.

-¿Cree que el sólo título de la obra llama la atención?

-Es controvertido porque hay de todo: en principio hay mucho prejuicio, no sé si por la palabra vagina o por la asociación con enlutada, que por ahí esa palabra molesta. En principio, la gente cree que va a haber algo superficial, chabacano y en realidad se encuentran con lo contrario: una comedia dramática, que tiene mucho humor, con personajes entrañables que los querés enseguida porque en su dolor son muy divertidos. Y después, porque toca en profundidad esa sensación de vacío que tienen las mujeres que no vuelven a tener una relación.

El humor como aliado

Al momento de ser consultada sobre cómo se utiliza el humor en la obra para decir cosas importantes, cosas serias, Jessica Schultz reconoció: “el humor es un vehículo fantástico. En el texto está bien plasmado, la adaptación de Gastón Marioni tiene una intencionalidad de que tengan momentos de mucha hilaridad para tomarse uno así la vida. Todas las tragedias tienen su lado cómico y la comedia dramática es un poco como es la vida, que tiene todo”.

-¿Cómo describiría a Julieta, su personaje?

-Ella es la que guarda un secreto que se devela al final. Ella dice ser feminista y dice haberse liberado de la necesidad de tener una pareja. Y no es tan, tan, tan así en el fondo. Es una mujer que por las experiencias  que le han tocado vivir es un poco irónica, un poco cínica. Sobre todo el humor ácido lo usa como escudo para defenderse de ese dolor que le provoca la experiencia que está viviendo. Son distintas maneras de enfrentar el dolor y lo vas a ver claramente en cada uno de los personajes.

Para el final, dejó una invitación especial para todos los platenses, que no tienen que dejar de ver La vagina enlutada: “Fundamentalmente porque la van a pasar bárbaro. Se van a divertir, se van a reír y se van a emocionar, que es lo mejor que te puede dar una obra, que además salgas pensando que está bueno que haya tantas mujeres que podamos compartir nuestra experiencias y divertirnos  con lo que nos pasa y, eventualmente, pensar acerca de eso y poder animarse a pasar a otra instancia de la vida”.