Este 2 de abril de 2018 recordaremos una fecha trágica para los platenses y todos los argentinos. La terrible inundación del 2A fue un hecho anunciado. Antecedentes como el del 27 de enero de 2002 y el del 28 de febrero de 2008 así lo predecían. Los estudios técnicos fueron muy claros. El que encargó el intendente Alak a la Facultad de Ingeniería prevenía que las obras hidráulicas de nuestra región estaban atrasadas varias décadas y que se las debían adecuar al nivel de las necesidades de ese momento y a las previsiones sobre el crecimiento urbano y la realidad climática cada vez más adversa.

Las autoridades locales y provinciales hicieron caso omiso a estas advertencias. Nada se hizo y así nos fue. Tuvimos 89 muertos reconocidos por la justicia más las pérdidas materiales y afectivas.

Scioli y Bruera fueron los responsables. Es lamentable que a pesar de las pruebas existentes, la justicia haya paralizado las causas, salvo honrosas excepciones.

Pero con el cambio de gobierno muchos confiaron en que las cosas irían mejor. La nueva gestión aprovechó el desprestigio de la anterior y comenzó con los anuncios de finalización de las obras hidráulicas para cada fecha electoral, declamaciones sobre que todo está mucho mejor y que sólo faltan las puntadas finales.

Las últimas lluvias dicen lo contrario. Y como si esto fuera poco, los especialistas prevén que una vez que estas obras estén operativas, sólo habrá mejoras relativas. Pero el gobierno no habla de esto y quiere crear la idea de que estamos prácticamente con el problema solucionado. Mienten.

Entonces es fundamental ser claros. Hay que decir que el problema central no es la discusión técnica como nos quieren hacer creer. La cuestión fundamental es que el actual gobierno ha instrumentado un modelo económico de profundo ajuste para los sectores populares y beneficios para los dueños del capital. Un modelo económico que privilegia la rentabilidad, beneficia los intereses privados y posterga las necesidades de los que menos tienen. Ninguna gestión legislativa ni ejecutiva declaró la zona como de Desastre ó de Emergencia, que aliviaría de impuestos agobiantes a los damnificados, tampoco Garro ni Vidal, mientras sí lo hicieron ante el incendio en Tornquist (zona de countries, sojeros y ganaderos). El juez Luis Arias, que fue el único que defendió a los damnificados, fue enviado a juicio para su destitución, por haber cuestionado el accionar indebido de funcionarios encubridores. Y no hubo ningún funcionario preso ni procesado ni citado a declarar.

En ese modelo no encajan las millonarias sumas que representan las obras hidráulicas. Por lo tanto, no forman parte de sus prioridades.

Este hecho hay que denunciarlo porque, quedarse en la discusión técnica, es hacerles el juego a los gobiernos municipales y provincial. Es ser funcional a sus políticas antipopulares.

No es casual que la educación y salud pública sean postergadas, los salarios y jubilaciones no se ajusten ante una inflación que castiga a los más necesitados, que se endeude el país y nos condenen a nosotros y varias generaciones más a pagarla. Nada es casual, es parte de un plan para que, quienes más tienen tengan más y quienes menos, paguemos la fiesta.

Es en ese sentido que queremos fijar nuestra posición y aclarar que no adherimos a las actividades previstas para el próximo 5to. Aniversario del 2A por las Asambleas de Inundados – La Plata porque, precisamente, no denuncian esta situación con absoluta claridad reduciendo todo a falencias técnicas.

EL VERDADERO PROBLEMA POR EL QUE LAS OBRAS HIDRÁULICAS NO SE EJECUTAN AL RITMO QUE REQUIERE LA DURA REALIDAD QUE NOS TOCA VIVIR Y TAMPOCO PREVÉ OBRAS COMPLEMENTARIAS QUE SIGNIFIQUEN UNA VERDADERA SOLUCIÓN ES EL MODELO ECONÓMICO DE AJUSTE QUE INSTRUMENTÓ ESTE GOBIERNO.

EL PROBLEMA NO ES TÉCNICO, ES POLÍTICO, DE UN GOBIERNO PARA RICOS QUE PRETENDE QUE LOS FINANCIEMOS LOS POBRES.

Carlos Franchimont, Marcela Sanchez, Alicia Cap, José “Pepe” Rusconi - Vecino de Parque Castelli, Vecinos de Barrio Norte.