Sergio Barón, músico, chef y científico: un platense que revoluciona la tecnología

Jueves 25 Abril, 2024

Sergio Barón, músico, chef y científico: un platense que revoluciona la tecnología

Jueves 03 de Mayo de 2018 1

Con su emprendimiento DYNAMI está cambiando la forma de desarrollar tecnología de vanguardia en baterías de litio. Un emprendedor que está innovando en soluciones para dispositivos médicos y wereables de última generación.

Sergio Barón es un personaje único. Todos aquellos que, como este cronista, lo conocen desde hace más de 30 años, no dudamos en definirlo como una rara mezcla de músico talentoso, cocinero gourmet, anfitrión exquisito para cualquier evento y, por sobre todo, un tipazo! Amigo de todos y por sobre todo, un tipo afable, humilde e idealista hasta la médula. Soñador empedernido.

Platense como pocos, desde chico despuntó su curiosidad haciendo, generando y rompiendo siempre el molde de lo estándar. Los límites nunca parecieron funcionar en él. La UNLP fue testigo de su desandar por las aulas centenarias de la Facultad de Ingeniería en busca de respuestas a sus múltiples interrogantes científicos. Aprobar las materias de una larga currícula fue un proceso tedioso y estructurado al cual Sergio le escapó en sus primeros años para luego encontrar el rumbo con foco en la investigación en uno de los laboratorios más renombrados de la época: el CETAD del viejo y renombrado profesor Antonio Quijano. Allí primero como ayudante y luego adjunto empezó a perfilar una trayectoria académica impresionante nunca exenta de viajes por USA y el viejo continente para seguir conociendo e investigando la realidad que lo rodeaba.

Outdoor Computing fue uno de sus primeros “startups” cuando la palabra emprendedor no se mencionaba y era sinónimo de bicho raro (años 2000). Él, fiel a su estilo, desarrolló prototipos con tecnología WAP para teléfonos móviles y lo comercializó con los grandes players del mercado celular de nuestro país. Sus amigos nos mirábamos y nos preguntábamos qué sería del futuro de nuestro Sergio soñador y creativo como ninguno.

A mediados de los ‘90, recuerdo sesiones y ensayos de música sin límite de horario en su Taller-Estudio de calle 12 donde además vivía con su querida familia. Figuras TECHIE del hoy como Martín Migoya (CEO Globant), Martín “cuervo” Karakachoff & Francisco Bochatón (Peligrosos Gorriones) o Alfredo Calvelo (productor y renombrado ingeniero de sonido) circulaban y convivían en una rara armonía buscando sonidos en una ciudad que latía –y late– al ritmo de nuevos géneros musicales. 

Sentado en la vieja Casona de Synergia Coworking donde hoy tranquilamente tendría su lugar en el mundo para trabajar y crear se explaya con comodidad hablando de su presente fulgurante y sus aspiraciones con su nuevo emprendimiento DYNAMI (ingeniería de desarrollo para baterías de litio ultradelgadas)

-¿De qué se trata el proyecto DYNAMI?
-Las baterías tradicionales no caben en los dispositivos médicos, los llamados “wearables” e Internet of Things finos y flexibles y es por ello que se necesitan soluciones a medida. DYNAMI es una startup que desarrollas soluciones de ingeniería pare el desarrollos de baterías ultradelgadas. Hablamos de un proyecto de alcance global con crecimiento exponencial. Ideal para los nuevos modelos de inversión en startups de tecnología disruptiva.

-Siempre hablamos de litio. ¿Exactamente a qué nos referimos?
-En el mundo crece significativamente la inversión en fábricas de baterías de litio, lo que nosotros llamamos nuestros “partners industriales”. La gran mayoría de ellas se ubican en el sudeste asiático y algún que otro desarrollo en USA muy reciente. El litio constituye una de las tantas materias primas componentes de estas baterías, aunque el litio en sí mismo es un “commoditie” que sólo impacta en 1/200 del costo final del producto terminado ya que el 40% de los mismos tienen que ver con otros materiales como ser el aluminio o el cobalto. Lo importante es que seguimos nombrando a estas baterías como “baterías de litio” y el 30% de su valor tiene que ver con desarrollos de ingeniería como los que desplega DYNAMI desde Argentina (La Plata) en un formato único en la región.

-Contanos qué implica para DYNAMI desarrollar este tipo de soluciones con base de ingenieríe en desarrollo.
-Hoy en día – y lo que se prevé a futuro – implica que los dispositivos que contienen baterías de litio deben tener “co-integrados” a los circuitos de las baterías de litio y la mejor forma de hacerlo es a través de la nueva manufactura aditiva. Toda la industria va hacia la “cyber-industria” con máquinas automatizadas bajo control numérico.

-¿En la Argentina hacemos desarrollo de ingeniería para estas baterias o es algo 100% nuevo?
-DYNAMI hace tecnología, no hay otro en nuestra región que haya encarado un proyecto similar y ese es seguramente el diferencial que nos ha permitido crecer aceleradamente en los últimos 18 meses con premios y menciones en medios nacionales. En la Argentina hay aproximadamente entre 60 y 80 científicos que hacen ciencia básica en baterías de litio y muchos de ellos han conformado emprendimiento o empresas con un claro perfil químico buscando mejorar la performance de estas baterías a través de los materiales componentes. Distinto es lo que hemos encarado desde DYNAMI innovando en el diseño de las celdas con un perfil más ingenieril. Hacemos innovación en un mercado poco atacado en Argentina y en toda Sudamericana.

-¿Qué lugar ocupa el litio en sudamerica que permite afrontar estos desafios en términos de innovación científica?
-Para que te des una idea, Argentina, Bolivia y Chile representan el 85% de las reservas de litio explotables a nivel mundial en zonas de salares a cielo abierto (triángulo del litio) lo cual ya te da una idea de la importancia de la región. Sólo en Argentina hay 22 empresas que realizan esta explotación ubicando a nuestro país como el productor Nº 1 a nivel mundial con más de U$S 1.000 millones en inversiones foráneas en los últimos 2 años. El producto final es la “sal de litio” o “carbonato de litio” que se vende a razón de U$S 7.000 la tonelada. Todo esto en el haber. En contra mencionamos que el litio por sí solo es un commoditie lo cual baja la relevancia de las reservas ya que la manufactura se realiza en Asia. Si seguimos con el ejemplo podemos decir que esa tonelada de MP que valía U$S 7.000.- se transforma en U$S 5 millones con el producto terminado (relación de 1000:1). 

-¿Cómo es el mercado mundial de las baterias de litio por lo cual resulta trascendente todo este tipo de desarrollos?
-La batería de litio es una industria de alta tecnología como los transistores en los circuitos integrados tipo CHIP. Digamos que a partir de principios de los años 2000 hubo avances importantes en los materiales y desde entonces no ha parado de crecer pero sin dudas, el crecimiento más significativo se ha dado con el desarrollo de los autos eléctricos a nivel mundial; allí está el principal mercado de las beterías. Sin embargo, existen mercados paralelos (de nicho) para nada despreciables como el de los “wereables” (indumentaria con chips) o los dispositivos médicos donde el desarrollo recién está dando sus primeros pasos (más de U$S 1.200 millones al año) y donde es posible competir ya que en el de los autos, Panasonic o Tesla marcan la tendencia y la avanzada.

-¿Cómo ese te ocurrió meterte en este tipo de trabajos?
-En Estados Unidos hice un trabajo de tesis para mi Master en la Universidad de Maryland entre los años 2011 y 2012. Se trataba de una plataforma para descubrir nuevos materiales en el marco de un programa del Departamento de Energía del gobierno de Estados Unidos. Trabajaba con muchos socios que colaboraban en este tipo de programas de investigación. Ya en la Argentina, algunos años después y habiendo trabajado con otros emprendimientos (NR: proyectos con radares para países en vías de desarrollo), me di cuenta que era un campo de desarrollo virgen y a través de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) encontré un lugar ideal para poder empezar a desarrollar los primeros prototipos. Casi en paralelo participé de la Conferencia Regional del litio llevada a cabo en San Salvador de Jujuy donde me encontré con la misma problemática que existía en Estados Unidos: muchos trabajos con base química pero un abismo hacía desarrollos de alta tecnología. Fue una apuesta importante demostrarnos entre todos que podíamos trabajar juntos en un nuevo formato colaborativo sintetizando lo mejor de cada perfil.

-Contanos tus inicios en la Fundación Argentina de Nanotecnología.
-La FAN es una institución que conozco hace años. Daniel Luppi –director de la FAN y ex Jefe de Electronica del INTI- me dejó empezar y luego de darle forma al proyecto de trabajo –y subsidio no reembolsable de la FAN mediante– iniciamos las actividades de investigación. La FAN es una fundación privada fundada por el estado argentina (Presidencia Néstor Kirchner) y financiada 100% por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Su función es promover el desarrollo de tecnología. En su edificio se pueden instalar empresas y allí tengo un “comodato” para poder usar sus instalaciones donde hay muchas empresas de biología, química y similares. Realmente una institución de primer nivel a la cual le debo mucho de todo lo realizado a la fecha.

-¿Te considerás un emprendedor con todas las letras?
-Sí, obviamente. El emprendedor típico argentino usa tecnología para hacer negocios. Yo, con más de 40 años recorrí todo ese camino y creo tener una madurez que me permite entablar diálogos cara a cara con cualquiera. Todo el recorrido realizado marca una diferencia sin duda alguna. Quizá uno de los grandes diferenciales que logré en DYNAMI tuvieron que ver con encontrar el “TIMMING” y el entendimiento de las condiciones de entorno favorable que permiten desarrollar partners a nivel mundial para nuestros desarrollos con base de ingeniería.

-Acá entramos en consideraciones polémicas. Por ejemplo, muchos músicos se consideran también emprendedores. ¿Cualquiera puede ser emprendedor?
-Sin duda. Los emprendedores son aquellos que generan valor a la sociedad y logran efecto de multiplicación. Innovación no es sinónimo de emprendedor. El emprendedor devenido en empresario tiene un fin social generalmente: genera empleo, valor, calidad de vida, etc. Todos traen un beneficio para los terceros. Aquí, discrepo con alguna de las aseveraciones de Andy Freire –ministro de Modernización del GCBA– que dice que debe haber un emprendedor por cada argentino y entonces me pregunto: ¿quién dará empleo?

-Antes, la universidad era el camino obligado. Hoy casi todos piensan en emprender. ¿Es solo una moda?
-Te cuento lo que veo hoy en día. Pareciera que un buen equipo emprendedor está conformado por un millennial que dejó la carrera con una idea brillante, un MBA de una empresa exitosa y una chica linda. La idea podría ser una red social del tipo un UBER para pasear perros… Ellos constituyen un “buen equipo emprendedor”. Hoy nuestro ecosistema es “chato” porque nuestro país está desindustrializado y por ello tenemos poca posibilidad de crear cosas o proyectos de economía real que terminen siendo sustentables. En mi época, con mi proyecto de WAP para celulares –año 2000– el ecosistema era chico pero hoy sigue siendo chico y chato (casi 20 años después). Todos te dicen si el proyecto es muy bueno la plata fluye pero la realidad es que hay muy poca liquidez en aquellos que desean invertir. Todos trabajan con comités de inversión pero se mueven realmente poco en el plano real.

-Ser emprendedor es fashion. Llegar todos los días con una idea distinta… pero sin contactos. Todos queremos ser emprendedores.
-Yo creo que para hacer algo exitoso hay que crear “valor” y hay pocas cosas que generan valor realmente, son solo aquellas que acumulan mucho conocimiento. Y para poder acumular conocimiento hay que saber, y para saber hay que estudiar. Me da la impresión que el millennial argentino se mira el ombligo y no ve el entorno internacional. No saben lo que pasa en la esquina y eso es un error fatal. Te doy como ejemplo algo actual: acaban de salir en nuestro país 3 plataformas idénticas de bicletas como despacho. Algo muy trillado en el mundo con barreras de entrada “cero” cuando debiera tener una barrera de entrada muy alta lo cual indica una idea fuerte. Si Martín (Migoya) y Guibert (Englebienne) hubieran vivido y pensado en GLOBANT desde Miami –y no desde La Plata- seguramente la hubieran hecho mucho más grosa, no tengo dudas porque fue una muy buena idea en el momento justo. No fueron las milanesas del Dante.