El intendente de Berisso, Jorge Nedela, firmó a comienzos de mes un convenio con el ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, que dispone la unificación de ambas fuerzas policiales. Unas 30 localidades del interior desarticularon también sus fuerzas policiales locales.

Como en paralelo, desde la Municipalidad se anunciaban avances en el Policiamiento, las dudas sobre el futuro de la fuerza local se hicieron sentir. Finalizando esta semana, el secretario de Justicia y Seguridad municipal, Darío Ganduglia, ratificó que, a diferencia del distrito vecino conducido por Nedela, La Plata continuará funcionando con los uniformados celestes.

En ese sentido, Ganduglia enfatizó que policiamiento mediante, se abocó al estudio en profundidad del delito en siete zonas conflictivas de la Ciudad, 4 en el casco y 3 en las localidades.

“A nosotros nos sirve la Policía Local, y tenemos una muy buena evaluación de su participación en las pruebas piloto del sistema de policiamiento del que participó la Ciudad en varios barrios”, dijo a el funcionario en declaraciones a la prensa.

Como informara Infoplatense,  desde el peronismo alertaron por el crecimiento del delito en La Plata:  Con estadísticas de la Corte, sostuvieron que el delito aumentó en los últimos 2 años.  Enfocaron las críticas en el sistema británico de “policiamiento” y lo calificaron como “otra propaganda de Cambiemos, sin ningún contenido ni programa de seguridad".

Nacida en la campaña 2015

La Policía Local fue creada en 2015 por Daniel Scioli y Alejandro Granados (entonces ministro de Seguridad) de cara a la campaña presidencial del ex gobernador. El objetivo era darle el poder a los intendentes para trazar políticas de seguridad en sus distritos.

Todo se hizo en tiempo récord: desde que se inscribían como candidatos hasta que salían a patrullar las calles armados apenas pasaban seis meses. En muchos casos, los aspirantes no llegaban a realizar prácticas de tiro.

Tras la llegada de María Eugenia Vidal al gobierno, el grupo de intendentes peronistas que lidera Martín Insaurralde pidió mayor poder para controlar la Policía Local y trazar políticas de seguridad en los distritos. Pero, tras varios intentos Vidal y Ritondo se mostraron infranqueables y no cedieron poder alguno.