El “bienintencionado” negocio de la Unidad

Viernes 29 Marzo, 2024

El “bienintencionado” negocio de la Unidad

Viernes 04 de Enero de 2019 3

“El camino del Infierno,
está empedrado de
buenas intenciones”
San Bernardo de Claraval


 Por Carlos Caramello

De tan evidente, es casi natural que pocos lo vean. Como esos objetos que uno acerca demasiado a los ojos y, entonces, comienzan a hacerse borrosos, informes, difusos. Pero la UNIDAD ha sido ya decretada por el Poder Fáctico como única salida a ese modelo de anarco capitalismo financiero que viene operando en los últimos tres años en la Argentina y que no tiene ya manera de sostenerse. Porque, salvo que vendan una porción del territorio nacional, nuestro país, en 2020, no podrá cumplir con los compromisos contraídos y eso lo convertirá en un “deudor serial y patológico” que, probablemente, se lleve puestos a los gerentes de unos cuantos organismos internacionales de crédito y, puede que hasta ponga en jaque el modelo a nivel mundial… cosa directamente imposible. Por eso, lo que fracasará será el ex - mejor equipo de los últimos 50 años, Cambiemos fracasará (aunque algunos corchos radicales se mantendrán a flote) y el peronismo volverá para recomponer la economía hecha trizas.

Es que, como dijo alguna vez un Flaco que no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno: “los muertos no pagan”. Y si algo necesita el Mercado -y también la Internacional Financiera- es que Argentina honre sus deudas: Como saben hasta los economistas de Cambiemos, sin producir no se pueden obtener divisas (en un mundo que no está demasiado entusiasmado en invertir y que tiene a cerrarse puertas adentro de las grandes economías planetarias). Y sin mercado interno, la producción no tiene destino. Así que, se hace imprescindible un rebranding del sistema; que “todo cambie para que todo siga igual”. Gatopardismo a la violeta, ¿vio?

La salida, entonces, es la UNIDAD, que les permitirá imponer una suerte de progresismo intervenido, construido sobre la imagen de algunos dirigentes genuinamente nacionales y populares que serán infiltrados por personeros del Poder -debidamente maquillados y enmascarados- para vigilar y castigar en el caso de que algún iluso del nuevo staff gubernamental osara intentar alguna política de estado ligeramente revolucionaria.

Quiénes están del lado de los patriotas y quiénes del lado de los realistas, sería una perogrullada señalarlo. Si a alguien le queda algún tipo de dudas, sólo necesita googlear el nombre en cuestión y ver las alianzas y acciones del susodicho/cha: las leyes que votó -si es que tuvo una banca en algún cuerpo legislativo-; las declaraciones en las distintas ocasiones en las que se le requirió una opinión; las compañías con las que decidió fotografiarse… En fin: hay un archivo vivo en las redes (un placar que aguarda ser abierto y consultado). Es verdad que la gente cambia. Y que quien se equivoca puede corregir. Pero cuando la equivocación se vuelve la única forma de hacer política… no es cuestión de andar haciéndose el boludo todo el tiempo!


Cómo se vende la Unidad

“Lo más importante es desalojarlos del Poder”. “Tenemos que juntarnos con ese objetivo primario”. “No importa los sapos que haya que tragarse”… Las voces bienintencionadas se alzan en los lugares de trabajo, los comercios, las universidades, la calle. La UNIDAD ha devenido en la piedra filosofal de la nueva política. Es más. El Pueblo empieza a convencerse de esto. Tanto predicamento ha alcanzado la versión del grotesco político contemporáneo que todo huele a revival de aquel viejo chiste sobre el “Club Unidos Triunfaremos, Desparramados… ¿Qué Haremos?” que se contaba en el teatro de revistas de los años ´50.

Este dislate sólo encontraría una relativa justificación en encuestas que los medios concentrados echan a rodar casi a diario en forma alternativa: hoy un noticiero, mañana un diario, pasado un analista político en un seminarios… Encuestas que demostrarían que Cristina es la única dirigente opositora que perdería contra Macri en segunda vuelta. Claro… eso si se le cree a Clarín, TN, La Nación, América Noticias, Radio Mitre y toda la caterva de medios gráficos y audiovisuales que sirvieron a la construcción del engaño en 2015 y que han profundizado su accionar en los últimos tiempos.

Y hay quienes les creen… no crea! Pero que se digan opositores al gobierno y paralelamente hagan análisis prospectivo en base a lo que afirman estos medios es un tanto… esquizofrénico.

De todas maneras, lo que se vende como una necesidad para afuera, requiere otro argumento hacia adentro. Y ese argumento es el negocio. “No hay negocio político sin negocio económico… y viceversa”, rezaba uno de los apotegmas cínicos de los ´90. Pareciera que hoy, el negocio político se ha vuelto aún menos relevante que en aquellos años. Entonces van por el otro.

“En la UNIDAD, cobramos todos”, dicen bajito, casi un susurro, los operadores cuando encuentran algún cuadro dirigencial que opone resistencias. “Si Cristina gana sola, esto va a ser un baño de sangre”, advierten utilizando una metáfora poco feliz si la hay, y agregan: “Además nos va a gobernar La Cámpora”, como si con esa amenaza cerraran todas las alternativas posibles.

Puede que algunos desaguisados del último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; algunas actitudes soberbias de los pibes; algunas traiciones módicas que casi todos conocen pero que la mayoría calla porque así es la política, se traduzcan en una cuota de razón para quienes revolean escenarios catastróficos si el populismo volviese al Poder… con poder. Y puede también que esta perspectiva gane aún más adeptos si se consulta a algunos kirchneristas que fueron abandonados con un paquete de papas fritas para cruzar el desierto, después de la victoria de Cambiemos.

Operaciones. Viejas cuitas. Vueltos. Ni aún cobrando las muestras, los sociólogos y encuestadores se animan a darle menos de 35% promedio a la ex presidenta en primera vuelta. Y si a esto se le suman porcentajes de indecisos y apoyos laterales de dirigentes provinciales (por ejemplo, en Tucumán, Alperovich roza los 40 puntos de intención de voto con el espacio kirchnerista, y le saca casi 10 puntos al gobernador Manzur, que juega con el peronismo en defensa propia, el espacio más unitario de la argentina federal) Cristina podría alcanzar los 40 puntos necesarios para ganar en primera vuelta, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad cierta de que Massa y Macri se fagociten mutuamente.


Además de serlo hay que parecerlo

Pero… ¿Ella, Quiere SER?

Quien le ha entregado su vida, su salud, su tranquilidad y la de su familia al Pueblo (sin contar la muerte de Néstor), tendría todo el derecho del mundo a aspirar a un retiro que le permita disfrutar de sus afectos. Es más: si cada uno de los que hoy piensa en Cristina 2019 -y sólo en eso- hiciese una evaluación personal y se preguntase si está dispuesto a entregar TANTO; seguramente la ex presidenta no tendría tantas presiones populares.

Por otra parte, quien ya lo ha dado todo, ¿tiene algo que perder? Y, si la respuesta fuese NO, entonces podría tener mucho que ganar. Aunque siempre penderá sobre su cabeza la espada de ese Damocles judicial y contemporáneo llamado Claudio Bonadío (tan parecido en muchos sentidos a aquel adulador de Dionisio que dio origen a la parábola moral contada por Cicerón). El pistoluque no trepidará ni un instante en mandarla presa si el Poder Fáctico (Embajada mediante) entendiera que Ella está a punto de volver.

Aparece, entonces, La Voluntad. Siempre relevante a la hora de la decisión política. Nunca se llega a ser si no se desea intensamente ser. Nunca se consigue un lugar en el firmamento de los poderosos si no se ha decidido luchar apostando todo para lograrlo. Nunca se vuelve, siempre se llega de nuevo. La voluntad es, entonces, condición necesaria –aunque no suficiente- para el regreso de Cristina a la presidencia de la Nación. Y sólo Cristina sabe si en verdad la tiene… y, como es su costumbre, juega al póker.

Mientras el Pueblo apretado por la necesidad, y el establishment, acosado por el espanto, deshojan esta margarita política, pasan los días que llevan inexorablemente a las elecciones 2019 en un vertiginoso Déjà Vu  de imágenes que remiten a Brasil:

1.- es casi imposible transferir a ningún candidato la totalidad de los treinta y pico de puntos de intención de voto que tiene Cristina Fernández de Kirchner, cualquiera sea la encuesta que se consulte.

2.- cuanto más cerca se esté del cierre de las listas, más difícil va a ser poder constituir un candidato alternativo... y la estrategia de adelantamiento de las elecciones ya es algo más que un deseo.

3.- los ideólogos del desaguisado, difícilmente hayan llegado hasta acá, haciendo las cosas que han hecho, para admitir, democráticamente, que el kirchnerismo o populismo o como sea que quieran llamarlo, vuelva al Poder a hacer de las suyas.


Epílogo, casi un lamento

Argentina enfrenta un escenario político en el que, los medios van a ser otra vez determinantes. Por un lado, los pseudo opositores van a ser utilizados para avalar y proyectar variopintas candidaturas en un abanico que irá desde la Izquierda Perfumada, promotora del voto en blanco. hasta el Peronismo en Defensa Propia que, luego de haberle hecho el campo orégano a Cambiemos, se rasgará las vestiduras y se golpeará el pecho (aunque no dirá nunca: por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa…). Todo, sazonado de Cristinismo & Adláteres, amenazas y concreciones de cárcel, allanamientos sorpresivos de madrugada (para ver si se consigue alguna foto en camisón), declaraciones altisonantes, violencias varias (sin descartar ni las más brutales) todo el inequívoco (y trillado) objetivo de fragmentar el voto anti macrista.

Además aparecerá, con explícita nitidez, una avenida del medio de los Medios: Corea del Centro, conformada por periodista que acompañaron el régimen pero ahora ven la luz. Y descubren que… caramba! hubo mucha mentira en el gobierno de Macri… aunque sin abandonar NUNCA su letanía “se robaron dos pebeíses”, en una aparente incitación al “que se vayan todos” que, en realidad opera para infiltrar de aliados el nuevo gobierno.

Y, finalmente, el tándem Clarín-La Nación & Combo, fidelizando con sus posturas misóginas, violentas, cuasi-fascistas a ese sector de la población que: antes muertos que populistas. Los amantes del gatillo fácil; los propaladores de “la violaron pero había dejado el secundario y usaba la pollera corta”; los adoradores de “todos sabemos que los pobres no llegan a la Universidad”.

Cada bolsón de la sociedad gozará de un discurso dirigido a sus mentes cada vez más incapaces del pensamiento crítico. A sus inteligencias cada vez menos inteligentes. A sus literalidades incapaces de toda metáfora o cualquier ironía. A sus cabecitas inundadas de un odio que no comprenden bien, pero ejercen con deleite. Todo digitado, otra vez, por los que luego del fracaso de Macri, necesitan un gobierno que parezca populista, pero sea conservador. Y, para eso, no encuentran mejor argumento (ni mejor negocio) que la UNIDAD deglutidora de sapos.

Lo demás será voluntad militante… compromiso popular… y, lamentablemente, casi ninguna otra cosa.