La planificación del desarrollo regional: un desafío clave para la gestión municipal

Jueves 25 Abril, 2024

La planificación del desarrollo regional: un desafío clave para la gestión municipal

Miércoles 23 de Octubre de 2019

Por Leandro Amoretti - Dirigente de Patria Grande, economista y docente, especialista en Economía Política Argentina (FLACSO).

#OPINIÓN – Necesitamos encarar dos debates que son claves para lograr poner en marcha, desde el municipio y la provincia, un proyecto de desarrollo productivo profundo: regionalizar la provincia de Buenos Aires, definiendo a nuestra región como un sector productivo importante e integrado, y elaborar las estadísticas productivas que nos permitan planificar con claridad las políticas estratégicas que son tan necesarias para avanzar en cambios estructurales.

Cambiemos finalizará su gestión con una desocupación que asciende cómodamente por sobre los dos dígitos en el Gran La Plata. Peor aún es la tendencia de crecimiento del desempleo juvenil (próximo al 20%), la feminización de la pobreza y el riesgo de la inseguridad alimentaria, los cuales se presentan como alarmas impostergables en el marco de la crisis general.

La política económica de los últimos 4 años se ha caracterizado por lo que en la historia económica de nuestro país se denominó “modelo de valorización financiera”, en el cual el endeudamiento externo es una variable clave. Este modelo funciona garantizando ganancias extraordinarias al capital financiero, mientras que los trabajadores y los pequeños capitales productivos son quienes pagan los platos rotos.

Ante este escenario resulta imprescindible derrotar al neoliberalismo con una catarata de votos, recuperar el timón de la política económica, y avanzar en debates estructurales. En ese camino, la Provincia de Buenos Aires y la región conformada por La Plata, Berisso y Ensenada constituyen un eje clave desde el punto de vista de la economía política.

En este punto hay dos debates necesarios y vinculados entre sí: la regionalización de la provincia de Buenos Aires y la elaboración de estadísticas productivas como herramientas de análisis y planificación.

Las discusiones sobre la estructuración de la provincia en diferentes regiones productivas son parte de un debate pendiente de larga data, lo que lo vuelve un tema ineludible para el próximo gobernador Axel Kicillof, que ya mostró signos de tener la voluntad de encararlo con seriedad. Bajo este marco, nuestra ciudad se inscribe como el corazón del aglomerado Gran La Plata (La Plata, Berisso y Ensenada) y como el territorio productivo más relevante de la zona sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

Modificar la matriz productiva de nuestra región, reactivar la economía, y por sobre todo crear puestos de trabajo y recuperar el salario real, constituye un desafío que trasciende a la simple enumeración de títulos. Se requiere la elaboración de una propuesta integral de planificación productiva regional, impulsada por una coalición política de carácter popular y sostenida sobre nuevas condiciones macroeconómicas que favorezcan la producción y empleo.

La jerarquización de los parques industriales, las obras de infraestructura, la refundación del Banco Municipal y los créditos para los pequeños/as productores/as rurales, entre otras, son políticas públicas indiscutibles. No obstante, sin una propuesta de integración, articulación y planificación en común se pierden potencialidades. Concretamente disminuyen las posibilidades de generar empleo en la región y entrelazar el tejido productivo.

Aquí es donde se presenta el segundo debate: la necesidad de elaborar estadísticas productivas. La metodología estadística expresada en la “matriz insumo producto” es para ello el esquema ideal. Allí se relacionan las transacciones realizadas entre el sector primario (agro), el secundario (industrial) y el terciario (servicios) de una economía, y también se expresa la demanda final. Esta herramienta se constituye como un instrumento ampliamente utilizado y recomendado para la planificación económica.

La matriz insumo producto sistematiza las ventas y compras entre sectores, ya sea en términos agregados o para un bloque determinado de productos, por ejemplo, software, hortalizas o barcos. Registra el impacto en cada etapa de la producción y en el resto de los sectores. En la Provincia de Buenos Aires y en particular en la región del Gran La Plata, permitiría estimar el impacto en la compra de insumos (dentro de la cadena de valor de un producto), el incremento del empleo, y el aumento de la producción en otros bienes ante la mayor demanda de una mercancía. Así pues, estima multiplicadores de empleo, de producto y eslabonamientos productivos. Si bien el conjunto de transacciones de cada cadena transciende la región del Gran La Plata y presenta un desafío metodológico, su ordenamiento y la identificación de las cadenas con mayor desarrollo y potencialidad deben ser parte sustantiva de las tareas del nuevo gobierno.

Supongamos la existencia de una planta procesadora de tomate en nuestra ciudad que produjera salsa de tomate enlatada (década atrás existió una), un incremento en su producción repercutiría directamente en el empleo de la región, en la producción hortícola, en la producción siderúrgica (Ensenada) y en la conformación de un conjunto de proveedores locales del resto de los insumos y servicios. En idéntico sentido se podría pensar con un mayor grado de complejidad los efectos de la reactivación de la industria naval en la región.

Ahora, nuestra región exhibe una serie de fuerzas productivas y capacidades instaladas que se destacan por su potencialidad, especialmente las directamente vinculadas al estado nacional, provincial y/o municipal. Entre ellas se encuentra la refinería de petróleo más importante del país, el Astillero Río Santiago, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Tecnológica Nacional, el Consocio de Gestión del Puerto La Plata y el Mercado Regional de La Plata. Asimismo, las cadenas de valor alimenticia, química, automotriz, de software, textil, metalmecánica y de la construcción son bloques muy importantes en el aglomerado, con un porcentaje de su capacidad de producción subutilizado.

A excepción de la gestión de Mario Secco en Ensenada, los gobiernos de La Plata y Berisso no han impulsado políticas que trasciendan lo inmediatez de una foto o anuncio grandilocuente. En contraposición, resulta necesario promover la asociación estratégica entre los tres municipios, conformar consorcios productivos en cada una de las cadenas, incorporar a las organizaciones de la economía popular y potenciar las economías de aglomeración urbana en pos de generar rápidamente puestos de trabajo, defender el salario real, y finalmente modificar la matriz productiva de la región.

Por último, luego del diagnóstico y los debates desplegados, no se pueden perder de vista los tiempos impuestos por la crisis económica y social, por lo que se requiere una combinación entre la planificación y la acción. De ahí que la articulación de los nuevos gobiernos locales debe dar respuestas, siendo la construcción, y en especial la construcción y mejora de viviendas de los barrios más humildes, junto con la pequeña obra pública (zanjeo, entubados, mejorado, etc.), las políticas con mayor impacto en los multiplicadores de empleo, aportando a su vez una medida de equidad urbana.