De acuerdo a los datos del Observatorio de la Deuda Social, el 49,3% de las personas ocupadas en el país pertenecen al sector micro-informal, que engloba a "actividades laborales no profesionales, con alta rotación y baja o nula vinculación con el mercado formal". Dentro de ese sector, el 81,7% de estos trabajadores tiene un empleo precario o un subempleo inestable y sus ingresos son 41% menores que sus pares del sector formal. Además, el 75,9% no cuenta con aportes jubilatorios y el 51,3% no posee cobertura de salud.

El trabajo de la UCA, realizado en base a los datos de empleo difundidos por el Indec la semana pasada sobre el tercer trimestre de 2018, indica que solo el 44,1% de la población económica activa (PEA) logró acceder a un empleo "pleno de derechos". Mientras que el 9,9% de esta población se encontraba abiertamente desempleado y el 18,6% sometida a un subempleo inestable (realizando changas, trabajos temporarios o no remunerados, o siendo beneficiarios de programas de empleo con contraprestación). Al mismo tiempo, el 27,2% contaba con un empleo regular pero precario (con niveles de ingresos superiores a los de subsistencia, pero sin afiliación alguna al Sistema de Seguridad Social).

Además, se destaca que el ingreso medio mensual de los trabajadores del sector micro-informal fue un 41% menor que el ingreso del total de ocupados: en el período analizado, el promedio del sector formal fue de $ 17.454, mientras quienes se encontraban sometidos a condiciones de informalidad, apenas promediaron los $ 10.283.