Según números oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en abril los salarios volvieron a perder la carrera contra la inflación, aumentando 2,2% frente a un incremento de 3,4% del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Los sectores más perjudicados en el mundo laboral fueron los trabajadores no registrados o en negro, que en abril tuvieron un aumento salarial de 1,2% y en el último año apenas de un 31,1%, perdiendo 15,9% del poder adquisitivo de sus salarios (que en promedio es la mitad del  de los registrados).

Los estatales, por su parte, vieron aumentar 2% sus salarios de abril, con un interanual de 39,7% y una pérdida real de 10,3%. Los trabajadores en blanco del sector privado incrementaron 2,8% sus salarios en el cuarto mes del año, con un 37,2% en los últimos 12 meses y una pérdida de 12.

Considerando que asalariados del sector público y privado suman 10 millones, más otros 5,2 millones del sector informal se puede tener la dimensión del impacto que tiene una pérdida de poder adquisitivo superior al 10% en la economía nacional, lo que explica buena parte del desplome del consumo del último año.

Además, el propio Indec reconoce un crecimiento del sector informal del 33,9 al 35% y el Ministerio de Producción y Trabajo confirmó que en abril se perdieron 14.900 empleos registrados (203.900 en los últimos 12 meses).

Todos estos datos parecen ir en sentido contrario de la “recuperación” económica que se postula desde el Gobierno, que incluso tomó la decisión de no eximir al medio aguinaldo de junio del pago de ganancias argumentando que este año no hacía falta ese beneficio porque los salarios vienen ganándole la carrera a la inflación.