En estos días, todos nos sentimos conmovidos por el cierre de un icono platense que estuvo instalado en la vida de nosotros, sus medialunas y sus sabores. Como lo están en el recuerdo, lo hermoso que era caminar por la Avenida 7, sus buenos comercios, sus arboles y sus perfumes. Luego mejoro con sus farolas, que hacían recordar su fundación y grandeza.

Pero desde hace mucho tiempo, nuestra avenida principal, fue abandonada, sucia, y presa de agresiones contra sus inmuebles. Peligrosa para quienes la transitan. Desde hace mucho tiempo, no funciona su principal atractivo, El Pasaje Dardo Rocha, ni tampoco el Teatro Argentino, ni el Teatro del Bosque. Ni hablar de la Terminal, y el abandono de la diagonal 80, y así podría seguir…

Porque la dejadez es general y total. No es de ahora, viene desde hace mucho tiempo, desde el ultimo gobierno de Julio Alak para acá, nada se ha hecho, o lo que es pero aun, se profundizo el deterioro y la Gran Avenida fue tomada por los vendedores ambulantes (victimas del sistema económico) llegando casi a 5000 manteros que diariamente se distribuyen por las principales arterias. Siendo con Lomas de Zamora y Lanus, las tres ciudades con mas venta ilegal del país. La economía informal destruye a la economía formal y a sus puestos de trabajo.

En estos últimos tiempos lo que si hay que destacar es la valiosa inversión privada en gastronomía y hotelería, pero la misma es realizada en soledad, y solo encuentran en el Gobierno Municipal trabas y exigencia absurdas. Nunca apoyo real, ni genuino. Nunca una política para desarrollar la actividad privada movilizadora y generadora de trabajo.

No existe en Argentina, una capital de provincia, tan abandonada como La Plata, la provincia mas rica, tiene la peor capital, y esto, es solo responsabilidad de los desastrosos gobiernos municipales, siendo también los gobernadores, quienes no se han interesado para nada en nuestra ciudad.

De a poco nos hemos ido acostumbrando a vivir con una tremenda inseguridad, desidia por parte de los gobernantes, y la marginalidad que nos rodea.

Sin lugar a dudas, todos somos responsables en primera instancia, de elegir tan mal a quienes nos gobiernan en esta ciudad, que sin embargo cuenta con el mayor presupuesto de toda la provincia por habitante, pero con barrios humildes más abandonados. La ciudad con mas policía y con mas inseguridad, con mas Universidades y con menos empresas, con mas profesionales, pero con menos cultura, con mas políticos, pero con menos pensadores con sentido común.

Ojala que la próxima vez que debamos elegir, tengamos la posibilidad de hacerlo por alguien que sepa lo que es pagar un sueldo, o vivir de un sueldo privado. Alguien que sea un funcionario digno y no un privilegiado ñoqui del  estado. Que la política sea una herramienta, no solo en lo discursivo, sino en lo real y genuino, un elemento valioso de transformación, y una forma positiva de entender la vida.