A pocos días de que se cumplan seis años de la muerte de Nisman, el próximo 18 de enero, se comienzan a dar pasos para tratar de determinar el origen de fondos ocultos por el ex funcionario, desde una cuenta con 660 mil dólares en Nueva York hasta una cuenta no confirmada en Uruguay por otros 280 mil dólares provenientes de Israel y una serie de departamentos en Ciudad de Buenos Aires y Punta del Este (dos y tres respectivamente), pasando por el siempre misterioso contenido de las cajas de seguridad que la madre del fiscal Sara Garfunkel vació inmediatamente después de la muerte del fiscal.

Originalmente la causa que investigaba la fortuna de Nisman estaba en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal fue Juan Pedro Zoni, que lograron algunos avances iniciales, pero luego se los reemplazó por el juez Bonadio y el fiscal Eduardo Taiano. El abogado de la familia Nisman es el ex fiscal Pablo Lanusse, también abogado de Mauricio Macri en algunas causas vinculadas con el espionaje ilegal. Tras el fallecimiento del magistrado federal, sus expedientes quedaron en manos de Martínez de Giorgi, quien en noviembre ya dispuso una serie de medidas, después de que el financista Claudio Picón reclamara la devolución de una camioneta Audio que le había “prestado” a Nisman (en el departamento de Nisman se encontró un cheque por 200 mil dólares firmado por Picón).

Los abogados del técnico informático Diego Lagomarsino también solicitaron que la investigación se extienda a los bienes de la ex pareja de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Lanusse, por otra parte, ya presentó un recurso ante la Corte Suprema para bloquear las investigaciones que propone el actual juez de la causa, pero el Máximo Tribunal aún no decidió si intervenir en un caso con tantas aristas políticas como el de la posible corrupción de Nisman, una figura que se usó y se sigue usando como ariete político contra el kirchnerismo.