El último día de mayo, con el impulso de la llegada al país de más vacunas contra el coronavirus y de la fuerte campaña llevada adelante por el Gobierno provincial, se registró en Buenos Aires un récord de inscripciones para vacunarse.

Tal como lo informó el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, ese día el número acumulado de personas anotadas en la Provincia llegó a 7.739.585.

De esa cifra, menos de 6 millones viven en el Gran Buenos Aires, donde hay cerca de 8.500.000 de habitantes mayores de 18 años. Es decir que al menos 2.500.000 personas que ya podrían anotarse para recibir la vacuna, por ahora no lo hicieron.

Ampliar el universo de personas incluidas en el plan de inmunización masiva, para así aumentar cuanto sea posible el ritmo de vacunación, es un objetivo central para la administración de Axel Kicillof.

En ese contexto se enmarcan varias de las últimas estrategias implementadas. Se dispuso que los mayores de 70 años “con DNI que acredite domicilio en la Provincia de Buenos Aires” puedan presentarse en los vacunatorios aunque no tengan turno o no se hayan inscripto en la app Vacunate. También arrancó la inscripción presencial en todas las sedes del Instituto de Previsión Social (IPS).

El pasado lunes, en una conferencia de prensa, Gollan contó que analiza junto con los 135 intendentes la idea de “detectar posibles nichos de gente que aún no se ha vacunado o inscripto” en los lugares de entrega de bolsones de asistencia alimentaria escolar.

Todas estas medidas tienen un porqué. Y es que si bien la inscripción para recibir la vacuna contra el coronavirus ha ganado impulso en los últimos días, todavía no se acerca a lo que el Gobierno provincial pretende.

De acuerdo con números relevados por el Programa de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, en 17 de 26 municipios del Gran Buenos Aires menos del 50% de la población está anotada para vacunarse. El dato se desprende del último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud bonaerense, con cifras que corresponden precisamente al último día de mayo.

Además, la situación no es pareja en todo el Conurbano. En la región Sur es donde los municipios presentan números más bajos. Allí, Lanús y Avellaneda son los únicos que tienen “entre 500 y 600 inscriptos" cada 1000 habitantes.

Lomas de Zamora, Almirante Brown, Quilmes y Berazategui figuran en el rango de "400 a 499" cada 1000. En tanto que Esteban Echeverría, Ezeiza y Florencio Varela están "entre 265 y 399".

Desde el Ministerio aclaran que se manejan con estos rangos y no con datos exactos ya que "la decisión de hacer pública la cantidad de inscriptos depende de cada municipio en particular".

En el Oeste la situación es dispar. Hay cuatro distritos “entre 265 y 399” anotados cada 1.000 habitantes: Moreno, Merlo, La Matanza y José C. Paz. Y cuatro por encima de los 500 cada 1,000: Morón, Ituzaingó, Hurlingham y Tres de Febrero. San Miguel es el único en un rango medio, “de 400 a 499” registrados para vacunarse, cada 1.000 habitantes.

Donde la inscripción es mayor es en la región Norte. Allí ningún municipio tiene menos de 400 anotados cada 1.000 habitantes. Y hay tres por encima de 500: San Isidro, Vicente López y San Martín.

De los nueve que tienen más de la mitad de su población ya anotada, únicamente dos están por arriba del 60%. Son Morón y Vicente López.

En la Provincia de Buenos Aires, desde el comienzo de la campaña a fines de 2020, la inscripción está abierta para todos los ciudadanos mayores de 18 años, más allá de que después la vacunación se realice por etapas.

En esto, el territorio gobernado por Kicillof se diferencia de otros como, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires -el caso opuesto más relevante, por cercanía-, donde van anotando a medida que abren los cupos para los diferentes grupos y edades (Fuente: Informe Clarín)