En las últimas horas, los jefes de los bloques del Frente de Todos y Juntos por el Cambio en el Congreso acordaron descongelar sus sueldos que permanecían estancados desde el año pasado ya que no habían sido actualizados cuando los empleados del Congreso recibieron un aumento del 69% en julio de este año.

Así las cosas, tras llegar a un acuerdo, se firmó la resolución para derogar el artículo 2 de la resolución 03/2022 que establecía que cualquier aumento en los haberes y/o dieta de los legisladores debía ser tratado y aprobado por el pleno de ambas cámaras. A pesar de que el incremento para el personal legislativo fue del 69%, los legisladores nacionales aprobaron una suba del 30% para sus sueldos que entra en vigencia a partir de este mes.

Cada diputado tiene un sueldo base de unos $420.000, a los que se le suman los gastos de representación por $37.000, sin embargo a esos $457.000 terminan quedando en una cifra cercana a los $340.000 una vez que se les descuentan los aportes a la obra social, jubilación y ganancias. También cobran $30.000 por movilidad y los diputados del interior reciben $90.000 por desarraigo.

Por su parte, los senadores tienen una dieta de $496.000 que representa un sueldo de bolsillo de $349.000 una vez descontados los aportes. Sin embargo, a esa cifra se le suman $25.000 por gastos de representación y $74.000 por desarraigo, aunque esta suma termina quedando en $90.000 luego de los descuentos correspondientes. El 30% de aumento aplica sobre la base de los 349 mil pesos de bolsillo, por lo cual el sueldo a partir de noviembre se ubicaría en torno a los 455 mil pesos.

Según trascendió, los representantes de los bloques minoritarios no participaron de la negociación. De hecho, el dirigente del Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, expresó: “Rechazamos  cualquier aumento de las dietas, porque cobramos igual que un docente y aportamos el resto de la dieta a causas populares”.