Fue el mismo Dardo Rocha quién las consiguió del Museo de El Cairo (en ese momento llamado Bulaq) y trasladó todos estos objetos de una de las civilizaciones antiguas más estudiadas e interesantes de todos los tiempos hasta el corazón del bosque de La Plata. La gran colección de momias egipcias del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, están resguardadas en uno de los subsuelos.

Por su parte, quien desató el misterio fue el director del Museo, el Dr. Luis María Torres, al momento de dar la orden de abrir cada uno de los sarcófagos con fines de estudio y análisis para saber un poco más sobre ellos. Lo que no se esperaba, era que al momento de realizar esto, desencadenaría una serie de sucesos muy extraños que dejarían boquiabiertos a la mayoría de los platenses.

Esta maldición comienza con su enfermedad, poco tiempo después de la apertura de estos, que lo obligó a tener que renunciar a su cargo tan importante de inmediato. Siguió con su sucesor, Augusto C. Scala, ya que falleció de un infarto a los días de haber tenido contacto físico y visual con algunas de las momias que se encontraban allí.

También, la leyenda cuenta que dos empleados del Museo llamados Gaggero y Juan Coñoel, estuvieron implicados en dos trágicos accidentes que terminaron con la muerte de uno de ellos. Después de esto, casi ningún investigador o científico, se ha animado a seguir con las investigaciones que podrían haberse realizado, teniendo en la ciudad, piezas de tal magnitud histórica.