Desde el Gobierno aseguran que se están terminando de cerrar los detalles para establecer el nuevo esquema de tarifas que incluirá los servicios de luz, gas y agua. Aseguran que la tarifa social no tendrá un aumento de precios sobre el consumo de energía, sino que se tratará únicamente de quita de subsidios.

“Estamos trabajando contrarreloj bajo la premisa de que sea una segmentación de tarifas para quien la pueda afrontar, a los efectos de que el subsidio llegue a quien realmente lo necesita”, explicó la secretaria de Energía Flavia Royón, y dejó en claro que los sectores de mayor poder adquisitivo recibirán aumentos menores al índice de variación salarial y divididos en tres tramos bimestrales.

Se estima que son 4 millones de hogares los que no se inscribieron en el formulario de segmentación tarifaria. Dentro de este grupo existen grupos familiares de bajos recursos que, según comentó Royón, el Estado está buscando identificar para que no sufran la actualización.

En cuanto a la tarifa de electricidad, se considerarán diferentes factores, como el climático, y se fijarán topes de consumo por zona y por sector. Los nuevos valores mantendrán la tarifa vigente para los usuarios de ingresos medios y de menores ingresos, aunque no podrán consumir más de 400 kWh. En caso de superar ese límite, pagarán tarifa plena aunque no se resolvió si lo harán solamente sobre el exceso de consumo o sobre la tarifa general.

Respecto al gas, lo único que trascendió es que el tope de consumo será de 92m3. Mientras que los subsidios de agua dependerán del “valor zonal” y los usuarios de altos ingresos pagarán tarifa plena desde el próximo 1° de noviembre.

En cambio, la quita de subsidios será progresiva para los hogares de consumo medio. Desde noviembre contarán con un subsidio del 40%, a partir de enero con un 20% y cuando llegue el 1° de marzo de 2023 no recibirán ningún tipo de asistencia gubernamental.