Según las pesquisas, Rigau habría empleado a 48 personas de manera ficticia, a quienes les cobraba sus sueldos para luego embolsarse más de 23 millones de pesos mensuales.

Este escándalo comienza a salpicar a funcionarios de alto rango en la Cámara de Diputados, quienes han sido citados a declarar entre el 12 de marzo y el 10 de abril en la Unidad Fiscal de Investigaciones N°2 de La Plata.

Pero el alcance del fraude no se limita a la Cámara de Diputados. La investigación también se extiende a la denominada "pista senadores", donde se han convocado a 25 propietarios de tarjetas de acceso bancario utilizadas en el Senado provincial. Se sospecha que una pareja de militantes de Juntos por el Cambio  operaba de manera similar a Rigau, retirando dinero de cajeros automáticos en la capital bonaerense.

Los lazos entre Rigau y esta pareja de operadores en el Senado quedaron al descubierto en filmaciones de los boxes bancarios, donde se les veía cruzarse en horas de la madrugada y saludarse de manera cordial.

Según fuentes cercanas a la investigación, estos encuentros se debían a que compartían la misma actividad: la recaudación de fondos, presumiblemente destinados a financiar actividades políticas de distintos partidos, incluyendo PJ, UCR y PRO, aunque por el momento esto solo es una suposición.

El escándalo, que sacude los cimientos del poder legislativo bonaerense, sigue dando que hablar mientras la justicia avanza en su investigación para esclarecer la magnitud y los responsables de esta presunta defraudación.