Bajo el lema de que "el Gobierno tiene que tomar nota", Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, afirmó que "el paro les dolió" al gobierno y que si se mantiene el rumbo de ajuste, la central obrera seguirá con su plan de lucha.

Las palabras resonaron en el salón Felipe Vallese mientras Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT, enfatizaba que la política del gobierno está llevando a los trabajadores a extremos difíciles de recuperar si continúa su curso actual. Mientras tanto, tanto el Presidente como sus voceros desestimaron el paro como un acto político dañino, una postura que Daer refutó afirmando que "efectivamente" se trata de un paro político en respuesta a las políticas del gobierno.

El titular del gremio de Sanidad, desde el mismo salón donde se llevaba a cabo la conferencia, justificó la medida de fuerza señalando los impactos negativos del ajuste en los sectores más vulnerables de la sociedad. Desde recortes en la asistencia social hasta despidos masivos en el Estado, los representantes sindicales enumeraron una serie de problemas que, según ellos, la política actual del gobierno ha exacerbado.

En un momento en que el Congreso discute la Ley Bases, que otorgaría al Poder Ejecutivo facultades para disolver entes públicos sin justificación, la CGT adviertió que no tolerará más medidas que perjudiquen a los trabajadores. Con reuniones con senadores en marcha y la posibilidad de una movilización al Congreso en el horizonte, el mensaje es claro: si el gobierno persiste en su rumbo, la CGT también persistirá en su plan de lucha.

El paro, más que una medida aislada, se conviertió así en un punto de inflexión en el complicado diálogo entre el gobierno y los sindicatos, marcando una escalada en las tensiones y dejando en claro que el descontento de los trabajadores no caerá en oídos sordos.