"Cuando un tema de LPQLP suene en una cancha estaremos hechos y jugando en primera"

Domingo 19 Mayo, 2024

"Cuando un tema de LPQLP suene en una cancha estaremos jugando en primera"

Domingo 27 de Agosto de 2017

Infinitamente crudo y sincero, el “Viejo” Nahuel Amarilla anticipa cómo será el show de La Perra que los Parió en el Opera. Habla de su evolución, del rock nacional, los amigos en la ruta y su experiencia en Malvinas con ex combatientes.

A casi un año del cierre de un gran 2016 acompañando a La Beriso como banda telonera en su emblemático show en el Estadio Monumental, LPQLP sumó kilómetros y rutas transitando ciudades de todo el país con festejos varios por los 10 años de su segundo disco “Por las calles”. Pasaron clásicos vernáculos como La Trastienda (porteña y enloquecida) y festivales icónicos como Rock en Baradero y el inigualable Cosquín Rock. El sábado 2 de septiembre llega a nuestro melancólico templo “rocker”, el viejo y querido Teatro Opera, para enloquecer a sus fanáticos que no dudarán en llegar desde Capital Federal y gran Buenos Aires para explotar la ciudad de las diagonales que ansía su vuelta desde hace dos años. La espera llegó a su fin. Nahuel y su jauría harán tronar sus equipos Fender por más de tres horas para que el sueño de volver sea una realidad. Sonará de fondo su última placa: "Ni Tan Pronto", la segunda parte de su disco doble –que completa su antecesor, "Ni Tan Tarde"

Mediodía soleado de martes en la vieja casona inglesa de Synergia Coworking Space y Nahuel Amarilla, clase `76 y voz líder de La Perra que los Parió se acomoda en una de las salas para la entrevista. Viene de girar desde muy temprano x sets de radio y redacciones, pero sonríe, se acomoda en una silla pensada para emprendedores (¿…y yo que soy?) y descarga crudamente toda la pasión que su viejo le inculcó por la música. El “Viejo” como le dicen sus amigos, como le gusta que lo llamen.

En el arranque, nada mejor que bucear en sus inicios, allá por el barrio porteño de La Boca. Nahuel jugaba de local mientras que otros miembros de la banda venían de la industrial Avellaneda. Año 2000 y los minutos del reloj girando. Y un hito que los marcó a fuego: internet y la importancia de transportar todo su potencial por las redes. LPQLP fue de las primeras bandas que comprendió la importancia de este mundo en pañales allá por el año 2004 cuando para lograr hacer trascender su primer disco (La Perra que los Parió, producido por Goy de Karamelo Santo) difundieron sus temas vía Messenger entre grupos de amigos. A quienes enganchaban, le hacían el delivery del viejo CD a domicilio. Una forma creativa de financiar su primera locura musical (¿…o emprendimiento?). Mal no les fue porque esa misma placa los llevó por primera vez invitados a su primer Cosquín Rock abriendo uno de los escenarios temáticos en un tórrido verano del 2005. Pocos meses y en abril de 2006 editan su segundo disco titulado “Por Las Calles” en clara alusión a los primeros seguidores de la banda y a su increíble mecánica de difusión mediante grafittis y entregas domicilio.

-¿Qué significan las “Redes Sociales” para LPQLP y qué lugar ocupan en su día a día?

-En Redes estamos a full. Hoy la gente escucha Radio por internet. Muchos cambios y mucha llegada en todos lados. Las redes siempre nos sorprenden y tenemos un equipo dedicado para ello. Yo también estoy atrás, pero tenemos gente en gráfica, visual, internet, prensa, imagen. Sinceramente, nos gusta estarle encima y ver cómo va caminando. No paramos de pensar en nuevas estrategias para difundir más a la banda porque ya nos acostumbramos a hacerlo desde los inicios cuando éramos prensa, difusión y banda al mismo tiempo. ¡No hemos perdido el vicio! Sabíamos que la movida existía por las redes cuando ni siquiera se llamaban redes y no dudamos en decir que gracias a las redes llegamos adonde llegamos. Nos han ayudado en hacer crecer la banda y cubrir el interior del país desde el vamos. ¡Las redes hoy te exigen día a día y nos llevamos un montón de sorpresas como pedidos para que vayamos a tocar ya mismo!

-El sábado 2 de septiembre cuando su gente llene el viejo y querido Teatro Opera de calle 58, Karamelo Santo sonará abriendo una noche mágica. Y pensar que Goy fue su primer productor y hoy las vueltas de la vida los junta nuevamente. ¿Cuánto de armonía musical y cuanto de destino hay en este reencuentro?

-Hay una amistad con Karamelo Santo desde los inicios y particularmente con Goy; siempre fueron un referente en lo musical como grupo que se movía en forma independiente. Tuvieron muchos temas internos con separaciones incluidas y hoy están levantando por eso para nosotros que vengan como invitados especiales es algo especial.

-¿El barrio de origen también los unió con los chicos de La Beriso?

-Y más o menos. Ensayan a la vuelta de nuestro estudio. Eso dice algo, ¿no? Nos conocimos años más tarde a través de un amigo en común. Un día que ni me acuerdo como se dio, el Rolo (NR: Rolo Sartorio, cantante de La Beriso) se acercó porque le gustaba un tema nuestro. Los invitamos a cantar en uno de nuestros shows y allí arrancó la amistad. Pegamos realmente buena onda, pero nos conocimos del crecimiento… La Beriso después explotó, explotó con todo lo que eso significa, aunque nada se da de golpe, pero en tres años se pusieron al palo.

-Muchas bandas de esa camada – mal llamadas “Post Cromañon” – evolucionaron a diferentes velocidades. Alguna vez dijiste que no estabas conforme con la identidad musical que transmitían y que entre otras cosas ese hecho dio lugar a la llegada de varias bandas uruguayas. ¿Seguís pensando igual?

-Creo que existe un hueco entre la última camada de bandas locales y las tres emblemáticas para mí que son La Renga, Bersuit y los Piojos. Eso dio lugar a que bandas como NTVG y otras bandas uruguayas tomaron protagonismo. Sin embargo, ahora han surgido muchas bandas desde el “Under” que suenan muy bien y están creciendo y sacando excelentes discos.

-¿Se las escucha realmente? ¿O los medios grandes siguen filtrando?

-Está medio raro. Yo siempre digo que en los medios grandes se hace muy complicado entrar. Para LPQLP les sigue resultando muy difícil acceder a las radios más importantes, portales y medios gráficos de gran llegada. En las radios grandes rockean siempre las mismas bandas. No apuestan por bandas nuevas para darle difusión y no se la juegan. Sólo van a golpear tu puerta cuando ya sos una banda que trasciende. Un buen ejemple es La Beriso que tardó muchos años para que La Mega les diera su lugar. Rolo estuvo enojado y estaba a las reputeadas y eso provocó que durante casi dos años no le diera notas porque sólo lo convocaron cuando llenaron el Luna Park. Obviamente, los medios alternativos existen y acompañan, pero tienen un techo y eso se transforma en una barrera que no se puede traspasar hasta que no sonás de manera masiva. Hay bandas que lograron traspasarlo como Las Pastillas del Abuelo, Salta la Banca y La Beriso misma y llegaron a ese público masivo que empieza a marcar la diferencia.

-¿Para empezar a jugar en las grandes ligas, llegar al Luna Park se transformó en una meta ineludible para LPQLP?

-Vende más, sin dudas. Todas las bandas que rodamos soñamos con hacer un Luna Park o con un Obras ya que uno siempre va por ese camino de crecer. Siento que la banda va creciendo y por eso necesitamos ponernos desafíos. Cuando tocamos en Unión y Benevolencia, un sótano de CF, soñábamos con tocar en La Trastienda y cuando llegábamos estábamos con el culo entre las manos no sabiendo si íbamos a llenarlo. Y después, o ahora, intentar llegar a un Obras. La gente también te exige ponerte nuevas metas porque si no se aburre. Este año decidimos no tocar más en capital porque hicimos todo lo que podíamos hacer. Vorterix, Teatro Flores, La Trastienda millones de veces… y entonces decidimos encarar el conurbano para tomar fuerza en lugares que están buenísimos. La Plata también es una plaza importante al igual que el interior del país para llegar al 2018 con nuevas fuerzas e ideas a Buenos aires con alguna nueva locura de LPQLP.

-¿Para caminar el interior del país, y para una banda como LPQLP, se hace muy dificil afrontar giras?

-Somos una banda independiente y eso cuesta mucho. Siempre queremos volver al interior más allá de tener presencia en redes. La gente nos dice “vengan acá” pero a veces no se puede por más que nos encantaría. Empatas en el mejor de los casos tratando de no perder plata. Rara vez ganas, esa es la verdad y hace que se complique girar todo el tiempo. No somos adivinos y no sabemos cómo nos va ir. Toda esta movida a veces la banca la Banda con un productor local y otras veces solo nosotros porque se nos ocurre y nos pinta el lugar. Sin embargo, a decir verdad, en un año tan complicado como este 2017 no nos movimos todo lo que hubiéramos querido.

-Muchas fechas y muchos kilómetros. ¿Cómo encaran las giras a nivel logístico?

-Es todo muy acotado. Solo van los músicos y los que laburan; todo muy medido con los gastos muy justos en hoteles y traslados. Casi lo calculamos por fin de semana porque a veces tenemos hasta cuatro fechas por fin de semana cuando antes por ahí girábamos hasta una vez por mes. La estrategia fue entonces bajar los precios de las entradas en el conurbano y tocar para tomar un poco de riesgo el año que viene en Capital Federal

-¿Qué lugar le das a los festivales y a los países limítrofes para bandas en crecimiento permanente como LPQLP?

-El Cosquín Rock es uno de los festivales más federales que existen y te abre realmente muchas puertas y José es una persona que apuesta fuerte por el rock y por las bandas (NR: José Palazzo, productor general del evento). Obviamente nos gusta ir al escenario principal porque jugás en primera. A nosotros nos ha permitido llegar a muchos lugares del país y le estamos muy agradecidos por ello porque conectamos con periodistas y bandas de todos lados. Los festivales te permiten que te vean a gran escala y por eso también hemos ido a Uruguay y nos gustaría ir más seguido, pero volvemos al tema costos porque el cambio no nos favorece en nada. Como independiente tenés que apostar y tener la guita para elegir entre pagar una gira, sacar un disco u otras variantes.

-Tocaron y grabaron el último disco en Groove. ¿Para cuándo el disco en vivo de LPQLP ?

(Respira, se ríe y piensa. El productor local Pablo Migliore lo mira y también esboza una sonrisa cómplice) “Es un capricho mío porque vamos a tener DVD el día que hagamos un Luna Park o en Obras o no va a existir”.
-En Groove filmamos todo a pleno pero ya va a llegar…

-¿La producción del próximo disco (2018) seguirá en manos de Juanchi?

-Ya estamos trabajando en nuevos temas y Juanchi (NR: Juan Espada, guitarrista de la banda y productor de los últimos discos) –como siempre- dice que este va a ser el único, pero después vuelve una y otra vez. De todas formas, nos gustaría trabajar con otro Productor quizá como una Co-Producción. Tener otra mirada nos va a sumar aunque somos medio hincha pelotas con eso. No queremos que nos cambien el sonido de la banda; ya lo hemos visto en bandas amigas y no queremos pasar por esa experiencia. Son cosas que hay que negociar con cuidado.

-Cambiando de tema, te quiero llevar a Malvinas. Allí filmaron “Trae el tiempo la voz”. ¿Qué te dejó esa experiencia a nivel personal y por qué decidiste hacerlo 30 años después del conflicto?

-Fue una locura mía que fue creciendo con los años. La canción la escribimos a medias con un amigo y cuando terminé de hacerlo le dije a mis íntimos que sería bueno poder viajar para grabarlo allá. A mí, es un tema que me marcó desde chiquito y siempre carburé el tema de los chicos que estuvieron allí durante el conflicto. Cuando llegó el momento se lo comenté a la banda, la idea gustó e hicimos los arreglos de producción con Juanchi para después preparar todo para grabarlo en el cementerio de Puerto Argentino. Averigüé todo y viajamos.

El entrevistado hace un alto y vuelve el tiempo atrás como rememorando esas mañanas frías en las islas con ex combatientes que viajaron a su lado y terminaron siendo sus guías y amigos. “Recorrimos mucho con los chicos. Se vive una vibra rara, una nostalgia que no se puede explicar. Me contaron muchas historias y nos acoplamos en todas sus jornadas. Fue como vivir todo en primera persona por lo que te toca en lo más íntimo. Terminamos llorando como era lógico y tiñó el video sin duda alguna. Una experiencia increíble”.

Toma agua. Ya entró en calor y necesita espacio. Trata de sacarse su campera de cuero, pero no hay caso, está trabada y putea en todos los idiomas. “Sólo a mí se me ocurre ponerme esta porquería”, dice. Y se larga a reír como un nene.

-Tienen mucho movimiento de covers en canales como YouTube. ¿Eso los inspira y les genera un compromiso aún mayor con su feligresía?

-Nos gusta y tratamos de darle manija en las redes. Es como un rebote interesante cuando empiezan a hacer covers tuyos. La vuelta sería completa si suena ya un tema en una cancha ¡Ahí, ya estás!

-¿Cómo está la banda hoy? ¿Es un equipo sólido?

-Trabajamos en equipo. En las entrevistas cuando vamos juntos cada uno habla en su espacio. Preguntan de la historia y salgo yo. Producción, aparece Juanchi. Toques de color a cargo de Jorge (NR: Jorge Bekmezian, baterista de la banda). Tenemos muchas cosas en común a pesar que no nos conocemos de chicos. Somos amigos a esta altura después de casi 14 años y nos manejamos bien. De tanto en tanto nos permitimos algunas movidas paralelas y nos damos algo de espacio: a mí me gusta tocar como solista en acústicos y cada tanto viajo y lo hago, el batero también toca en otros lados porque se aburre y Juanchi hace música publicitaria en estudio, pero seguimos siendo en esencia LPQLP.

-¿Cuáles son tus gustos musicales que te han marcaron?

-Siempre Beatles y Stones como referencia ineludible. Pero escuché siempre mucho rock de afuera con bandas de todas las épocas: Pearl Jam, Led Zeppelin, Jethro Tull, Nirvana, Floyd, FooFighters. De acá también: Soda, Redondo, Charly, Calamaro. En mi casa siempre se escuchó mucho rock porque mi viejo me incitó a tocar la viola y fue el primero en marcarme con los Beatles o los Stones. Va solo a los shows grandes hoy en día y a pesar que es de pocas palabras me dice “Hoy sonaron bien, hoy no tanto…”. Se emociona, aunque no deja que lo veamos. “Tiene los discos y los pone sin decir nada”. Él siempre quiso que aprendiera a tocar, pero yo no quería, era duro para sociabilizar. Después aflojé y arranqué.

La charla discurre entre jugos, agua y carcajadas. Rock en estado de síntesis. Habla de cómo LPQLP se transformó en una banda comedora de asado con el infaltable vino. Algo de fútbol –más televisado que otra cosas- para despuntar el vicio y más comida. Jorge es un gran cocinero y eso tira.

-¿Qué experiencia tienen del público de La Plata?

-Vinimos por primera vez en 2009 y tocamos en una esquina para 30 personas de las cuales 25 venían de capital. Tenemos movida en La Plata. Nos gusta tocar en esta ciudad; hace dos años que no venimos, pero la estábamos extrañando en el fondo. Habíamos tocado en Xenonn dos veces y recuerdo que era un lugar medio peligroso porque no había vallas y con mucha gente siempre cuidábamos que no pasara nada con la gente. Ya después migramos a la Sala Opera donde es todo mucho más cómodo a pesar que no estuviera lleno. Ahora volvemos y tenemos muchas expectativas, pero paso a paso o mejor dicho a paso lento pero seguro”

-¿Por qué tocan sets largos? ¿Qué es eso de que nuestra gente termine con la cabeza reventada?

-A nuestra gente les gusta shows largos. 34 temas o más. A nosotros también obviamente. Tres horas a full pero se nos pasan volando. ¡Somos medio salvajes!

-¿Qué le falta a LPQLP para acelerar a fondo?

-Nuestros colegas nos dicen eso: “Están sonando muy bien, les falta algo más para explotar y atravesar ese muro”. LPQLP va por buen camino, alcanzando los objetivos que nos ponemos. ¡Nos falta un paso más! Para mí el tema de las explosiones de las bandas es un tema para estudiar. La Beriso llenó el Luna Park y un mes después metía 120 personas en San Luis. Parece un sinsentido…pero es así.

-¿Qué pueden esperar los fanáticos de LPQLP en el 2018?

-Seguramente vamos a perfilar cambios con respecto al disco anterior. Va a ser un año de cambios. Vamos a tomar nuevos desafíos para no aburrirnos. ¡Vamos a probar un poco el acelerador!

Y así acelerando se fue nomás el “Viejo” con toda su parsimonia y su espíritu de rock barrial a cuestas. Él sabe perfectamente que lo que se viene está cargado de sueños y la posibilidad más cierta que nunca antes de tocar en primera división. Ya pagaron con creces su derecho de piso y quieren brillar en primera persona.

La Plata será testigo de un nuevo camino que están comenzando a transitar.