El tratamiento con cannabis medicinal sigue sorprendiendo con sus beneficios y mejorando la calidad de vida de los pacientes que lo consumen. Ese es el caso de Agustín Alderete, un adolescente de 16 años que padece un retraso madurativo y que gracias al aceite de cannabis logró dejar atrás los episodios convulsivos que no lograba calmar con la ingesta de múltiples fármacos. Ahora, una buena noticia alegró a Agustín y su familia: según confirmó su mamá, Romina Ramírez, la obra social IOMA asumirá los gastos del tratamiento y proveerá al joven del aceite que necesita, cuyo valor mensual ronda los 7 mil pesos. "Mi hijo volvió a tener vida", resumió emocionada. La familia, que vive en Berisso, recibirá a partir de ahora la dosis de aceite que el chico necesita para seguir el tratamiento. 

En este contexto, Ramírez explicó que su hijo, que padece un retraso madurativo desde el momento de su nacimiento, tuvo una calidad de vida altamente deteriorada hasta el momento en que, algunos meses atrás, comenzó el tratamiento a base de cannabis. Convulsiones contantes y dolores punzantes que le impedían respirar con normalidad eran algunos de los síntomas que lo aquejaban a diario y que, gracias al aceite, comenzaron a desaparecer.

Según explicó su madre, la ingesta de diferentes fármacos no mejoraba esta delicada situación sino que sólo lograba que el chico estuviera dormido todo el día. "Tomaba muchísimas pastillas y terminó tirado en una cama durmiendo todo el día. Y aún así, convulsionaba dormido. No podíamos ni alimentarlo. No tenía vida", recordó su madre. Y agregó: "Los médicos me decían que no había nada para hacer y me preguntaban si prefería verlo convulsionar fuerte o verlo dormido. Yo no quería ninguna de las dos cosas. Ahí empecé a buscar opciones", rememoró.

De ese modo, Ramírez explicó que, tras un viaje a China en el que Agustín se sometió a un trasplante de células madre sin obtener los resultados esperados, comenzó a buscar otras opciones. Así fue como dio con el aceite de cannabis. Al principio, se informó por internet y dialogó con otras madres que pasaron por situaciones similares; luego de eso comenzó a suministrarle el aceite a Agustín: al comienzo fueron sólo 4 gotas por la mañana. Y los resultados no se hicieron esperar. "Se despertó y empezó a tener una vida. Empezó a vivir.  El neurólogo me dijo que me iba a apoyar siempre que nada le haga mal al nene. Las convulsiones empezaron a ser menos agresivas, en menos cantidad y menos intensidad", contó Ramírez en declaraciones a 221 radio.

Con el paso de los meses y ante los buenos resultados, el tratamiento se intensificó: "Ahora toma 16 gotas. El neurólogo se las pasó de la mañana a la noche y dejó de tener crisis, hace dos meses no convulsiona más", contó la mujer ilusionada.  Al mismo tiempo, dio detalles sobre los trámites con los que logró que la obra social reconozca el tratamiento: "El médico hizo una historia clínica que pasó por los departamentos de neurología y de presidencia de IOMA. Después de eso me llamaron y me dijeron que lo habían aprobado y que me iban a llamar para decirme como y donde lo podía retirar", explicó. 

En ese sentido dijo que, en la mencionada historia clínica, el médico dio cuenta que ninguno de los anticonvulsivos ni fármacos que la obra social ofrece como solución para los padecimientos de Agustín resultan efectivos y que, incluso, muchos generaron en el adolescente efectos secundarios, como pérdida de sensibilidad y alergias dermatológicas  En este marco, siendo que el aceite de cannabis es el único tratamiento efectivo para un caso como el de Agustín, IOMA terminó por aprobar el tratamiento, costeando el valor de 7 mil pesos mensuales y encargándose de suministrarlo a la familia del joven.

Finalmente, frente a la notable mejoría en la salud de Agustín, su mamá se mostró ilusionada sobre cuáles pueden llegar a ser los próximos avances: "Espero que pueda comer solo y dejar la sonda nasogástrica y que mejore su capacidad pulmonar, porque el aceite de cannabis puede mejorar eso. Quiero darle la mejor calidad de vida", concluyó.