El expresidente argentino Alberto Fernández salió en defensa del gobernador bonaerense Axel Kicillof, asegurando que sufre las mismas presiones que él enfrentó durante su mandato. En una entrevista radial, calificó como “un suicidio político” atacar a Kicillof y adelantó que está trabajando en un libro donde relatará los pormenores de su gestión.
En un contexto de tensiones internas dentro del peronismo, Alberto Fernández reapareció en los medios para respaldar al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, afirmando que “le están haciendo lo mismo” que él vivió como presidente entre 2019 y 2023. Durante una entrevista en Radio Splendid el 16 de abril de 2025, Fernández aseguró que hay sectores que buscan desgastar al actual mandatario bonaerense, una estrategia que, según él, también se aplicó en su contra durante su gestión. “Todos me dicen que a Axel Kicillof le están haciendo lo mismo que me hicieron a mí”, expresó, subrayando la necesidad de proteger a figuras progresistas dentro del peronismo.
Un respaldo en medio de la interna peronista
Fernández no dudó en calificar como “un suicidio” político los ataques contra Kicillof, a quien considera un pilar clave para el futuro del peronismo y de un proyecto progresista en Argentina. “Los que somos peronistas y creemos en la idea de que la Argentina necesita un sistema progresista tenemos el deber objetivo de cuidarlo”, afirmó. Estas declaraciones llegan en un momento en que Kicillof enfrenta críticas tanto desde sectores opositores como de algunos espacios internos del Frente de Todos, especialmente tras los desafíos económicos y sociales que atraviesa la provincia más poblada del país.
El expresidente también aprovechó para reflexionar sobre su propia experiencia, señalando que las internas y las presiones políticas fueron una constante en su mandato. En particular, destacó el quiebre en su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner, que, según él, se profundizó tras la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero de 2022. “Se rompió cuando firmamos el acuerdo con el FMI”, admitió, y agregó que está escribiendo un libro donde detallará “cuidadosamente” cómo ocurrieron los hechos durante su gobierno.
Un libro para contar “su verdad”
El anuncio del libro de Fernández generó expectativa, ya que promete ser un relato introspectivo y crítico sobre los cuatro años de su presidencia, marcados por la pandemia, la crisis económica y las tensiones dentro de la coalición gobernante. Aunque no dio detalles sobre la fecha de publicación o el título, Fernández aseguró que abordará momentos clave, incluyendo su relación con Cristina Kirchner. Al ser consultado sobre si la expresidenta “se comportó mal” con él, respondió: “Yo creo que sí”, y añadió que hay dirigentes que se resisten a aceptar que “su tiempo en el poder ya pasó”.
El libro, según Fernández, también buscará contextualizar las decisiones tomadas durante su gestión, como el manejo de la deuda externa y las políticas implementadas en medio de la crisis sanitaria. Esta no es la primera vez que Fernández se refiere a la escritura como un medio para explicar su perspectiva: en 2019, colaboró con Cristina Kirchner en la gestación de Sinceramente, el exitoso libro de memorias de la expresidenta.
Kicillof, un aliado en la tormenta
El respaldo a Kicillof no es casual. Fernández y el gobernador bonaerense han mantenido una relación cercana, aunque no exenta de diferencias. Durante la campaña de 2019, Fernández elogió públicamente a Kicillof, destacando su preparación y honestidad. “Si algo está lejos de él es la ignorancia”, dijo entonces, defendiendo al exministro de Economía de las críticas. Sin embargo, en el pasado, Fernández también cuestionó algunas políticas de Kicillof durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, como el cepo cambiario y el cierre de importaciones, lo que refleja la complejidad de su vínculo.
Hoy, Fernández parece decidido a cerrar filas en torno a Kicillof, a quien ve como una figura capaz de liderar el peronismo en un contexto adverso. En sus declaraciones, citó una frase que le atribuye a Néstor Kirchner: “Llegar al poder no es difícil, lo difícil es irse”. Según Fernández, los buenos líderes son aquellos que “dejan nuevas generaciones gobernando”, un guiño claro al rol de Kicillof como referente de las nuevas camadas peronistas.
Reacciones y contexto político
Las palabras de Fernández generaron eco en las redes sociales, donde algunos sectores del peronismo celebraron su defensa de Kicillof, mientras que otros interpretaron sus críticas veladas a Cristina Kirchner como un nuevo capítulo en la interna del Frente de Todos. Publicaciones en X destacaron el tono combativo del expresidente, con titulares como “Salvavidas de plomo” o “Alberto Fernández apoyó a Kicillof en la interna con Cristina”.
En el panorama político actual, Kicillof enfrenta el desafío de gobernar una provincia con problemas estructurales, como la inseguridad y el desempleo, mientras se posiciona como un posible candidato presidencial para 2027. Los ataques que Fernández denuncia podrían estar relacionados con las estrategias de desgaste de la oposición, pero también con las tensiones internas del peronismo, donde algunos sectores buscan reposicionarse de cara a las próximas elecciones.
Un mensaje para el futuro
Con su intervención, Alberto Fernández no solo buscó defender a Kicillof, sino también reivindicar su propio legado. Al anunciar su libro, el expresidente parece decidido a contar su versión de los hechos, en un intento por influir en el debate público y en la narrativa del peronismo post-2023. Su respaldo a Kicillof, por otro lado, envía un mensaje claro: en un momento de incertidumbre, la unidad alrededor de figuras progresistas es clave para evitar la fragmentación del movimiento.
Mientras el peronismo redefine su rumbo tras la derrota electoral de 2023, las palabras de Fernández resuenan como un llamado a la reflexión y a la acción. “Tenemos muy buenos dirigentes”, aseguró, apostando por el recambio generacional y por la construcción de un proyecto que, según él, debe priorizar el bienestar del pueblo argentino por encima de las disputas internas.