La Cámara de Diputados de la Nación aprobó este martes con media sanción un proyecto de ley que propone retrasar una hora los relojes en Argentina, una medida vinculada a la crisis energética y a la necesidad de un uso más eficiente de la luz solar. La iniciativa, presentada por el radical Julio Cobos, apunta a volver al huso horario vigente en 1969, con la expectativa de reducir el consumo de electricidad y generar beneficios para la salud de la población.
El proyecto se fundamenta en un doble escenario: por un lado, busca optimizar el uso de la luz natural en el país, y por otro, responde a la coyuntura global marcada por la suba de precios del gas, el petróleo y el carbón, consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Medio Oriente.
Hora solar y Hora Oficial: diferencias clave
Para comprender la propuesta, es esencial distinguir entre dos conceptos: la hora solar y la Hora Oficial. La hora solar se basa en la posición del Sol en el cielo, marcando el mediodía cuando el astro alcanza su punto más alto. La Hora Oficial, en cambio, es una convención que busca unificar el horario en franjas territoriales según los meridianos, aunque no siempre coincide con el mediodía solar.
Andrea Pattini, investigadora del CONICET en el Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE), explica que “la definición del huso horario más adecuada debería acercarse lo más posible al paso del Sol por el meridiano, es decir, al mediodía solar”.
Argentina y sus husos horarios: un historial de cambios
Actualmente, el país opera bajo la Hora Oficial UTC -3, aunque geográficamente debería regirse por el huso UTC -4, que atraviesa la mayor parte del territorio nacional. Argentina ha tenido más de 50 cambios de huso horario a lo largo del siglo XX, alternando entre horarios de invierno y verano, aunque desde 1970 se abandonó la alternancia estacional.

Pattini detalla: “En 1920 Argentina adoptó UTC -4. En 1930 se introdujo un horario de verano en UTC -3 para aprovechar la luz de los amaneceres de verano. Esa alternancia se suspendió en 1970, pero por error quedó establecida la Hora Oficial en UTC -3. Hoy ninguna parte del país se encuentra geográficamente en ese meridiano”.
El desajuste tiene consecuencias prácticas: las ciudades del oeste presentan un desfase de hasta dos horas respecto a la luz natural, provocando que muchas actividades comiencen de noche. Este fenómeno genera jetlag social, también llamado disrupción circadiana, que afecta el ánimo, los niveles de alerta y el rendimiento laboral y académico.
Beneficios del cambio propuesto
Adoptar UTC -4 permitiría alinear mejor la Hora Oficial con la luz solar, reduciendo el jetlag social y potenciando la eficiencia energética. Según Pattini, “el principal estímulo sincronizador de nuestros ritmos biológicos es la luz de la mañana, con efectos positivos sobre el estado de ánimo y el desempeño diario”. Además, la medida podría contribuir a reducir el ausentismo escolar, la siniestralidad vial y mejorar la salud pública en general.
En definitiva, decidir qué huso horario rige en un país no es solo una cuestión administrativa: tiene un impacto directo en la vida cotidiana, la productividad y el bienestar. “Si queremos aprovechar de manera sustentable la luz natural, debemos usarla para iluminar y organizar nuestras actividades diarias”, concluyó la investigadora.