Los fines de semana de recitales en el Estadio Único Diego Armando Maradona vuelven a dejar una postal conocida para los vecinos de la zona: calles colapsadas, veredas ocupadas, basura acumulada y una sensación general de abandono. Frente a la seguidilla de shows previstos para los próximos días, los frentistas retomaron sus reclamos contra la Municipalidad de La Plata y la productora de los eventos por la falta de controles y de medidas que garanticen la convivencia con el barrio.
El malestar no es nuevo. Quienes viven en las inmediaciones del estadio, especialmente sobre avenida 32 y las calles linderas, sostienen que cada recital se convierte en un foco de conflictos: circulación caótica, autos estacionados sobre veredas y accesos a cocheras bloqueados, ruidos molestos durante toda la jornada y, como constante, una profunda falta de higiene en el espacio público.
Uno de los puntos más sensibles es la escasez de baños químicos en la zona. Según denuncian, la falta de infraestructura sanitaria deriva en el uso de jardines, árboles y frentes de viviendas como sanitarios improvisados. “Al día siguiente la limpieza corre por cuenta nuestra. Quedan olores fuertes y suciedad que nadie retira”, relataron vecinos que ya elevaron múltiples reclamos ante distintas áreas municipales.
A estas situaciones se suma la ausencia de un operativo integral que regule el estacionamiento y el movimiento del público. La falta de agentes de control y señalización adecuada expone a quienes residen en el barrio a discusiones permanentes con automovilistas y asistentes, sin que exista una respuesta efectiva del Estado local.
Un nuevo fin de semana que enciende las alarmas
El último evento masivo, protagonizado por La Mona Jiménez, volvió a generar preocupación. Ahora, con dos fechas consecutivas de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado programadas para este sábado 6 y domingo 7, los vecinos temen una repetición del escenario vivido en recitales anteriores.

Recuerdan que el conflicto se profundizó hace aproximadamente un año, durante la serie de shows de regreso de Los Piojos, cuando se produjeron destrozos en la zona. Tras esos episodios, los frentistas presentaron un expediente ante el Centro de Operaciones Municipal (COM) solicitando controles específicos para resguardar al barrio. Sin embargo, aseguran que el pedido nunca se tradujo en cambios concretos. Incluso, la semana pasada un vecino se acercó nuevamente a Control Urbano y recibió como respuesta que la presentación original había sido “extraviada”.
Un barrio que se siente desprotegido
“Entendemos la magnitud de estos eventos, pero también tenemos derechos como vecinos y contribuyentes”, expresó uno de los frentistas. La queja se repite de casa en casa: durante los recitales, las viviendas quedan prácticamente expuestas, sin vallados que ordenen el paso del público ni medidas de contención frente al desborde de gente.
Además, advierten que las condiciones resultan especialmente complejas para adultos mayores, personas con movilidad reducida y familias con niños, que directamente optan por no salir de sus hogares por el estado de suciedad e inseguridad que se genera en las calles.
En ese sentido, señalaron diferencias llamativas en los operativos: mientras que en el acceso por avenida 532 hacia el sector de plateas se colocan vallados blancos que impiden la circulación del público por las veredas, en avenida 32 —por donde transita la mayor cantidad de asistentes— solo se instala una línea de vallas negras sobre la rambla central, sin ningún tipo de barrera frente a los domicilios particulares.
Los vecinos insisten en que no se oponen a la realización de espectáculos, pero reclaman planificación, controles efectivos e infraestructura mínima para que los recitales no se sigan traduciendo en una afectación directa a la calidad de vida de todo el barrio.


