Mientras el Gobierno intenta sostener el tipo de cambio en medio de crecientes presiones, el ministro de Economía, Luis Caputo, buscó explicar los motivos detrás de la reciente suba del dólar. A través de sus redes sociales, apuntó indirectamente a los bancos y al comportamiento de la liquidez en el mercado financiero, en un contexto donde también se debilitan los pilares que sostenían la oferta de divisas y crecen las proyecciones de devaluación para los próximos meses.
Caputo centró su análisis en la transición de las LEFIs (Letras de Liquidez Financiera) hacia instrumentos del Tesoro, como las LECAPs. Según indicó, la baja de tasas se produjo por una sobreabsorción de pesos luego de que los bancos optaran por no canjear todos sus activos como esperaba el Ejecutivo. “Los bancos, temerosos de perder liquidez diaria, no fueron con todo y prefirieron hacer numerales”, escribió el funcionario.
Esta decisión, afirmó Caputo, derivó en una baja de la tasa corta, lo que incentivó la demanda de dólares. El Banco Central intervino absorbiendo más de 5 billones de pesos en tres días hábiles. Sin embargo, esos pesos volverán al mercado el viernes próximo, por lo que el Tesoro realizará una licitación para absorber parte de la liquidez excedente. Según el ministro, esta operación fue solicitada por los propios bancos.
La explicación llega en un momento delicado para el frente cambiario. Desde fines de junio, el dólar oficial acumuló una suba cercana al 10%, impulsada por un conjunto de factores que anticipan un segundo semestre con mayores tensiones.
Se debilitan los pilares de la oferta de dólares
Un informe del área de Estudios Económicos del Banco Provincia advirtió que los cuatro principales mecanismos que mantuvieron estable al dólar entre diciembre de 2023 y junio de 2024 se encuentran agotados o en retroceso: el pago de importaciones en cuotas, la liquidación del agro, el blanqueo de capitales y el financiamiento externo (incluido el FMI). La economía no agro, que en un momento pasó de demandar a ofrecer divisas, ahora vuelve a demandar, y la cosecha gruesa está finalizando.
A eso se suma el impacto del desarme de las LEFIs, que liberó más de 10 billones de pesos. Parte de esos fondos se volcaron a LECAPs, pero el rendimiento de estos instrumentos cayó, reduciendo su atractivo. Al mismo tiempo, la estacionalidad del agro comienza a jugar en contra, lo que afecta la previsibilidad de los flujos de divisas.
Analistas internacionales esperan un dólar más alto y reservas en alza moderada
El último informe de FocusEconomics LatinFocus Consensus, relevó las proyecciones de más de 40 consultoras y bancos internacionales. Allí se espera que el dólar oficial cierre el 2025 en torno a los $1.306, mientras que para 2026 la cotización alcanzaría los $1.510. Los valores proyectados más extremos prevén un dólar entre $1.060 y $1.710 para diciembre próximo, lo que muestra una amplia dispersión en las expectativas.
Respecto a las reservas internacionales del Banco Central, se estima que terminarían este año en USD 34.100 millones y que podrían alcanzar los USD 39.500 millones a fines de 2026. Estas cifras reflejan una visión moderadamente optimista en relación a la evolución del frente externo, aunque sujetas a múltiples variables políticas y financieras.
El informe también proyecta un crecimiento del 4,8% del PBI en 2025, una inflación anual del 42,9% y una baja en la tasa de interés al 26,8%. El déficit fiscal caería al 0,1% del PBI, y se espera equilibrio primario en 2026.
¿Cómo piensa contener la demanda el Gobierno?
Con menor oferta de dólares y sin herramientas extraordinarias como el “dólar soja” o nuevos blanqueos, el Gobierno enfrenta el desafío de evitar una corrida especulativa. Para el economista Claudio Caprarulo, de la consultora Analytica, la clave es evitar una desalineación de expectativas y lograr un nuevo equilibrio dentro de la banda cambiaria. “No hay anabólicos. La suba del dólar es esperable, pero debe ser contenida”, señaló.
En tanto, Federico Glustein opinó que mantener una tasa de interés de corto plazo atractiva será fundamental para “secar la plaza” de pesos y evitar la dolarización especulativa. Además, destacó la importancia de activar licitaciones en momentos de presión cambiaria y utilizar herramientas como los contratos a futuro para desactivar expectativas, sin intervención directa sobre el mercado.
Implicancias para la región y el consumo
Las tensiones en el mercado cambiario no son ajenas a los platenses, donde el dólar impacta directamente en los precios de bienes durables, alquileres y servicios atados a insumos importados. La expectativa de un tipo de cambio más alto hacia fin de año refuerza la percepción de incertidumbre y condiciona las decisiones de inversión y consumo.
En un contexto donde el Gobierno busca consolidar una narrativa de “desinflación sostenida”, la presión sobre el dólar, la liberación de pesos y el freno a la oferta de divisas podrían convertirse en un nuevo test de consistencia macroeconómica.