La audiencia contra la jueza Makintach por la causa maradona fue postergada hasta el lunes 10 por un insólito desperfecto en la sala de audiencias. El agua caída del aire acondicionado interrumpió el suministro eléctrico y obligó a desalojar el recinto.
La segunda audiencia del jury contra la jueza Julieta Makintach, acusada de participar en el documental que provocó la nulidad del debate por la muerte de Diego Armando Maradona, fue suspendida por un corte de luz. Al parecer todo ocurrió porque empezó a caer agua del sistema de aire acondicionado, lo que provocó el corte en el Senado bonaerense, donde se desarrolla el jury.
El desperfecto ocurrió minutos antes del inicio de la audiencia, cuando el personal técnico detectó la filtración de agua sobre una de las luminarias del recinto. La situación obligó a evacuar el lugar por razones de seguridad y, tras evaluar los daños, se resolvió suspender la jornada.
Agua, cables y justicia en pausa
Según trascendió, la filtración no fue producto de la lluvia, sino de una falla en el sistema de climatización del edificio. La caída de agua sobre el tendido eléctrico generó un corte total de energía que impidió continuar con el proceso.
La escena, que podría parecer sacada de una comedia de enredos, dejó en evidencia las condiciones edilicias del Poder Judicial entrerriano y generó comentarios irónicos entre los presentes. “La justicia se mojó”, bromeó un abogado al salir del edificio.
Reprogramación y expectativa
El jury contra Makintach se reanudará el lunes 10 de noviembre, en el mismo recinto, una vez garantizadas las condiciones técnicas y de seguridad. La jueza está acusada de haber incurrido en conductas incompatibles con su cargo, y el proceso es seguido de cerca por sectores judiciales y políticos de la provincia.
Mientras tanto, el episodio de la gotera suma un nuevo capítulo a la ya accidentada historia del jury, que ha tenido múltiples postergaciones desde su inicio. Esta vez, la justicia no se detuvo por una cuestión legal, sino por una falla técnica que dejó a oscuras —literal y simbólicamente— a uno de los procesos más sensibles del fuero.


