Tras la caída electoral, en el espacio donde conviven Kicillof y Máximo Kirchner apuntan a la dispersión del voto peronista como un factor decisivo. Sin embargo, los números muestran un escenario más complejo: las fuerzas que quedaron por fuera del armado oficialista sumaron casi 8 puntos, aunque no está claro que esos sufragios hubiesen engrosado las urnas de Fuerza Patria.
En el análisis postelectoral, dirigentes de Fuerza Patria señalaron que la derrota se explica, en parte, por la proliferación de listas filo peronistas que no se integraron al frente. Los datos son concretos:
- Provincias Unidas, con Florencio Randazzo, obtuvo 2,4 puntos.
- Unión Federal, encabezada por Fernando Gray, alcanzó 0,9 puntos.
- Propuesta Federal, con Fernando Burlando, sumó 2,8 puntos.
- Santiago Cúneo, con su propia boleta, logró 1,3 puntos.
En total, estas expresiones sumaron casi 8 puntos, una cifra que, de haberse concentrado, podría haber modificado el mapa electoral.
¿Votos perdidos o electores ajenos?
El interrogante central es si esos sufragios realmente hubiesen engrosado las filas de Fuerza Patria. La mayoría de estas propuestas se presentaron como alternativas no kirchneristas, con discursos críticos hacia la conducción de Cristina Kirchner y Máximo Kirchner. En ese marco, resulta difícil suponer que sus votantes hubieran optado por la boleta oficialista en caso de no existir esas opciones.
Más aún, en algunos distritos, las campañas de Randazzo y Burlando buscaron captar al electorado desencantado con el peronismo tradicional, pero también con el avance libertario. Es decir, se trató de un voto de desafección y búsqueda de identidad propia, más que de un desprendimiento directo del kirchnerismo.
La autocrítica pendiente
En el seno de Fuerza Patria, la explicación de la derrota no puede agotarse en la dispersión de listas. Otros factores, como la Boleta Única en Papel, el desgaste de la gestión provincial y la falta de un mensaje unificado, también aparecen en el debate interno. La narrativa de la “fuga de votos” hacia espacios filo peronistas funciona como argumento coyuntural, pero no alcanza para comprender la magnitud del retroceso.
Una lección para el futuro
La elección dejó en claro que el peronismo enfrenta un dilema estratégico: cómo contener a las expresiones periféricas sin ahogar la diversidad interna. La fragmentación puede costar caro, pero la uniformidad forzada también genera rechazo. En ese equilibrio se juega la reconstrucción de Fuerza Patria de cara a los próximos comicios.


