A menos de dos meses de las elecciones legislativas, la provincia de Buenos Aires se convierte una vez más en el escenario principal de la política nacional. Con una polarización cada vez más marcada entre La Libertad Avanza (LLA) y el peronismo, los últimos datos difundidos por Management & Fit anticipan una disputa reñida que puede definir no solo el futuro del Congreso, sino también el rumbo del gobierno de Javier Milei.
Una provincia partida: Milei gana terreno, el peronismo se rearma
El relevamiento, realizado entre el 27 de mayo y el 10 de junio, muestra que el respaldo a Milei crece en el principal distrito electoral del país. En términos de aprobación de gestión, el Presidente alcanza un 49,2% a nivel nacional, con picos más altos en el interior bonaerense. Si bien la desaprobación sigue siendo significativa (47%), el crecimiento respecto a mediciones anteriores (+2,9 puntos) fortalece el optimismo oficialista.
En paralelo, el kirchnerismo intenta reconfigurar su estructura. Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner sellaron la creación del frente “Fuerza Patria”, una alianza que busca frenar el avance libertario en su histórico bastión. La jugada unifica a La Cámpora, el Frente Renovador y el Movimiento Derecho al Futuro, tras meses de tensiones internas.
Acuerdos estratégicos y un tablero en reconfiguración
Del lado de Milei, la estrategia fue cerrar filas con el PRO, formalizando una alianza que Karina Milei definió como clave para “terminar con la era K en su propia casa”. El pacto con el partido fundado por Mauricio Macri le permite a los libertarios ampliar su base en la provincia y enfrentar con mayor competitividad al peronismo unido.
El contraste entre ambas estrategias revela la magnitud de lo que está en juego. El oficialismo nacional no solo apunta a mantener su nivel de aprobación, sino a transformar ese respaldo en votos legislativos que le permitan incidir en el Congreso. Por su parte, el peronismo juega una carta decisiva para sostener presencia territorial y evitar que el Congreso se incline aún más a favor del Ejecutivo.
Imágenes desgastadas y pronósticos divididos
La encuesta también revela datos relevantes sobre la percepción de los principales dirigentes. Javier Milei mantiene un nivel de imagen positiva (42,6%) apenas superior a la negativa (42,3%), con una mejora respecto a abril. Axel Kicillof, en cambio, enfrenta una desaprobación del 60% en su gestión, y su imagen positiva ronda apenas el 35%. A pesar de este desgaste, su rol en la unidad del PJ bonaerense lo posiciona como figura clave en la campaña.
Por otro lado, Cristina Fernández de Kirchner mantiene una imagen negativa del 55,7% a nivel nacional y del 53,5% en la provincia, con una intención de voto para su espacio en PBA del 30,2%. En contraste, los libertarios rondan el 40,2%, consolidando una ventaja que, aunque no definitiva, preocupa a la oposición.

Economía, inseguridad y futuro: el termómetro del votante
La economía continúa siendo el eje de las preocupaciones: el 20,8% de los encuestados señala la inflación como el principal problema del país, seguida por la inseguridad (17,4%), la corrupción (17,3%) y la pobreza (16,4%). A pesar de ese diagnóstico crítico, un 46,9% de los encuestados cree que el país estará mejor dentro de un año, y un 28,8% califica la situación actual como “buena o muy buena”, lo que evidencia una expectativa positiva en crecimiento.
Este contraste entre el malestar presente y la esperanza futura juega a favor del oficialismo, que busca capitalizar ese ánimo en las urnas. La elección legislativa será, en ese sentido, una suerte de plebiscito a la gestión de Milei en su primer año de gobierno.
Un electorado atento, pero menos comprometido
El estudio de Management & Fit señala que el 90% de los ciudadanos conoce la fecha de las elecciones, pero el interés por participar cayó 7,2 puntos respecto a abril: solo el 68,3% muestra “mucho o algo” de interés. Este dato alerta a todos los espacios, ya que la participación podría ser un factor determinante en una contienda pareja.
En ese marco, si las elecciones fueran hoy, un 47,3% votaría a un candidato afín al gobierno de Milei (+3,7 puntos respecto a abril), mientras que un 44,2% lo haría por un opositor. La diferencia, aunque leve, consolida la tendencia ascendente del oficialismo nacional en territorio bonaerense.
La Plata en el centro de la escena
En un distrito como La Plata, donde convergen el aparato del peronismo local, las estructuras universitarias y una base electoral históricamente dividida, la elección cobra especial relevancia. Los movimientos de las principales fuerzas políticas ya se sienten en los barrios y en los espacios públicos, con una campaña que promete intensificarse en las próximas semanas. La capital bonaerense será una de las ciudades clave para medir el impacto real de la polarización que marca el nuevo mapa político nacional.