Mientras el Gobierno celebra la baja de la inflación, el ajuste golpea de lleno el bolsillo de las familias. Una encuesta revela que el 46% de los hogares no logra cubrir sus gastos mensuales. La imagen presidencial también retrocede.
En un contexto de desaceleración inflacionaria, la percepción ciudadana sobre la situación económica personal no acompaña la narrativa oficial. De acuerdo a una encuesta reciente de la consultora Fixxer, el 46% de los hogares argentinos afirma que no logra llegar a fin de mes, una suba significativa frente al 34% registrado en enero. A esto se suma que solo el 20% de la población asegura no haber tenido que ajustar sus consumos, cuando a comienzos de año esa cifra era del 33%.
El dato confirma una tendencia que se percibe en la calle: el ajuste no impacta únicamente en los niveles macroeconómicos, sino de manera directa en la vida cotidiana. La proporción de quienes afirman llegar “bien o justo” al final del mes cayó del 65% en enero al 52% en mayo.
A pesar de que la inflación muestra señales de desaceleración —las expectativas inflacionarias cayeron más de 10 puntos desde abril—, la percepción sobre el futuro también se resiente. Apenas el 40% cree que su situación mejorará en los próximos dos años, seis puntos menos que en enero. Mientras tanto, quienes proyectan un deterioro pasaron del 41% al 45%.
La tensión entre los indicadores macroeconómicos que celebra el Gobierno y la percepción social sobre el deterioro cotidiano se traduce también en la evaluación política. La imagen del presidente Javier Milei registró un empeoramiento: su imagen negativa subió al 54% (eran 50% en enero), mientras que la positiva cayó al 41% (desde un 44%).
En la misma línea, la evaluación de la gestión también sufrió un revés. El 52% de los consultados considera que el desempeño del gobierno es negativo —tres puntos más que en enero—, mientras que el respaldo cayó de 45% a 42%.
A pesar del desgaste, La Libertad Avanza conserva un piso sólido de apoyo electoral: el 40% de los encuestados aseguró que volvería a votar por el oficialismo. El peronismo aparece como segunda fuerza con un 32%, seguido por el PRO (6%) y el radicalismo (2%). Este escenario, aunque favorable para Milei, muestra un sistema político fragmentado y una oposición aún en proceso de reconfiguración.
Respecto a los principales problemas que identifican los argentinos, el “sistema político” lidera el ranking con un 34%, seguido muy de cerca por el “endeudamiento del país” y los “hechos de corrupción” (ambos con 33%). La inflación, que dominaba las preocupaciones hace apenas 15 meses (con el 80% de las menciones), cayó al 15%, en parte por el cambio discursivo oficial y el endurecimiento del ajuste fiscal.
En cuanto a las figuras políticas más relevantes, todas muestran una caída en su imagen. Patricia Bullrich y el vocero Manuel Adorni mantienen un 42% de imagen positiva, aunque en el caso de la ministra representa una baja de tres puntos respecto de enero. Cristina Fernández de Kirchner descendió al 32% (desde 36%), Mauricio Macri cayó al 21% (antes 25%) y Horacio Rodríguez Larreta se desplomó al 8% (desde un 13%).
En el AMBA —y en particular en la ciudad de La Plata y el Gran La Plata—, donde se combinan los efectos del ajuste con un crecimiento de la demanda social, estos datos se traducen en una creciente presión sobre los gobiernos locales, que deben afrontar el desgaste del modelo nacional con recursos cada vez más limitados.
