na reciente encuesta nacional realizada por la consultora Analogías muestra un marcado rechazo social al estilo comunicacional de Javier Milei. Según el informe, el 73% de los encuestados desaprueba sus formas de expresión, y un 66% lo percibe como una figura violenta. Estos datos se dan en un contexto de caída de su imagen positiva, que bajó cuatro puntos en el último mes, alcanzando un 44%, mientras que la imagen negativa trepó al 50%.
La encuesta, que relevó 2.818 casos efectivos en todo el país entre el 12 y el 14 de julio, advierte también que el malestar por la situación económica comienza a erosionar la legitimidad política del Gobierno. A pesar de la baja en la inflación mensual, uno de los principales logros esgrimidos por el oficialismo, el plan económico parece haber llegado a un punto de agotamiento como fuente de apoyo.
División interna en el respaldo libertario
El sondeo revela que la base de apoyo al presidente Milei está lejos de ser homogénea. La mitad de quienes aún lo respaldan no se considera parte activa del espacio libertario. En su mayoría, provienen de sectores antiperonistas que simpatizan con el ajuste fiscal, pero rechazan el discurso confrontativo y los modos agresivos del mandatario.
Además, solo el 51% de los consultados considera que el estilo de Milei es genuino, mientras que un 32% lo interpreta como una puesta en escena. Esta percepción sobre la autenticidad del presidente también refuerza las dudas sobre su liderazgo.
Malestar en el círculo rojo y advertencias empresariales
En paralelo al desgaste político, empiezan a hacerse oír voces críticas en el sector empresario. Industriales, financistas y referentes del establishment económico expresan su preocupación por el estilo de confrontación constante del Presidente, incluso con aliados.
“Así no se puede seguir dos años más. Milei tiene que cambiar”, confesó un empresario de peso, en off the record, al medio especializado LPO. El malestar, sin embargo, ya se expresa públicamente. El presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, reconoció tras recibir al mandatario que no comparte sus formas ni el ritmo de sus decisiones. “El camino puede ser correcto, pero las formas no lo son”, sostuvo.
Por su parte, el ex juez de la Corte Suprema, Juan Carlos Maqueda, también marcó distancia: “La falta de diálogo político lleva a la falta de acuerdos. Le diría al Presidente que vuelva al diálogo, se va a encontrar con gente dispuesta a construir consensos”.
Importaciones, modelo económico y proteccionismo
Los reclamos no se limitan al estilo. Desde el sector industrial apuntan contra la apertura importadora, la presión fiscal y el costo laboral como factores que comprometen la competitividad. Incluso admiten que, con condiciones impositivas más favorables, sería imposible competir con productos chinos sin políticas activas de protección.
La preocupación se agudiza ante señales concretas. Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, organizará a mediados de agosto un seminario que reunirá a figuras globales del proteccionismo económico como Robert Lighthizer y Dani Rodrik. El gesto no pasó desapercibido en la Casa Rosada, que interpreta el evento como una crítica velada al rumbo libertario del Gobierno.
Techint atraviesa además una situación adversa: su empresa siderúrgica Ternium no logra recuperar los niveles de producción de 2023 y volvió a terreno negativo tras una leve recuperación en el primer trimestre.
En este escenario, el modelo de “destrucción creativa” que promueve el oficialismo —donde lo viejo debe caer para dar lugar a lo nuevo— choca con una realidad compleja: la transición hacia una economía basada en servicios no avanza al ritmo esperado, y sus efectos sociales son cada vez más visibles. En ese esquema, el desempleo deja de ser un problema a resolver y se convierte en una “consecuencia natural” del modelo.
Aumento de la conflictividad y apatía electoral
La encuesta también refleja un incremento en la percepción de conflictividad social y una creciente desconfianza sobre la capacidad del ajuste para resolver los problemas estructurales del país. Esta combinación impacta directamente en el clima político de cara a las elecciones legislativas.
Un dato llamativo del informe es el nivel de desafección con el proceso electoral: el 40% de quienes afirman que no votarán pertenece al electorado oficialista. A esto se suma un 33% vinculado a sectores opositores peronistas y un 27% del segmento “intermedio”. El perfil más propenso a la abstención es femenino, mayor de edad y de sectores de bajos ingresos, lo que podría alterar los resultados en varios distritos.
Caso YPF: divididos ante el avance judicial de EE.UU.
Consultados sobre el conflicto judicial que enfrenta YPF en Estados Unidos por la demanda de un fondo buitre, los encuestados se mostraron divididos respecto a la defensa del Estado. La petrolera, sin embargo, conserva una imagen positiva del 75%, lo que contrasta con la polarización que genera la gestión actual.