En medio del ajuste económico, la capacidad de las familias argentinas para afrontar sus deudas muestra señales de deterioro. Durante mayo, el Banco Central registró un incremento en la morosidad del crédito al sector privado, impulsado por la pérdida de poder adquisitivo y las altas tasas de interés.
Según el último Informe sobre Bancos del BCRA, la irregularidad en los pagos subió al 2,6% en mayo, marcando un alza de 0,4 puntos en relación a abril. El deterioro alcanzó tanto a los hogares como a las empresas, con un impacto más notorio en los créditos al consumo.
En ese sentido, el índice de morosidad en los préstamos personales y las tarjetas de crédito llegó al 4,9%, con un pico en los préstamos personales que se ubicaron en 5,6%, el nivel más alto desde febrero de 2022. En abril, ese indicador era de 4,6%. También se observó un aumento en el incumplimiento de pagos con tarjetas, que pasó de 3,2% a 4,2%.
En total, la mora de los hogares se ubicó en 4,5%, el nivel más alto desde octubre de 2021, cuando la inflación aún no había alcanzado los niveles actuales y los salarios no habían sufrido semejante deterioro. En contraste, los créditos hipotecarios y prendarios mostraron mayor estabilidad, con ratios de morosidad del 1% y 3,6% respectivamente.
El segmento empresarial mostró un comportamiento menos volátil, con una morosidad promedio del 1%. Aunque hubo leves subas sectoriales, la industria se mantuvo estable. No obstante, el informe advierte que el sistema bancario devengó cargos por incobrabilidad equivalentes al 5,5% del saldo total de crédito al sector privado, lo que refleja un deterioro más amplio.
Otro dato relevante del informe es el aumento en los cheques rechazados por falta de fondos. En mayo, el ratio alcanzó el 1,39% en cantidad y el 1,24% en montos, con subas mensuales de 0,1 y 0,4 puntos respectivamente. En la comparación interanual, los saltos fueron aún más pronunciados: 0,83 puntos en cantidad y 0,76 en montos.
A pesar del deterioro, el BCRA señaló que el actual nivel de morosidad todavía se encuentra por debajo del promedio histórico de los últimos 20 años, que ronda el 3,1%. Además, remarcó que el sector financiero sigue mostrando un alto grado de previsión: al cierre de mayo, las previsiones superaban en 29% a la cartera irregular.
Por otro lado, el crédito en pesos al sector privado mostró una suba real del 3,5% respecto de abril y un crecimiento interanual del 88,3%, mientras que el financiamiento en dólares trepó un 7,9% mensual y 137% en términos interanuales. El BCRA también destacó que se sigue reduciendo la exposición del sistema financiero al sector público, y que la liquidez en pesos registró una mejora, no así la correspondiente en moneda extranjera.
El repunte de la morosidad vuelve a encender alertas sobre la sostenibilidad del consumo financiado en un contexto donde las familias enfrentan ingresos en retroceso, inflación persistente y un endeudamiento que se torna cada vez más difícil de sostener.