El Instituto Argentina Grande (IAG) advirtió que el repunte económico registrado en el último mes no se traduce en mejoras para la mayoría de la población. Según el informe, el crecimiento está impulsado por el sector financiero, mientras que el consumo masivo se desploma y el salario mínimo alcanza su nivel más bajo en 22 años.
El estudio del Instituto Argentina Grande (IAG) reveló que la actividad económica registró un leve crecimiento intermensual del 0,5% en septiembre, pero ese repunte no se tradujo en mejoras para los trabajadores ni para el consumo masivo.
El informe habla de un “rebote sin derrame”, donde el dinamismo financiero contrasta con la caída en las ventas minoristas y la pérdida de poder adquisitivo.
El salario mínimo en su peor nivel desde 2001
El reporte subraya que el salario mínimo vital y móvil se encuentra en su punto más bajo en 22 años, retrocediendo incluso por debajo de los niveles previos al colapso de la convertibilidad.
La pérdida de poder adquisitivo se explica por la inflación acumulada y la falta de acuerdos en el Consejo del Salario, lo que llevó al Gobierno a fijar aumentos por decreto que no alcanzan a recomponer la caída real.
La disociación entre sectores
Mientras el sector financiero muestra ganancias y cierta estabilidad, la economía real evidencia un deterioro profundo. El consumo masivo se desploma y los indicadores de ventas minoristas reflejan la contracción del mercado interno.
El IAG advierte que esta disociación genera un escenario de crecimiento desigual, donde los beneficios se concentran en pocos sectores y la mayoría de los trabajadores enfrenta un ajuste severo.
Impacto social y político
El informe plantea que la situación del salario mínimo y la falta de derrame del crecimiento económico configuran un riesgo social y político para los próximos meses.
La caída del poder adquisitivo afecta directamente a los sectores más vulnerables y tensiona la relación entre sindicatos, empresarios y el Gobierno, en un contexto de creciente conflictividad laboral.
Proyección hacia 2026
De mantenerse esta dinámica, el IAG advierte que el rebote económico podría ser insostenible y generar mayor desigualdad. La clave estará en si la Legislatura y el Ejecutivo logran articular políticas que permitan recomponer ingresos y sostener el consumo interno, considerado esencial para proyectar un crecimiento equilibrado hacia 2026.
Fuente: Mundo Gremial, Infobae
